El origen etimológico de la palabra finanzas lo relaciona con la raíz griega fin, que traduce la finalización de algo y específicamente hace varios siglos se refería a la terminación de pagos o promesas de negocios. De allí la fuente de palabras como financiación.
Pero es la economía como ciencia social y cuyo objeto de estudio que aborda entre otras, las relaciones de producción o las formas de asignar los recursos escasos para satisfacer distintas y diversas necesidades humanas, la que proporciona el marco de desarrollo e investigación al campo financiero como un área específica del saber.
Sin embargo, en el siglo XX se empezaron a involucras otras áreas del saber como la psicología, la filosofía y hasta las matemáticas, con una presencia cada vez mayor. Las primeras dos áreas con el fin de entender un poco más la forma de proceder de los individuos y hasta cómo se agrupan. En cambio las matemáticas se convirtieron en el instrumento perfecto de formalización de distintos y diversos discursos o pensamientos, así como en el modo de abstraer todas aquellas variables o circunstancias que hacían compleja, relativa o subjetiva la resolución de un problema o pregunta de investigación.
Es así como se llega a reconocer que las finanzas intentan resolver preguntas de investigación que sean esenciales, útiles, relevantes no sólo para las organizaciones que son formas de agrupar individuos y otorgarles vida a unos entes ficticios o jurídicos, sino para la vida de individuos que conforman sistemas sociales, culturales, económicos cada vez más complejos e interrelacionados entre sí, tal vez con el objetivo de multiplicar exponencialmente las ganancias o sencillamente de vivir en paz con lo suficiente.
Pero lo que ha sucedido en los últimos años es que cuando se formulan preguntas sobre el uso eficiente de recursos o sobre la maximización de la riqueza (no sólo de las organizaciones sino también de sus participantes), profesores e investigadores en finanzas, han derivado en modelos matemáticos, con un lenguaje de algoritmos y variables, que hacen pensar muchas veces que la cuestión financiera es afín exclusivamente para quienes disfrutan de las matemáticas y de interminables hojas de cálculo.
Realmente, los problemas financieros hacen parte de la vida cotidiana de una gran mayoría y no deberían ser ignorados en su solución. No obstante, como en muchos campos del saber y en la mayoría de ámbitos en la vida, hay que conocer e investigar para afrontar mejor los escenarios de incertidumbre. Es necesario mejorar el entendimiento del entorno económico y financiero (particular y colectivo), pues ese es uno de los objetivos de la formación profesional en administración de empresas.
Pilar CorredorProfesora de Tiempo CompletoPrograma de Administración de EmpresasVer Perfil