Panorama de la violencia contra la mujer en la localidad de Puente Aranda

La violencia contra la mujer continúa siendo un problema estructural que afecta de manera significativa a Puente Aranda. Un análisis de los casos registrados entre 2022 y 2025 evidencia la persistencia de distintos tipos de agresiones tanto en Bogotá como en la localidad. Las entidades locales explican las estrategias de prevención, atención y protección que se están implementando para reducir estas violencias.

En la localidad de Puente Aranda, al igual que en muchas otras zonas de Bogotá, la violencia contra la mujer continúa siendo un problema público de gran impacto social. A pesar de los esfuerzos institucionales por garantizar la igualdad de derechos y promover una vida libre de violencias, miles de mujeres siguen siendo víctimas de agresiones físicas, psicológicas, sexuales y económicas dentro de sus hogares, espacios laborales y lugares públicos.

En este contexto, la violencia de género en la localidad de Puente Aranda se configura como un desafío urgente que requiere la atención conjunta de las autoridades locales, las organizaciones sociales y la comunidad para construir entornos más seguros y equitativos para las mujeres.

A pesar de la visibilización de esta problemática, las estadísticas muestran que la violencia contra las mujeres en Puente Aranda ha disminuido en comparación con otros años; sin embargo, continúa siendo una realidad presente en la actualidad. Según un boletín mensual de indicadores de seguridad, convivencia y justicia de Bogotá, junto con datos del Observatorio de Salud de Bogotá, aproximadamente 6892 mujeres han sufrido de algún tipo de violencia en el transcurso del año 2025.

Esto refleja una realidad que afecta directamente la seguridad, la convivencia y el bienestar de los habitantes de la localidad. La violencia contra la mujer no solo tiene consecuencias físicas y emocionales para las víctimas, sino que también impacta el tejido social y dificulta el desarrollo de la integración colectiva.

Debido a esto, se elaboraron las siguientes gráficas que recopilan los casos aproximados de violencia en contra de la mujer registrados en los últimos años a nivel Bogotá y de manera específica en la localidad de Puente Aranda.

 

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Durante los últimos cuatro años, los casos de violencia contra la mujer en Bogotá, son reflejo de una problemática que persiste. Se evidencia que entre 2022 y 2025 se han reportado miles de casos de violencia intrafamiliar, lesiones personales, delitos sexuales y asesinatos.

La violencia intrafamiliar es el tipo de agresión más persistente. En 2022 se registraron 25.434 casos, cifra que escaló a 36.549 en 2023, alcanzó un pico de 36.725 en 2024, y tuvo una reducción en 2025. Aunque se redujeron 13.389 casos, este tipo de violencia sigue siendo el más “común”.

Las lesiones personales muestran más de 8.200 casos en 2022 y 2023, las cuales disminuyeron a poco más de 5.000 en 2024 y 2025. Esta reducción podría estar vinculada con una mejora en la respuesta temprana de las autoridades o con procesos de judicialización más eficientes.

Los delitos sexuales para 2023 llegaron a triplicarse frente al año 2022, pero su panorama máximo contó con 14.781 casos en 2024, reflejando la creciente exposición de las mujeres a este tipo de violencia. Aunque, para el año 2025 se redujeron aproximadamente 8.647 casos, se deja en evidencia la necesidad de fortalecer las estrategias de prevención.

Los asesinatos de las mujeres, el tipo de violencia más extremo, se han mantenido entre 69 y 89 casos anuales sin ningún tipo de reducción notoria. Lo que demuestra la importancia de reforzar los mecanismos de protección y justicia.

 

Localidad de Puente Aranda, lugar que ha sido escenario de distintos tipos de violencia contra la mujer, pero también de esfuerzos para su prevención. 

 

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Por otro lado, en la localidad de Puente Aranda, la violencia intrafamiliar también domina el panorama, donde pasó de 867 casos en 2022 a un preocupante 1.109 en 2025. Lo que puede reflejar un aumento real de casos como una mayor disposición al  denunciar.

Las lesiones personales bajaron de 408 casos en 2022 a 161 en 2023, donde esto podría interpretarse como una mejora en la mediación por parte de las instituciones.

En cuanto a delitos sexuales, Puente Aranda muestra una tendencia sostenida, lo que permite resultar de una disminución en el delito sexual, sin embargo, no deja de ser una problemática a tener en cuenta.

