¿Estudiantes estratégicos o con aprendizaje profundo?: he ahí la cuestión
El fin de semestre es para muchos el momento académico más importante de cada periodo. Los trabajos y esfuerzos realizados finalmente se verán materializados en las notas entregadas por el profesor. Mientras tanto, el tema de conversación de los estudiantes en las aulas de clase y los pasillos de la Universidad se centra en el famoso promedio académico. Para algunos, obtener un “cinco” significa el mayor logro, mientras que para otros alcanzar un “tres” es suficiente para aprobar una materia. Sin embargo, el tema de la calidad en la apropiación del conocimiento por parte de los estudiantes es incierto cuando se le da relevancia a la competitividad y a la cuantificación de un proceso.
Esta problemática fue tratada por el profesor Ken Bain en la primera parte de su acercamiento con Utadeo (estará presente el próximo jueves 11 de junio en la Universidad) en su videoconferencia-taller “¿Cómo fomentar el aprendizaje profundo en los estudiantes universitarios?” realizada el pasado 1° de junio. El evento hace parte de una serie de conferencias organizadas por la Oficina de Desarrollo profesoral de Utadeo que tienen como propósito compartir con el cuerpo docente herramientas pedagógicas innovadoras. Esta iniciativa se enmarca en la línea de su plan estratégico, denominado “la Universidad formativa en acción”. En esta ocasión, Bain, presidente del Best Teachers Institute conversó con docentes e investigadores acerca de las acciones y estrategias que realizan los mejores profesores universitarios. Este encuentro sirvió para que los asistentes interactuaran y participaran activamente, a partir de las preguntas formuladas por el expositor, en torno a las experiencias en el aula.
Categorías de los estudiantes: los estratégicos
La teoría de Bain consiste en la categorización de los estudiantes en dos grandes grupos: los estratégicos y aquellos que poseen un aprendizaje profundo. En el primer grupo se encuentran los educandos cuya percepción del aprendizaje se basa en los modelos tradicionales de la memorización de la información como una manera temporal de dar solución a un problema; en ese sentido, para los estudiantes estratégicos la nota es lo más importante; sin embargo, este tipo de pensamiento genera cierto conformismo, pues quienes adoptan esta postura no toman riesgos, tienden a convertirse en personas procedimentales y fallan en la transferencia del conocimiento.
En tal virtud, este tipo de estudiantes se aferran y condicionan a las teorías ya existentes, no pretenden generar análisis ni disertaciones sobre problemáticas planteadas, y ante todo, como lo menciona Bain, no son capaces de adaptarse a los escenarios que se le presentan a diario, generando con ello una desconexión entre los aspectos teóricos y prácticos de su profesión. Frente a estas condiciones, Bain menciona que “el aprendizaje no es sólo aprender, sino también es transferir el conocimiento en otras situaciones”. Sin embargo, como lo puntualiza el experto en pedagogía, el mundo actual se encuentra en constantes cambios, razón por la que se requieren expertos capaces de adaptarse. En ese sentido, ya no solo se necesitan futuros profesionales que resuelvan rutinas sino más bien problemas inusuales.
Los estudiantes del aprendizaje profundo
Por su parte, el segundo grupo lo conforman aquellos que abordan el aprendizaje de manera profunda. Este tipo de sujetos se encuentran en la capacidad de producir múltiples posibilidades, generar diversas aplicaciones y plantear distintos abordajes a un problema, más allá de las teorías existentes; razón por la cual pueden crear sus propias teorías y visiones del mundo. En todo caso, como lo sostiene Bain, formar este tipo de estudiantes en los entornos educativos tradicionales es una tarea difícil, puesto que las personas están condicionadas a abordar el conocimiento de manera estratégica y superficial, en primera medida por unas coyunturas culturales específicas en el individuo, pero especialmente por la forma de concebir la educación desde la calificación o evaluación.
