En su columna de opinión semanal en el Espectador, el profesor emérito de Utadeo, Salomón Kalmanovitz, sostiene que la economía mundial presentaba un crecimiento armónico, sincronizado y sostenible, antes de la llegada de Trump a la Presidencia de los Estados Unidos. Sumado a ello, la expansión económica de China mejoró las relaciones de intercambio de los países latinoamericanos y africanos, generando con ello que las acciones se recuperaran y las tasas de interés disminuyeran.
Sin embargo, las medidas económicas de Trump en torno a devolver un billón de dólares a las empresas que le dieron un estimulo innecesario a la economía de ese país, así como la restricción a la inmigración, han generado que los índices de inflación se eleven y que la expansión económica se vuelva insostenible.
Esto, como asegura Kalmanovitz, ha tenido un ‘efecto dominó’. Las devaluaciones en los mercados de Turquía, Irán, Argentina y Brasil, son la muestra de un freno económico a nivel global, del cual no ha podido escapar tampoco Estados Unidos: “Para rematar, el proteccionismo de los ultranacionalistas contribuye a la inflación, ya que pone al consumidor a pagar los mayores aranceles. El aumento de tasas de interés también en Europa e Inglaterra, que deben seguir las de Estados Unidos, ha provocado una ralentización de su crecimiento, extendiendo la miseria por doquier”, argumenta el columnista.
Con estas medidas, sostiene, se ha generado incertidumbre financiera, al tiempo que uno de los más damnificados ha sido China, país que podría ver como se revierte su ascenso económico y político logrado en las últimas cuatro décadas.
Finalmente, citando al economista Nouriel Roubini, el profesor emérito afirma que la economía global se está aproximando a una nueva era de estanflación, en la que la economía crece poco y la inflación se vuelve una problemática habitual en diferentes regiones.