"Un socialismo compinchero, ineficiente y corrupto"
El derrumbe de la producción venezolana, así como de los subsidios que concedía el Gobierno de ese país en zonas de frontera generó un fuerte incremento en el costo de vida de las personas que allí habitan. Sobre ello versa el análisis que realiza el profesor emérito de Utadeo, Salomón Kalmanovitz, en su más reciente columna de opinión en El Espectador.
Cúcuta es una de las ciudades que ha sufrido con mayor rigor ese fenómeno, indica Kalmanovitz, pues, por ejemplo, pasaron de pagar una gasolina barata proveniente de los pimpineros a una que ronda los 7.400 pesos por galón. Lo mismo sucede con algunos alimentos subsidiados que hoy ya no tienen presencia en la capital de Norte de Santander.
“El colapso de la oferta de bienes y combustibles en el vecino país ha dirigido una mayor parte de su demanda, y también de la doméstica, hacia la producción de Norte de Santander, fortaleciendo su economía; así, los venezolanos con acceso a dólares vienen a hacer sus compras a este lado de la frontera. Al mismo tiempo, sin embargo, el flujo de migrantes venezolanos es abrumador: ha contribuido a que Cúcuta tenga una tasa de desempleo de 16,5 % (frente al 11 % nacional) y la tasa de informalidad más alta del país, con 72 %”, explica en torno a la situación.
De este modo, sostiene el experto, Maduro optó por dolarizar la economía para combatir la hiperinflación, en un acto que demuestra un “socialismo compinchero, ineficiente y corrupto”, situación que, en todo caso, no ha frenado el déficit fiscal de Venezuela que ya se encuentra en un 35% del PIB.
Adicionalmente, Kalmanovitz señala que las políticas económicas de Duque en torno a la frontera también ha sido desastrosa, pues está ideologizando su relación con el vecino país sacrificando intereses nacionales : “El Grupo de Lima, ya desintegrado, y su intención de derrocar a Maduro fue equivocada e ilusa, pues dejó a Colombia aislada, sin interlocución con un gobierno asediado y paranoico”.







