La comunidad internacional y el postconflicto en Colombia

Opinión
La comunidad internacional y el postconflicto en Colombia
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Jueves, Junio 11, 2015
Internacional
En su última gira por el viejo continente el presidente Santos recibió un renovado respaldo por parte de la Unión Europea, que además de mantener su apoyo a los diálogos de paz, ha anunciado su disposición de poner en marcha un fondo para el postconflicto. Con ello, se pone de manifiesto una vez más el importante rol que tiene la comunidad internacional, a través de su apoyo político y financiero, en el proceso que conduzca al fin del conflicto y la construcción de la paz en Colombia.
Imagen tomada de: www.zimbio.com

11 de junio

Angélica Alba Cuellar

Docente e investigadora del Observatorio de Construcción de Paz

 

En su última gira por el viejo continente el presidente Santos recibió un renovado respaldo por parte de la Unión Europea, que además de mantener su apoyo a los diálogos de paz, ha anunciado su disposición de poner en marcha un fondo para el postconflicto. Con ello, se pone de manifiesto una vez más el importante rol que tiene la comunidad internacional, a través de su apoyo político y financiero, en el proceso que conduzca al fin del conflicto y la construcción de la paz en Colombia.

 

En este contexto, es importante considerar que es común que exista una divergencia entre las expectativas de una rápida consolidación de la paz y las dificultades y duración del proceso real. Los retos que enfrentan las sociedades que han superado un conflicto son considerablemente más complejos que el mismo proceso que llevó a la conclusión de la violencia, por lo que las necesidades que se generan en este escenario de transición a una paz sostenible son elevadas, y en general, superan las capacidades y medios de los que dispone el Estado. Por ello, la comunidad internacional juega un rol fundamental en el apoyo a las sociedades que enfrentan los retos del postconflicto y que su asistencia, actividades y proyectos pueden tener un efecto significativo en la reducción de la probabilidad de un rebrote de la violencia.

 

En el proceso de paz emprendido por el Gobierno y las FARC, la participación internacional ha sido clave. Venezuela y Chile han sido acompañantes de la negociación, mientras que Cuba, sede de las negociaciones, y Noruega, han fungido como garantes. De otra parte, organismos como la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), la Comunidad Andina de Naciones (CAN), la Organización de Estados Americanos han manifestado su apoyo al proceso. Por su parte, las Naciones Unidas han apoyado el proceso desde sus inicios, aunque también ha sido clara su postura frente a temas como la justicia transicional y el principio de que no puede haber amnistías totales ni indultos como resultado del mismo. El coordinador de la ONU en Colombia, Fabrizio Hochschild, ha reafirmado el compromiso de la comunidad internacional con la asistencia humanitaria a víctimas del conflicto armado en el país si el Gobierno y las FARC firman un acuerdo de paz en La Habana.

 

Hay que recordar que Colombia tiene algunas experiencias en la búsqueda del apoyo internacional para la paz. Ya durante el fallido proceso del Caguán, el país logró incrementar los recursos de cooperación en la forma de Ayuda Oficial para el Desarrollo. A pesar del fracaso de los diálogos, los donantes mantuvieron su ayuda al país y Colombia se convirtió en los últimos años uno de los principales receptores de recursos de cooperación internacional en la región. Sin embargo, hoy la situación del país es diferente, pues presenta tasas de crecimiento económico sostenidas y pretende ingresar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Es por ello que a pesar de la ingente necesidad de financiación para la etapa del postconflicto, hay inquietud alrededor de la posibilidad de que la cantidad de recursos provenientes del exterior podría no ser tan alta como la que generan los requerimientos.

 

No obstante, es de fundamental importancia que las instituciones y agencias internacionales se involucren en la construcción de la paz en Colombia a través del acompañamiento, el apoyo técnico en temas de DDR, justicia transicional, fortalecimiento democrático o derechos humanos, y con el financiamiento de proyectos de desarrollo. En este escenario, los esfuerzos deben orientarse al apoyo y complementación de las políticas, proyectos e iniciativas locales, especialmente en aquellos orientados a contribuir en la eliminación de las causas estructurales de la violencia. Aquí, la efectividad de la asistencia puede ser mayor en la medida en la que el país y los donantes asuman su propia responsabilidad en el proceso, en un escenario en el que se establezcan de antemano las condiciones, orientación y priorización en la colocación de la ayuda, al mismo tiempo que se intenta mantener la voluntad y el compromiso de la comunidad internacional con el apoyo a la construcción de la paz. 

 

 

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