La investigadora Lisa Croen, directora del programa de investigación sobre el autismo de la división de investigación de Kaiser Permanente en Oakland, California asegura: "los niños concebidos menos de dos años tras el nacimiento de su hermano mayor o más de seis años después, experimentan un aumento de [más o menos] dos o tres veces en el riesgo de ser diagnosticados con autismo", siendo este un factor de asociación ya que este tipo de estudios no pueden probar las causas concretas.
A pesar de que este estudio publicado el 14 de septiembre halló una asociación entre los intervalos entre embarazos y un posible autismo, aun se necesita mucha más investigación sobre el tema. Croen por su parte aseguró que los hallazgos respaldan la recomendación actual de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de esperar al menos dos años después del nacimiento de un niño antes de intentar el próximo embarazo.
Los investigadores del estudio observaron los códigos que evidenciaban el trastorno del espectro autista (TEA), la mayoría de los hermanos mayores de los 45,000 niños nacidos en segundo lugar no tenían un diagnóstico de este tipo de trastorno, sin embargo 878 sí lo tuvieron.
Aunque los investigadores no saben cómo explicar la asociación de los intervalos entre embarazos, según Lisa Croen, directora del programa de investigación sobre el autismo de la división de investigación de Kaiser Permanente en Oakland, California, es posible es que las madres con intervalos cortos entre embarazos podrían tener unos niveles muy bajos de ácido fólico el cual es un nutriente esencial para el desarrollo saludable del cerebro del feto.