El Shrilk es un material que promete buenos resultados para el futuro, porque en primera instancia es totalmente biodegradable gracias a que proviene de la cutícula de diferentes insectos, y por otro lado, alcanza ciertos rangos de resistencia y flexibilidad que permite que sea fácil de moldear.
En la obtención de este material, lo primero se debe hacer es extraer la quintina del caparazón de algunos insectos o incluso crustáceos, posteriormente debe ser mezclado con hidróxido de sodio y de esta manera se genera un tipo de proteína que finalmente se convierte en el material que podría empezar a reemplazar al plástico, hecho que representaría grandes beneficios para el medio ambiente.
Cabe destacar que este material fue desarrollado por diferentes investigadores del instituto Wyss de ingeniería biológica, proveniente de la Universidad de Harvard, y actualmente continúan realizando diferentes pruebas a este nuevo tipo de material del cual se esperan grandes resultados.
INFORME DE DANIEL GALINDO