Al acto han asistido unas 6.500 personas, entre las cuales se contaban los emperadores de Japón, Akihito y Michiko. Esta es la última vez que participan en la cita anual, dado que el monarca abdicará en abril de 2019.
Al mediodía, los asistentes a la ceremonia han guardado un minuto de silencio. Además, el emperador ha pronunciado un discurso en el que ha dicho lo siguiente: "Al reflexionar sobre los muchos meses y años de paz que hemos vivido tras la guerra, recuerdo el pasado con un profundo remordimiento. Deseo de todo corazón que la barbarie de la guerra no se repita. Me uno al pueblo japonés para rendir un sentido homenaje a todos aquellos que perdieron la vida en la guerra, tanto en la batalla como fuera de ella, y rezo por la paz mundial y el continuo desarrollo de nuestra nación".
Desde su entronización, en 1989, Akihito pronuncia un discurso en la ceremonia del 15 de agosto y viene haciendo todo lo posible para cerrar las heridas de la guerra en Japón y fuera de sus fronteras.
El primer ministro, Shinzo Abe, también ha estado presente en la ceremonia y ha pronunciado un discurso en el que se ha comprometido a hacer frente a la raíz de los conflictos y esforzarse por lograr un mundo en el que reine la paz. El mandatario ha dicho: "Nunca jamás repetiremos la desolación de la guerra. Nos enfrentaremos a la historia con humildad y cumpliremos a rajatabla este compromiso, independientemente del camino que tome el mundo"