Ad portas de vivir el referendo que aprobaría la nueva Constitución de Cuba, el centro del debate por estos días se sitúa en el artículo 78 de esta carta magna, en donde se hace referencia al matrimonio como una unión de dos personas, cuestión que, sentaría la base jurídica para que las parejas del mismo sexo puedan acceder a esta figura. En su columna de opinión en El Nuevo Siglo, el presidente del Consejo Directivo de Utadeo, Jaime Pinzón, reflexiona sobre el tema que ha dividido a la comunidad internacional.
Para los promotores de la medida, según indica Pinzón, la diversidad sexual hace parte de la revolución, en un momento donde el amor no tiene sexo y el concepto de la familia tradicional se ha roto. Sin embargo, no opina lo mismo monseñor Dionisio García, vocero de la Conferencia de Obispos Católicos, quien recuerda que el matrimonio es una de las instituciones más antiguas de la humanidad y de las diferentes formas de organización social.
El columnista señala que esta nueva visión de la diversidad sexual ni siquiera se les habría ocurrido a Lenin y a Marx, ni mucho menos al discurso de Fidel Castro: “curiosa la tesis de que no hay heterosexuales ni homosexuales íntegros, que el ser humano en diferentes grados es bisexual. Si se aprueba el artículo corresponderá garantizar la vigencia de los derechos humanos, precisar el libre desarrollo de la personalidad, modificar normas del registro civil, sumar causales de divorcio, establecer las de adopción y seguridad social”, argumenta Pinzón.
En ese sentido, el columnista destaca que en el siglo XXI la moral cambia, al igual que la noción de instituciones como la familia, cuyas diferencias radican en torno a la religión.