La evolución de la política de China hacia América Latina

La evolución de la política de China hacia América Latina
Compartir en
Jueves, Marzo 9, 2017 - 13:15
País: 
Colombia

Las relaciones sino-latinoamericanas y sino-caribeñas dotadas de una amistad de larga data se han caracterizado por su carácter de igualdad entre los Estados. Gran parte de ésta característica está basada en los documentos oficiales de la política China hacia América Latina que a la fecha han presentado dos versiones, la primera en 2008 y la segunda en 2016. A través de estas publicaciones podemos analizar como ha evolucionado la visión de China hacia América Latina y cómo la proyecta a futuro.

Por ejemplo, en el caso del primer documento encontramos que éste se contextualiza en una visión positiva del mundo y lleno de oportunidades para ambas partes. Un escenario que China encuentra propicio comenzar un acercamiento multilateral con la región latinoamericana, e invitar a sus naciones a trabajar en conjunto para el mutuo desarrollo. Sin embargo, en la segunda publicación considera un panorama pesimista y lleno de problemáticas,  en el cual comienza una fase crucial denominada la gran revitalización de China para consolidarse como una potencia que puede ayudar a solucionar éstos retos.

Este cambio en la visión del contexto que rodea las relaciones de ambas partes es sólo un aspecto en la proyección de China como potencia que busca engranarse en el comercio, la seguridad y la política de Latinoamérica y del mundo.

Por tanto es pertinente hacer una revisión de las divergencias pertinentes en los documento de 2008 y 2016, y encontrar las diferentes proyecciones que plantea el gigante asiático.

 

Propósitos.

El primer documento pretendió el fortalecimiento de la cooperación omnidireccional con los siguientes objetivos:

  1. Consenso en el respeto y confianza mutuos, ateniéndose a los cinco principios de coexistencia pacífica,
  2. Profundizar cooperación en el espíritu del beneficio recíproco y la ganancia compartida,
  3. Intercambios (cultural y humano) en aras del mutuo aprendizaje y el progreso común.

Con esto es posible evidenciar que la primera política se encaminó a explorar las diferentes posibilidades de cooperación con la región y el conocimiento mutuo. No menciona áreas específicas sino una política para fomentar las buenas relaciones.  

El segundo documento precisa en detalle una nueva configuración en sus relaciones cinco a uno:

  1. Relaciones políticas de sinceridad y confianza mutual,
  2. Relaciones económico-comerciales de cooperación y ganancia compartida,
  3. Relaciones culturales y humanísticas de aprendizaje recíproco,
  4. Relaciones de estrecha coordinación en el plano internacional y la cooperación en conjunto, y
  5. Relaciones bilaterales que se coadyuvan.

En este caso propone una cooperación para influir en conjunto en el plano internacional e ir más allá de los asuntos concernientes de ambas partes. Esto se evidencia en toda una nueva área de cooperación titulada coordinación internacional que incluye asuntos como la gobernanza económica global en organizaciones como G20, BM, FMI y APEC. También la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, cambio climático y seguridad de internet.

Además, especifica en sus objetivos el desarrollo de las relaciones económico-comercial dejando en claro la prioridad de ésta área. Esto obedece a la problemática del creciente proteccionismo que plantea en el contexto, y que critica fuertemente, tras la crisis económica de 2008.

 

Transformación de la cooperación.

En 2008 China menciona la cooperación internacional como un tema a tratar exclusivamente en el área política, con el objetivo de profundizar las relaciones bilaterales y multilaterales entre gobiernos, Estados y organizaciones internacionales como las Naciones Unidas.

Mientras que en 2016 amplía su concepto de cooperación internacional a todas las áreas que, entre otras,  incluye cultura, educación, productividad y desarrollo tecnológico. Se concretan  marcos de trabajo como la plataforma de diálogo Foro China-CELACy el marco sustancial: “1+3+6” Plan de Cooperación China-ALC (2015-2019) que cuenta con fuerzas propulsoras (comercio, inversión y cooperación financiera) y puntos clave de cooperación (energía y recursos, obras de infraestructura, agricultura, manufactura, innovación científica-técnica y tecnología informática), acompañada por la modalidad de capacidad productiva “3x3” que edifica en conjunto con los países latinoamericanos y caribeños tres viaductos de logística: energía eléctrica e informática, interacción virtuosa entre empresas, sociedad y gobierno, y ampliación de los tres canales de financiamiento: fondos, créditos y seguro.