Finalmente, los asesinatos registran valores bajos pero alarmantes, donde se refleja un riesgo que aún sigue latente.

Estos análisis dejan en claro que la violencia contra la mujer sigue siendo un problema estructural y persistente. Por ello es importante, consolidar una estrategia sostenida que combine prevención, atención oportuna y justicia efectiva, de modo que los próximos informes no solo hablen de cifras, sino de resultados concretos en la protección y bienestar de las mujeres.

Alcaldía local de Puente Aranda, sede desde la cual un equipo interdisciplinario del área de Planeación desarrolla estrategias para prevenir las violencias contra la mujer.

 

Desde la Junta Administradora Local el edil Cirano Cardona Toro describe la violencia contra la mujer en Puente Aranda como un problema que ha aumentado en los últimos años. Señala que, en las reuniones con la Policía y la Comisaría de Familia, se evidencia un incremento en las quejas y solicitudes de apoyo. Para él, las causas más frecuentes están asociadas a conflictos de pareja, dificultades económicas y rupturas en la unidad familiar. Además, afirma que este tipo de agresiones proviene de hombres que abusan de su fuerza física y carecen de empatía, por lo que considera que los agresores deben ser castigados severamente por la sociedad y la justicia.

La Junta Administradora Local convoca periódicamente a las instituciones de orden judicial como la Policía, la Comisaría de Familia, la Secretaría de la Mujer y las autoridades judiciales para solicitar informes y cifras actualizadas sobre la problemática. Estas sesiones, realizadas mensualmente, permiten conocer la evolución de los casos y verificar la implementación de las estrategias de prevención.

Además, de manera personal, el edil afirma haber creado hace tres años la “Asociación de Mujeres de Puente Aranda”. Desde el salón comunal San Rafael, un grupo de mujeres están comprometidas a orientar a quienes desean denunciar y las acompañan en la ruta institucional correspondiente.

Respecto al presupuesto destinado a la prevención de la violencia, el edil explica que en Puente Aranda la asignación depende de los “presupuestos participativos”, donde la comunidad propone y vota sobre la ejecución de los mismos. Para este año, varios grupos de mujeres presentaron iniciativas, sin embargo, aún no se conocen los resultados de las votaciones. Desde la Junta y, en coordinación  con la Secretaría de la Mujer, se hace un respectivo control y se promueven las denuncias.

El edil considera que la principal falla del sistema es la falta de protección posterior a la denuncia. Asegura que muchas mujeres quedan “a la deriva” tras reportar agresiones, sin garantías de seguridad ni acompañamiento efectivo. Aunque reconoce que existen canales de atención como la Línea Púrpura o las comisarías, insiste en que el problema aparece después, cuando las víctimas regresan a sus hogares. De igual manera, afirma que hacen falta espacios seguros donde las mujeres puedan resguardarse y más personal que les brinde protección.

Sus propuestas para fortalecer la prevención y atención de la violencia contra la mujer son, crear espacios o refugios donde las mujeres puedan estar a salvo, garantizar que los agresores sean aislados de la sociedad y lleven a cabo procesos de rehabilitación correspondientes y fortalecer la educación para comprender el entorno que muchas mujeres viven.

El edil Cirano Cardona, invita a las mujeres a reconocer las señales tempranas de violencia, como los celos, el control excesivo y las críticas constantes. Les recomienda buscar apoyo en personas cercanas, hablar de lo que están viviendo y, sobre todo, denunciar sin temor.

 

Ingrid Perdomo, líder del componente Mujeres del área de Planeación de la Alcaldía Local de Puente Aranda  

 

Por otro lado, la líder del componente “Mujeres” del Área de Planeación,  explica que la violencia contra la mujer en Puente Aranda no es un fenómeno aislado, sino parte de una problemática estructural que afecta al país y a la ciudad. A pesar de los esfuerzos institucionales, persisten patrones de desigualdad y relaciones violentas dentro de los entornos familiares y sociales. Lo que exige un llamado a prevenir y fortalecer la articulación interinstitucional para trabajar en conjunto alrededor de la mitigación de la situación de violencia contra la mujer.

La Alcaldía Local reconoce la problemática como como una prioridad dentro de la agenda de gobierno. Por eso, cuenta con un componente específico para mujeres dentro del área de planeación, donde se avanza con un equipo interdisciplinario la implementación de dos proyectos. El proyecto “2569 -Mujeres Construyendo Juntas” y “2304-Mujeres Unidas por una historia sin violencia”.

