
Autor: Enrique Posada Cano Lo que asombra de China no son las cifras a las que se recurre para registrar su poderoso avance, sino el contraste que ella ofrece hoy, si se la compara con su pobreza y atraso de cuarenta años antes, cuando era el coco del mundo por la agresividad como desafiaba a Estados Unidos y a la Unión Soviética con su prédica de liberar a los esclavos del mundo.
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