Sin embargo, este mecanismo no es propio de la pedagogía sino que fue producto de la Revolución Industrial. Así pues, antes de 1.820, la tarea de educar consistía en la transmisión del conocimiento; ahora, además de esa función, se le ha asignado a los profesores la tarea de certificar cuánto conocimiento ha adquirido el educando. En ese escenario “si un estudiante se enfrenta a una serie de preguntas que lo llevan a reconocer una respuesta correcta o a un concepto memorizado, siempre el estudiante optará por introducirse al conocimiento desde lo estratégico” señala Bain.
Otro de los aspectos por los cuales el estudiante aborda el conocimiento desde lo superficial se debe a la pérdida de los intereses intrínsecos y la acumulación de los intereses extrínsecos. En este punto, Bain señala que cuando el individuo es niño tiene muchas preguntas sobre el mundo que lo rodea, motivadas por la curiosidad y las ganas de aprender. Sin embargo, cuando crece es dominado por los requerimientos del medio, entre ellos las calificaciones y el establecimiento de teorías irrefutables que parcializan la forma de acceder al conocimiento, y por lo tanto, el ser humano usualmente utiliza conceptos pre existentes para dar solución a su abordaje del mundo.
El aprendizaje profundo, por su parte, pretende modificar esas conductas de conformismo y ensimismamiento ante el conocimiento existente, pues a través de esta pedagogía se busca que el estudiante no sólo comprenda los espacios por los que transita sino que sea capaz de dialogar, moverse y proponer nuevos conocimientos; como lo señala Bain “en el aprendizaje profundo queremos que los estudiantes aprendan a construir sus propios modelos de la realidad o al menos debatir los que ya existen”.
Los ambientes naturales de aprendizaje crítico
Posteriormente, Bain compartió con los asistentes algunos de los hallazgos encontrados en su investigación sobre los casos de éxito de profesores que lograron incorporar el sistema de aprendizaje profundo en sus clases. Los resultados obtenidos le permitieron al investigador desarrollar un modelo pedagógico denominado “ambientes naturales de aprendizaje crítico”. Esta metodología se basa en quince pilares de acción, de los cuales este "gurú de la pedagogía" comentó tres en este primer encuentro.
El primero de ellos consiste en poner al estudiante en una situación donde su modelo existente no funcione, lo que llevará al individuo a buscar respuestas más allá de los pre conceptos y la memoria, logrando con ello la creación de nuevos modelos mentales.
En el segundo se deben considerar los modelos que los estudiantes traen de sí mismos (preconcepciones) y aquellos que tienen frente a su propia disciplina (imaginarios), los cuales pueden convertirse en insumo para generar nuevo conocimiento.
En tercer lugar se encuentra el componente motivacional; en este aspecto, el profesor resaltó que en primera medida es importante encontrar una razón y un propósito de lo que se está aprendiendo, pues solamente ello puede lograr despertar un interés en el estudiante. Consecuente con esto, el individuo debe creer que está bajo control de lo que hace; es decir, es un acto libre de la manipulación, donde el sujeto aborda el conocimiento desde su curiosidad y no por el interés de la evaluación. En este punto, también es importante que la persona crea que es capaz de desarrollar ese nuevo conocimiento; como lo menciona el profesor Bain, los estudiantes estratégicos presentan miedo al fracaso pues suponen que la inteligencia es fija, lo que significa que es un don nato del ser humano. En oposición, el aprendizaje profundo concibe la inteligencia como una cuestión flexible, la cual se adquiere a partir de la motivación y se encuentra en constante cambio.
Es por ello que “el aprendizaje consiste en construir preguntas significativas para el estudiante, mucho más allá de las discusiones del curso o la disciplina”; deben ser preguntas que intriguen y fascinen, y que por lo tanto, su respuesta no sea fácil de construir desde la información ya existente. En estos avatares, la atmósfera de juego es muy importante en la enseñanza, puesto que genera una ambiente libre de amenazas y deja el camino abierto para la exploración.
La segunda sesión con el profesor Ken Bain se realizará el próximo 11 de junio allí. En el evento, los profesores de Utadeo tendrán la oportunidad de realizar un taller con el experto, el cual servirá como guía hacia la implementación de la metodología del aprendizaje profundo en sus clases.
Comentarios
Seria útil complementar el
Interesante teoría de hecho
buenos días, podrían los
Muchas gracias por este
Muchas gracias por este
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