 

Nuevas dinámicas en las áreas de cooperación.

Entre las áreas de cooperación mencionadas en ambos documentos, la sección económica difiere en los objetos de inversión. La primera política despliega su cooperación financiera para combatir el lavado de dinero y el financiamiento al terrorismo, mientras que en el segundo se estructura la cooperación a favor de la regulación para una adecuada interconectividad.

En el proceso industrial China en 2008 promueve la cooperación práctica y el intercambio con los países de ALC sin profundizar los focos de inversión, mientras que en 2016 China junto a su sector empresarial se proyecta a la construcción conjunta de aglomerados industriales sobre la modalidad de asociación público-privada (PPP).

En el aspecto cultural el contraste que es posible evidenciar en ambos documentos se encuentra en la cooperación turística, en 2008 formaba parte del área económico-comercial para fomentar el conocimiento mutuo e impulsar la cooperación Sur-Sur, no obstante, ocho años después, el documento orienta el turismo a un escenario cultural y humanístico en el que anima a las autoridades aéreas a ensayar conexiones directas.

Por otro lado en 2008 impulsó la cooperación educativa a través del reconocimiento mutuo de diplomas y la movilidad académica, mientras que en 2016 China pretende formar talentos lingüísticos promoviendo la construcción de Institutos Confucio, y la cooperación académica entre universidades y think tanks.

En el campo de la colaboración militar, judicial y policial las publicaciones se diferencian en los agentes de inseguridad. En 2008 China se abrió al diálogo para la cooperación y, junto con los países de ALC, promovió la lucha contra el terrorismo, mientras que en 2016 busca establecer acuerdos concretos y amplía el concepto de seguridad al agregar crímenes trasnacionales y la ciberdelincuencia.

Otro aspecto a señalar es la disposición de China en desplegar cooperación tripartita en América Latina y el Caribe con los países y organizaciones internacionales extra regionales, animando a las empresas chinas a efectuar con otras empresas de la región en áreas económica, social y cultural esta clase de cooperación.

 

Conclusión.

La base de las relaciones sino-latinoamericanas y sino-caribeñas no busca el superávit comercial de China con los países de la región sino una relación de ganancia compartida que promueva la integración no sólo comercial sino también social, cultural y política con Asia-Pacifico. 

Una vez alcanzado los objetivos en cuanto a sus relaciones económico-comerciales China y América Latina y el Caribe están dispuestos a avanzar hacia nuevos lazos integrales que beneficien a ambas partes.

Esto se evidencia en la transformación de América Latina y el Caribe en una fuerza emergente que a través del Foro China-CELAC como plataforma de la asociación de cooperación integral, construirá la gobernanza económica global y el desarrollo sostenible, siendo los países latinoamericanos y caribeños quienes trabajen en conjunto con el gigante asiático a resolver los retos que atañe el escenario internacional e influyendo directamente en él.

También la nueva configuración en las relaciones demuestra el compromiso de China en fortalecer la cooperación, experiencias culturales, el comercio a nivel micro y macroeconómico, relaciones bilaterales y multilaterales, y la mutua complementariedad en una atmosfera internacional que brindará a los países latinoamericanos y caribeños una participación justa y equilibrada en los asuntos que concierne la Comunidad Internacional como el cumplimiento de los objetivos de la Agenda 2030, la interconectividad regional, las buenas prácticas en inversión y la seguridad mundial.

Reconocimiento personería jurídica: Resolución 2613 del 14 de agosto de 1959 Minjusticia.

Institución de Educación Superior sujeta a inspección y vigilancia por el Ministerio de Educación Nacional.