Escrito por: María Navarro
Editora/corrector de estilo: Luna Martínez
Fotografías: Juan Martín González
El Teatro Colón
A finales del siglo XIX, la Bogotá de calles empedradas y faroles de gas vio nacer uno de sus más grandes emblemas culturales: el Teatro Colón. Inaugurado en 1892, su construcción fue una apuesta por dotar a la capital de un escenario digno de las grandes compañías europeas. La entrada principal, una puerta imponente de madera tallada, se convirtió en la antesala de un mundo de óperas, zarzuelas y dramas que transformaban las noches bogotanas en espectáculos de ensueño. Bajo sus arcos, pasaron escritores, presidentes y soñadores, todos testigos de un escenario que vibraba con cada interpretación.
Alcaldía Mayor - Fachada Sur
En el corazón de la Plaza de Bolívar, la Alcaldía Mayor de Bogotá ha sido el epicentro de decisiones que han cambiado el rumbo de la ciudad. Su fachada sur, con una puerta robusta que ha visto desfilar gobernantes, manifestantes y ciudadanos en busca de justicia, encarna la fuerza del poder público. En la época colonial, este sitio era el Cabildo de Santafé, donde los criollos debatían sobre impuestos y ordenanzas. Con el tiempo, la sede se modernizó, pero su acceso principal sigue recordando las antiguas puertas de la administración colonial, testigos de revueltas y festividades.
El Palacio Arzobispal
Junto a la majestuosa Catedral Primada, el Palacio Arzobispal ha sido la casa de los más altos dignatarios de la Iglesia católica en Colombia. Desde su construcción en el siglo XVIII, su puerta principal ha sido el umbral de decisiones eclesiásticas que han marcado la vida religiosa del país. En tiempos de la colonia, este lugar no solo era un centro espiritual, sino también un actor clave en la política y la educación. La imponente madera tallada de su entrada ha sido cruzada por obispos, fieles y, en más de una ocasión, insurgentes que desafiaban el orden clerical.
La Catedral Primada
Erigida en el mismo sitio donde Gonzalo Jiménez de Quesada fundó Bogotá en 1538, la Catedral Primada es el corazón espiritual de la ciudad. Su imponente puerta principal, enmarcada por columnas neoclásicas, ha recibido a generaciones de creyentes y visitantes. En tiempos coloniales, era el centro de reuniones religiosas y políticas, y durante la independencia, sus campanas repicabanrepicaron anunciando la libertad. Hoy, sigue siendo un símbolo de resistencia y fe, con sus puertas abiertas a quienes buscan un refugio en la historia y el misticismo de la capital.
Cada una de estas puertas es más que una entrada; son testigos silenciosos del pasado y del presente de Bogotá. Donde han sentido los pasos de personajes ilustres, sus umbrales han sido el escenario de hechos que forjaron la nación, y sus cerraduras guardan secretos de épocas que aún resuenan en las calles de la ciudad.