En la piel del toro

La Brújula

LA BRÚJULA es un medio de comunicación de la Universidad Jorge Tadeo Lozano "hecho por estudiantes y para estudiantes", donde se dan a conocer los acontecimientos y la realidad que influye en la vida universitaria tadeísta.
  • Opinión

Export taxonomy

Destacadas
En la piel del toro
Compartir en
Sábado, Febrero 15, 2020
Por esta misma época comienzan las protestas que año tras año, empiezan a pintar las banderas animalistas. Sin escuchar el canto de las minorías, la Corte Constitucional falló a favor de las corridas, puesto que las patrocinan empresas privadas. El público que ve morir al toro ya no es multitudinario. Antes se lidiaba por afición, hoy se torea por interés y estatus.

Redacción: Jennifer Corzo

Ilustración: Leonardo Gómez

Cada cuatros años, cuando el toro bravo llega a la edad adulta, el animal no sabe si las políticas de turno lo dejarán correr en la Santamaría o será sometido al sacrificio sin estrenar su estirpe. El mismo bovino reconocido como un dios en culturas como la egipcia o la hindú, por su esencia mística y por su dominio en la manada, se arrincona en el corral como quien ya supone cerca su lecho de muerte. Es así desde que los romanos crearon la faena, para mostrar al público sangrientas peleas entre guerreros y toros salvajes. Estos últimos tienen en su instinto huir del peligro, no enfrentarlo, pese a que desde hace siglos fueron formados en Europa como seres encastados y fuertes, dispuestos a repetir embestidas y durar más de tres tercios. 

Los asistentes a la plaza lanzan improperios sobre la casta de su raza, su bravura ancestral y su nobleza divina. La escasa tribuna quiere dominarlo y para ello el torero lo provoca, lo humilla. Su instinto lo mantienen alerta. Está ahí porque ha sido seleccionado para pelear a muerte. Con libreta en mano, han medido su embestida, su capacidad de respuesta ante el torero y la profundidad con que busca la muleta. Los hombres, conscientes de su bravura quieren reducirlo para imponer la propia, como si fuera necesario en este siglo derrotar un animal para reconocer la brutalidad de los hombres. 

Cuando las compuertas se abren el toro escucha como los gritos del público lo invitan a un recorrido repetitivo y constante para alterar su temperamento. De por si, el animal está nervioso e intenta levantar su cabeza, pero el lomo no se lo permite. Tuerce los ojos, jadea como queriendo hablar, aumenta su presión sanguínea y sus patas delanteras levantan el polvo buscando una salida. Es un preso inocente y han vendido su vida a un costo muy alto que ni siquiera él mismo puede cobrar. 

Delante de las tablas, los aficionados de la tauromaquia gozan con euforia el evento. “Esto es arte”, dicen, mientras ven al animal y al torero con su traje de colores. El bovino se prepara para la embestida final, pero las banderillas en su lomo muestran el triunfo del torero. El animal ensangrentado y moribundo ya no huye del peligro, sino que lo ve a los ojos y lo enfrenta. En esa última carrera sus órganos se contraen, jadea, se asfixia y pierde el dominio de sus movimientos. Su dieta estricta de cereales y proteínas hace que esté por encima de los cincuenta kilos de sobrepeso, de manera que no hay forma de que se levante. 

Por esta misma época comienzan las protestas que año tras año, empiezan a pintar las banderas animalistas. Sin escuchar el canto de las minorías, la Corte Constitucional falló a favor de las corridas, puesto que las patrocinan empresas privadas. El público que ve morir al toro ya no es multitudinario. Antes se lidiaba por afición, hoy se torea por interés y estatus.

Reconocimiento personería jurídica: Resolución 2613 del 14 de agosto de 1959 Minjusticia.

Institución de Educación Superior sujeta a inspección y vigilancia por el Ministerio de Educación Nacional.