Por: Daniel Gael Rodríguez
Correctora: María Sofía Rodríguez Sarmiento
No es un secreto para nadie que la explosión de lo digital y el surgimiento de los nuevos medios convergentes ha obligado al periodismo a reinventar sus modos, canales e, incluso, hasta el envoltorio en el que empaca sus mensajes e historias.
Es por esto que, en el marco del Festival Gabriel García Márquez, celebrado en Bogotá el pasado fin de semana —del 25 al 27 de julio—, se llevaron a cabo charlas, talleres y demás actividades que giraban en torno a esta misma problemática. Sin embargo, en esta corta reseña, me permitiré compartirles unos cuantos detalles sobre una de las múltiples charlas del 25 de julio, “Cambiarlo Todo: Innovar para contar historias.” Así que me gustaría preguntarle: ¿ha pensado en cómo se pueden innovar las narraciones en el contexto de lo efímero, lo digital, y lo algorítmico?
Durante la charla se mencionó que, en el siglo pasado, ser poeta era considerado una profesión; grandes figuras de esa época como Neruda, Borges o Mistral eran llamados poetas “profesionales”. Sin embargo, su concepto hoy en día se ha consolidado como una vocación, cada vez son menos los que pueden vivir de sus poemas y escritos rítmicos. Cristian Alarcón, o como prefiere que se le llame, Chris, quien es fundador de la revista Anfibia, periodista y escritor chileno, ganador del premio Alfaguara 2022, opina que hay un paralelo cercano con el periodismo actualmente, puesto que la palabra periodismo “se ha quedado corta para la vocación-impulso de lo que encierra ser periodista”, “prácticamente, el periodismo es la poesía del siglo XXI”. Además de poner sobre la mesa cuestiones como la preferencia actual de muchas audiencias por informarse con influencers, quienes, en algunos casos, pueden caer en el error de contribuir a la cultura de las fake news.
Esto nos lleva a otro punto importante que también discutieron los otros dos interlocutores que acompañaron la charla: Jorge Carrión, periodista español con amplia experiencia en la no ficción, participando en grandes medios como la Vanguardia, The New York Times y The Washington Post; y María Jesús Espinosa de los Monteros, directora general de Prisa Audio, quién con gran pasión se ha desempeñado en los campos de la producción sonora y audiovisual, además de la prensa cultural escrita, siendo reconocida en 2019 como una de las mentes más creativas de los negocios por la revista Forbes.
Los tres coincidieron en un mismo punto: El periodismo debe de abrirse a más espacios y medios, así como encontrar la manera de trabajar la no ficción desde más espacios de narrativas convergentes. Por ejemplo, Carrión comentaba un proyecto en el que está trabajando, el cual se basaba en una simulación virtual de la cultura catalana. Esto, también haciendo referencia a que el periodismo, históricamente, ha sido un puente entre ciencias, artes, culturas y sociedades, combinando lo que cada mundo tiene por ofrecer.
Por otro lado, cuando el tiempo de la charla empezaba a acortarse, se presentó el tema de la IA, llegando a concluir que, aunque asustara, es mejor “relajarnos un poco y jugar con ella”, en palabras de Chris, más o menos para que ella empezara a jugar con nosotros. De esa manera, el periodismo podría reinventarse, como ya han hecho medios en nuestro país como La Silla Vacía, quiénes se apoyan en la Inteligencia Artificial para sus reportajes y contenidos.
Al finalizar, se puso en duda el concepto de lo masivo. Un concepto que muchos estudiantes de comunicación hemos visto. “El periodismo ya no es masivo”, vuelve a participar Chris, “Lo masivo es Netflix y Bad Bunny.” ¿Qué es lo masivo entonces? Pues bueno, los interlocutores concordaron en que el lector contemporáneo es traicionero, puesto que puede comenzar a leer cuando se despierta, luego continúa en el transporte público, a la hora del almuerzo, en la oficina y la termina cuando se va a dormir; sin embargo, puede que ni siquiera la termine porque se le olvide, o encuentre algún material que lo entretenga más. Asimismo, los algoritmos solamente le van a mostrar a cada individuo de la audiencia lo que quiere ver —o lo que considera que lo va a mantener “online”.
Esto último me llevó a una pregunta que después de un par de días me ha costado responder: ¿cómo podemos entonces llegar a una audiencia que se encuentra fragmentada por sus algoritmos propios en redes sociales, e incluso en las aplicaciones de noticias como Google News?, si el concepto de “masivo” se está transformando. ¿Los medios tradicionales tienden a la desaparición? Sin duda, la décimo tercera edición de este festival nos ha permitido sumergirnos en los retos —o posibilidades— a los que el periodismo se enfrenta actualmente. ¿Usted qué opina? ¿Los nuevos canales de comunicación, los influencers, la IA y los algoritmos van a reemplazar a la profesión del periodista, para terminar siendo una vocación o una afición como ocurrió el siglo pasado con la poesía?