China, “el gigante dormido”, está más despierto que nunca. Sus tácticas de aceleración económica, como facilitador político evitando crisis nucleares, e incluso culturales, han llevado al país oriental a llenar el vacío que ha dejado Estados Unidos en la geopolítica actual. Así lo supone el presidente del Consejo Directivo de Utadeo, Jaime Pinzón, en su columna de opinión en El Nuevo Siglo, la cual dedica a las acciones que ha emprendido el presidente de ese país, Xi Jimping, desde el 2013, y que recientemente fue reelegido por la Asamblea Nacional Popular, hasta el 2023.
El columnista comenta que China actualmente es la segunda economía más grande del mundo, con un crecimiento anual del nueve por ciento anual y su población compone la sexta parte de la población humana. Adicionalmente, este país ha mostrado su compromiso con el planeta al suscribirse al Tratado de Paris sobre cambio climático. Empero, uno de sus grandes logros ha sido la inversión exterior así como ampliar el listado de sus socios comerciales.
Un claro ejemplo de ello es la inversión en América Latina, superior en los últimos años a la del Banco Interamericano de Desarrollo. Así mismo, la Ruta de la Seda se constituye en una extensión de su influencia en Medio Oriente y África, regiones con las que además ha constituido importantes Tratados de Libre Comercio: “El mensaje es claro, de estabilidad y eficiencia. El dilema entre socialismo y capitalismo es anacrónico, la democracia adquiere otros matices. La decisión recibe críticas en Occidente y comentaristas equivocados opinan que se instaura una dictadura. La política china trasciende mientras los países industrializados tienen dificultades, las pugnas proliferan en Gran Bretaña, a propósito de su retiro de la Comunidad Europea, en España siguen con el enredo de Cataluña, en Francia derechas e izquierdas compiten y en Latinoamérica las investigaciones sobre corrupción apabullan a mandatarios y su entorno”, subraya el columnista.