Por: luna Martínez y Mafe Navarro
Correción/Edición de estilo: Sofia Rodríguez
Mónica Vargas, creadora del podcast Un baño en otro lado, se alió con una clase de la Maestría en Escrituras Creativas de la Universidad Central para hablar, sin eufemismos ni rodeos, de los baños. Sí, de los baños. Ese lugar al que entramos con el cuerpo en vilo y salimos, muchas veces, con el alma un poco más ligera. El conversatorio fue un acto de ternura radical: nombrar lo innombrable, quitarle la culpa a lo escatológico, y reconocer —con humor y sin pudor— que en los retretes también habita la memoria, la vergüenza, el deseo, el miedo.
Se habló de baños públicos como trincheras, de baños de colegio donde nacen traumas, de baños familiares que guardan secretos. Se habló de la invisibilidad de quienes los limpian, de las normas de género que atraviesan los urinarios y las filas eternas. También se habló cómo estos espacios delimitan la intimidad y reflejan estructuras sociales. Fue un ejercicio de oralidad desde el fondo —y no solo metafórico— de lo que somos: humanos, olorosos, vulnerables, a veces graciosos, siempre vivos.
Si quieren seguir escarbando entre azulejos, olores y confesiones, escuchen Un baño en otro lado. Este podcast recoge historias que normalmente no se cuentan, y lo hace con una mezcla perfecta de sensibilidad, desparpajo y verdad. Porque incluso lo que pasa detrás de una puerta cerrada merece ser escuchado.
El cierre fue perfecto: se compartieron historias y cacalletas, unas provocadoras galletas de chocolate en forma de caca. Risas incómodas, placer culpable, un último bocado de irreverencia. Y así, entre crónicas fecales y galletas iconoclastas, se dejó en claro que el baño no es un lugar marginal, sino un escenario narrativo ineludible. Un espejo donde el cuerpo y la palabra se sientan, respiran, y se permiten ser.