El Experimento del Gorila y el PNB

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Opinión
El Experimento del Gorila y el PNB
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Martes, Noviembre 11, 2014
Por: Erick Céspedes
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Por: Erick Céspedes

Antes de continuar, se pide al lector que realice el test que aparece en el video: (http://www.youtube.com/watch?v=hWqWL9SH09o )

El experimento del gorila se puede resumir de la siguiente forma: se presenta un video en el que dos equipos de baloncesto pasan el balón, un equipo está vestido de negro y el otro de blanco, y se pide a un observador que cuente el número de pases que realizan los jugadores del equipo blanco. Al final del video se revela la cuenta, y el observador atento habrá acertado. Entonces, se retrocede el video y se lanza una pregunta inesperada: ¿vió a un personaje disfrazado, bailando moonwalk, pasando de un lado a otro? La mayoría de gente que se concentró en contar, niega que ese personaje haya estado en el video, podrían jurar que nunca estuvo. Podemos ser ciegos y además ciegos de nuestra ceguera. Repitiendo el video no queda otra opción que reconocer que el “gorila” (el oso del video) estuvo allí, bailó frente a nuestros ojos y no lo vimos. Se hizo asombrosamente invisible.

El psicólogo Daniel Kahneman en su libro “Pensar rápido, pensar despacio” utiliza el experimento del gorila para mostrar que nuestra mente puede ser ciega frente a lo que evidentemente está allí, sólo hay que distraer una parte del cerebro en una operación compleja. Vale subrayar que los aportes de Kahneman, al integrar la psicología y la economía, lo harían merecedor del premio nobel de economía en 2002, premio que también habría recibido su gran amigo Amos Tversky si no hubiera fallecido tan prematuramente.  

Es probable que, mientras hacemos una operación compleja, tengamos un gorila pasando al frente y no lo veamos, para los policy makers, más que una probabilidad, es un evento seguro. Con el fin de confirmar esto último basta encontrar un gorila. Ese gorila se llama Producto Nacional Bruto (PNB), y no lo vemos porque estamos preocupados en la operación compleja de entender cómo se mueve el Producto Interno Bruto (PIB) y sus componentes. Desde hace un par de años, el profesor Álvaro Moreno de la Universidad Nacional ha venido insistiendo en voltear la mirada al PNB como un indicador relevante para una economía abierta como la nuestra, a fin de examinar el desempeño agregado de la actividad economica. Y es hora de que los economistas pensemos en esto seriamente.

Entre el año 2000 y 2013 el PIB real prácticamente se duplicó y la tasa promedio de crecimiento fue de 4.3%. En este periodo el crecimiento más bajo fue en el año 2009 (1.65%) y el más alto fue en el 2007 (6.9%). El crecimiento anual del PIB en 2013 fue de 4.7%. Para el segundo trimestre de 2014 (con un crecimiento de 4.3%) fuimos la sexta economía de más crecimiento en el mundo, la segunda de Latinoamérica y la primera de Suramérica. 

La dinámica económica de generación de valor agregado parece buena; sobre todo si se tiene en cuenta que las cifras del gobierno le suman a las trayectorias futuras de crecimiento del PIB un 1% adicional, por efecto del acuerdo de paz con las FARC (si se logra), y otro 1.5% adicional, por efecto de las obras civiles de 4G; sin contar el efecto inmediato que tendrá el choque de construcción de edificaciones del programa de vivienda gratuita. Desde luego, un análisis detallado del PIB podría explayarse en una gama de categorías y conexiones.

Para este momento el lector estará tal vez abrumado por optimismo de las cifras. Y estará lo suficientemente distraído con el PIB para no preguntarse por el flujo de recursos neto con el extranjero, que se ha ido camuflando en estas cifras.

El PIB recoge el valor agregado generado al interior de la economía en un periodo de tiempo, pero con la generación del valor agregado no finalizan las cuentas. Una parte de ese valor agregado se queda. Otra se va. Por ejemplo, el flujo neto de dividendos e intereses hacia el exterior ronda los 28 billones de pesos (4% del PIB). Así, el resto del mundo participa en nuestro PIB. Y la pregunta es: ¿cuánto de la remuneración neta al factor capital (o trabajo) se escapa? Si hiciéramos estas cuentas podríamos saber qué tan bien o qué tan mal parados estamos, es decir, con cuánto nos quedamos y cuánto se lleva el resto del mundo de nuestro valor agregado. Este es el gorila.

Mientras que entre 2000 y 2013 el PIB se duplicó, los flujos netos de entradas y salidas al extranjero de intereses, dividendos y remuneración a los asalariados se cuadruplicó. De tal manera, que una parte cada vez más grande de nuestro valor agregado se está yendo para el resto del mundo. Lo cual tiene implicaciones importantes sobre la riqueza, el consumo y el bienestar.

El PNB se obtiene de sumarle al PIB las mencionadas transacciones netas con el extranjero. A modo de regla: siempre que el PNB sea inferior al PIB, estamos en una situación en la cual una parte del valor agregado se está yendo. Estamos llenando un estanque y lo estamos llenando constantemente, pero hay un desagüe que deberíamos examinar.

En el periodo 2000-2013, el PNB siempre estuvo por debajo del PIB, es decir, es más lo que sale que lo que entra del extranjero. En términos netos estamos entregando una parte del PIB al extanjero. Y esa brecha no se hace más estrecha. Para el periodo 2000-2003 la diferencia entre PNB y PIB era -1.5% del PIB; para el periodo 2011-2013 es -4%. En consecuencia, el “escape” neto del valor agregado hacia exterior es cada vez mayor.

De confrontar los datos de los institutos de estadisticas de Ecuador, Perú, Venezuela, Chile, Argentina y Colombia, se encuentra que el único país que no tiene un escape neto de valor agregado es Chile. Absorbe parte del PIB del resto del mundo. Dicho de otra forma: el PNB es superior al PIB (una diferencia del 2% en 2007 y 5% en 2013). Así pues, considerando este indicador, Chile es una economía captadora neta de valor agregado externo, que aprovecha las ventajas de ser una economía abierta. No sobra decir que es preferible tener una posición como la chilena, en vez de un escape neto de valor agregado hacia el extranjero, y, además, es mucho peor si cada vez es mayor.

En Colombia, aunque la dinámica de generación de valor agregado es buena, la brecha PNB-PIB cada vez se hace más grande, con lo cual el escape neto de valor agregado aumenta. Esto se debe, en algunos casos, a la creciente inversión extranjera directa que aumenta la formación bruta de capital fijo y, por esa vía, se choca positivamente al PIB (de lo cual, por supuesto, nos sentimos muy felices); con un rebote, al que poca atención le prestamos, a saber: una obligación con el resto del mundo, que más tarde se refleja en dividendos dirigidos hacia el extranjero y, desde luego, un incremento del déficit en cuenta corriente. Así las cosas, en una economía abierta la dinámica de la renta de factores resulta fundamental, y no examinar en detalle al PNB nos puede sumir en un peligroso autoengaño. Es hora de ver el gorila.

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