El proyecto de “Mujeres Construyendo Juntas” está enfocado a todo el tema de sensibilización frente a la prevención de violencias en contextos familiares. Este contiene una estrategia llamada “Conocer para cuidar” dirigida a la prevención de violencias con niños, niñas y adolescentes. A partir de cuatro sesiones se trabajan diferentes temas frente al reconocimiento de su cuerpo, rutas de atención, cómo a partir de las relaciones familiares se pueden conocer se pueden proteger y generar entornos seguros para prevenir la violencia y, “Mujeres Unidas por una historia sin violencia”, se enfoca en la prevención del feminicidio.

Por otro lado, “Mujeres Construyendo Juntas”, está articulado con la Secretaría de Integración Social y Comisarías de Familia para la orientación y asesoría familiar.

Los casos remitidos por la Comisaría de Familia, a través de la Secretaría de Integración Social, son contactados por el equipo psicosocial, donde se realiza un despliegue de orientación y establecimiento de estrategias con las familias que tienen alguna situación de riesgo de violencias previamente identificadas, para así el comienzo de abordar sus capacidades para la prevención de violencias. Los procesos de orientación y asesoría familiar se desarrollan en alrededor de 10 sesiones, allí se establece un plan de trabajo y se trabaja dependiendo de las necesidades de cada familia.

La líder Ingrid Perdomo comenta que se trabaja de manera articulada con la Secretaría de la Mujer, la Mesa Local de Seguridad, Justicia y Convivencia para identificar zonas con mayor riesgo. Esto se realiza por medio de un mapa de calor alimentado por la Línea Púrpura, Comisaría y Policía. Esto permite priorizar los sectores con mayores reportes, en los cuales se despliegan acciones pedagógicas, jornadas de sensibilización y campañas específicas, incluyendo estrategias de prevención del acoso callejero.

La meta del componente de mujeres es impactar 2.000 personas, entre prevención de violencias y prevención de feminicidio, trabajando no solo con mujeres, sino también con hombres, familias y la comunidad en general. La alcaldía impulsa, además, procesos para fortalecer la autonomía económica, entendiendo que la violencia económica también forma parte del problema.

Los resultados más significativos son la formación de la ciudadanía, desde los niños y niñas en temas de prevención de violencias y fortalecimiento de las rutas de atención, la realización de jornadas pedagógicas en colegios y espacios públicos, la creación de espacios seguros de escucha, orientación psicosocial y asesoría familiar. Según la líder, esos procesos han permitido orientar denuncias oportunas y fortalecer redes de apoyo.

En la implementación de las estrategias, la principal dificultad se encuentra en la persistencia de imaginarios culturales que continúan naturalizando la misma violencia. Además, de cómo llegar a la comunidad y convencerlos que ese tipo de acciones generan impacto y son importantes y pertinentes para prevenir y aportar al reconocimiento de los derechos de las mujeres en la localidad, explica Perdomo.

“A las mujeres de Puente Aranda les queremos decir que no están solas, que existen rutas institucionales y equipos humanos dispuestos a escucharles, acompañarles y orientarles. La violencia nunca es justificable y pedir ayuda resulta siendo también un acto de valentía, de reconocimiento y de empoderamiento. Desde la institucionalidad y en particular desde la alcaldía local, seguimos trabajando para garantizar entornos seguros y libres de violencias en los que cada una de las mujeres de la localidad pueda ejercer su derecho a tener una vida digna y libre de violencias”, comenta Perdomo.

La violencia contra la mujer en Puente Aranda sigue siendo una problemática que requiere de acciones sostenidas, articulación institucional y una comunidad que se comprometa. Donde la prevención, la educación y el fortalecimiento de las rutas de atención sean fundamentales para transformar la realidad.

Más allá de las cifras registradas, cada caso representa una historia que merece ser escuchada y acompañada. Es fundamental reconocer que hablar es un acto de protección. Las rutas institucionales, los grupos del territorio y las redes de apoyo existen para acompañar, orientar y resguardar a quienes atraviesan situaciones de violencia. Romper el silencio es un paso para construir una Puente Aranda donde todas puedan vivir libres de violencias.

Reconocimiento personería jurídica: Resolución 2613 del 14 de agosto de 1959 Minjusticia.

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