Como un hobbie señala el profesor Álvaro Cogollo, que surgió su afición por identificar en el folclor vallenato a las diferentes especies de la botánica colombiana que como buenos cronistas, cada autor incluye en sus obras musicales; sin embargo “este hobbie tuvo después otros ingredientes como mi profesión de botánico, de biólogo, con lo que enriquecí mi idea” afirma.
Y ya como profesional en la materia, ese recorrido se hizo mucho más específico e incorporó la ciencia para reconocer cada una de las 71 especies de plantas de 55 géneros y 38 familias que son las que señala el maestro Cogollo de alguna manera hacen parte de esta expresión musical.
Según Cogollo “el folclor está en todo; entonces por ejemplo, en el caso del vallenato, la relación que se puede ver incluye muchas disciplinas, tenemos la etnobotánica, la biogeografía, la conservación, toda esa relación ambiental es recogida en este tipo de folclor”.
Su exposición, en el marco de la semana dedicada al Arte, Botánica y Robótica Bioinspirada en la Tadeo, fue apoyada por un conjunto vallenato clásico compuesto por una caja, una guacharaca y un acordeón; en este caso era el conjunto de Sebastián Ruíz.
“He identificado más de 70 especies ya en campo, porque por ejemplo, cuando Jorge Oñate mencionaba en una canción el maconutú, yo me daba a la tarea de saber cuál era y gracias a mi profesión de botánico lo identifiqué; podríamos decir que esa fue la siguiente fase que me llevó a esto”.
Su recorrido por la presencia de las especies en el folclor vallenato inicia por los grupos de instrumentos musicales pues en ellos se tiene la presencia de gran variedad de elementos naturales como bejucos, fibras, diferentes clases de maderas, cuero de animal y hasta cera de abejas.
Por ejemplo, señala, la guacharaca original se fabrica del tallo de una palma; este es el único instrumento indígena incluido en los grupos vallenatos.
Canciones, paisajes y recuerdos
Varias son las especies mencionadas en las diferentes canciones de nuestros juglares vallenatos; algunas recuerdan con nostalgia paisajes, otras describen lugares y algunas más son un referente de amores o acontecimientos importantes para los pueblos.
Por ejemplo, el algodón, uno de los cultivos más representativos del Caribe colombiano y fue inmortalizado por Alfredo Gutiérrez en una de sus canciones; El árbol del Cañaguate o Guayacán en el interior, también es protagonista de varias canciones como La Cañaguatera de Alfredo Gutiérrez, una de las más famosas.
Un árbol frondoso conocido como el Samán o Campano, que provee de sombra algunas de las calurosas calles de la costa, es destacado por el gran Alejandro Durán en Los Campanales.
También Lizandro Mesa compuso una canción al árbol de guayacán y su bello florecimiento.
Pero las plantas medicinales también son protagonistas de este recorrido y de las composiciones, El Indio Manuel María es una de las más representativas.
Otro árbol emblemático de América es la Ceiba o La Bonga y su belleza se resalta en la canción de Los Corraleros de Majagual La Bonga o Debajo de la Bonga, nombre con que también se conoce.
Por último reseña la relación de la música con el paisaje y su nostalgia se refleja en Los Sabanales que describe la vegetación de las extensas sabanas costeñas.
Este fue un precioso recorrido por lo más bello de la geografía, el folclor, el paisaje y la flora de nuestro país.