Llega Walk 21 a Utadeo, un espacio para pensar una ciudad caminable

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Llega Walk 21 a Utadeo, un espacio para pensar una ciudad caminable
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Miércoles, Agosto 15, 2018
Nuestra Universidad será una de las sedes de este importante evento que congregará a líderes mundiales y alcaldes de las principales ciudades en torno a la reflexión sobre la equidad y caminabilidad de estas. Vívelo del 15 al 19 de octubre. Conoce aquí la programación.

Descarga aquí la programación de Walk 21 en Utadeo

La Conferencia Internacional Walk 21 es una iniciativa a nivel mundial en la que distintos expertos y ciudadanos se reúnen para pensar cómo una ciudad puede ser más caminable.

Del 15 al 19 de octubre, Bogotá será sede del evento y Utadeo se sumará a esta celebración a través de distintas acciones como: un Recorrido Cultural por lugares emblemáticos del Centro de la ciudad, así como la intervención del corredor que comunica el Nuevo Edificio de Artes y Diseño y la entrada de Utadeo por la calle 23 (Carrera 4 A).

Para conocer más sobre esta iniciativa y la participación de Utadeo en el propósito de hacer de Bogotá una ciudad más caminable, hablamos con David Serna, egresado tadeísta, experto en espacio público y movilidad, y profesor de Utadeo.

Anímate a ser parte del cambio y vincúlate como voluntario a estas actividades lideradas por Tadeo Lab.

Inscríbete aquí.

 

 

¿Qué son las ciudades caminables?

David Serna: Cuando hablamos de ciudades caminales hablamos de una apropiación de la ciudad. Una ciudad caminable es un lugar en donde puedes salir, encontrarte un vecino, ir a la tienda, sacar al perro y socializar. No se trata solamente de rediseñar la calle y apropiarla, sino de la manera como interactuamos con las demás personas, los vehículos en los que nos estamos moviendo y los lugares donde compramos.

La ciudad en el la Edad Media era una ciudad caminable, la gente vivía a una distancia cerca de su trabajo. Cuando se empezó a pensar en las ciudades de la máquina, a finales del siglo XIX, se generaron ciudades concentradas en el vehículo.

Antes las ciudades no tenían parques, la calle era el lugar por excelencia para socializar, pero tuvimos que hacer parques porque los niños, por ejemplo, no pueden jugar en la calle. Es así como el vehículo particular empieza a disociar la ciudad, generando una ciudad burbuja en donde ya no tenemos un espacio donde caminar. Ante esta necesidad creamos una ciudad ficticia como los centros comerciales, que son una simulación del espacio público.

La idea del Walk 21 es pensarnos cómo podemos volver a tener una ciudad caminable y así dejar de estar en esa burbuja que hemos construido todos. La ciudad caminables es, en últimas, un espacio donde la gente pueda ser feliz en el espacio público.

 

¿Cuáles son los beneficios que supone una ciudad caminable?

D. S.: Las ciudades caminables pueden tener muchos beneficios. El primero de ellos tiene que ver con la cantidad de tiempo que gastamos en transportarnos, lo cual tiene unos impactos individuales frente a la calidad de vida. Al movilizarnos caminando, el mejor viaje termina siendo el que no se hace en un medio de transporte.

Ahí viene el segundo beneficio: mucha gente dice que necesitamos más autopistas porque hay muchos trancones, pero la movilidad no se trata de un medio de transporte en específico sino que a veces el mejor viaje es el que no se hace. Eso quiere decir que tal vez no tenemos que hacer una nueva autopista, sino que la gente entienda que puede vivir más cerca de sus lugares de trabajo.

Otro beneficio es el impacto ambiental que puede generar una ciudad caminable, a largo plazo puede registrar emisiones de carbono menores que una ciudad que está pensada para el vehículo automotor.

Un carro parqueado son seis metros cuadrados de espacio público que se desperdician. En ese espacio podría haber una silla o podría estar alguien jugando.

Pero el beneficio más importante es la felicidad que generan las interacciones sociales. Cuando tú vives cerca del trabajo de pronto conoces más a tus vecinos, te encuentras con personas en el espacio público. Se trata de volver a generar confianza con el otro y volver a ser una comunidad.

 

 

¿Cuáles son los factores que atentan contra el concepto de ciudades caminables?

D. S.: Cuando debo transitar largas distancias, me veo en la necesidad de usar un vehículo de transporte. Eso no quiere decir que el vehículo particular esté mal, es una opción de transporte. No se trata de satanizar un vehículo particular, sino entender que calidad de vida no es un vehículo, calidad de vida es poder vivir cerca.

Cuando pensamos la ciudad para el vehículo le quitamos espacio a la acera, dejamos la calle solo de forma funcional y no para la interacción. Empezamos a generar no-lugares que nadie usa o por donde nadie quiere pasar porque tiene miedo.

Ese es el enemigo más grande de una ciudad caminable: no pensar la diversidad funcional en una ciudad, pensar en un solo medio de transporte. Una ciudad caminable no quiere decir que solo vayamos a ser peatones, porque yo soy peatón y camino para moverme en un carro, camino para coger el transporte público.

 

¿Cómo construimos ciudades caminables?

D. S.: Primero debemos entender cuál es nuestro rol como ciudadanos. Mucha gente piensa que ser ciudadano solo es votar cada 4 años por alguien que le está vendiendo una idea y la responsabilidad por construir ciudad queda en el otro.

Hay diferentes mecanismos de participación como las Juntas de Acción Comunal, la posibilidad de hacer derechos de petición sobre las problemáticas de mi barrio. Pero otra forma de participación son las acciones que hago en el día a día, como usar la bicicleta e irse caminando a la universidad.

Dentro de mi rol puedo ser transformador de ciudad, si tengo la opción, claro, porque no todos los ciudadanos tienen la libertad de hacer esa acción política.

Es importante romper esos paradigmas de cuidad con los que hemos crecido.

 

 

 ¿Cómo se pueden vincular los tadeístas a esta iniciativa?

D. S.: Queremos que los estudiantes de la Tadeo se piensen cómo podemos reclamar la carrera 4 A a través de acciones simbólicas. Nos podemos soñar esa calle como un espacio diferente para caminar.

Durante esa semana del 15 al 19 de octubre podemos hacer acciones simbólicas que nos hagan reflexionar sobre una ciudad diferente.

Estamos buscando voluntarios para tomarnos este espacio. Es una invitaciones para los estudiantes que quieren soñarse la ciudad, soñarse el espacio de la Tadeo, soñarse la 4 A y no solo soñarse, aquí vamos a prototipar y vamos a hacer acciones en donde nos tomemos este espacio, pero para eso necesitamos un equipo.

Inscríbete aquí.

 

 

Reconocimiento personería jurídica: Resolución 2613 del 14 de agosto de 1959 Minjusticia.

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