Las violencias se disparan en casa en tiempos de cuarentena

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Las violencias se disparan en casa en tiempos de cuarentena
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Martes, Mayo 12, 2020
Fotos: Alejandra Zapata / Oficina de Comunicación Utadeo

SUMARIO: El aislamiento obligatorio y las violencias arraigadas en la cultura han convertido a las familias en caldos de cultivo propicio para casos de maltrato y abuso físico, psicológico, verbal, económico y sexual. Es importante buscar ayuda y denunciar.

Por Wendy González

Bienestar Universitario Utadeo

La presión por el encierro, los problemas de convivencia, la incertidumbre por el futuro y los miedos por los efectos que en la vida, la salud y la economía familiar pueda causar la cuarentena ordenada para frenar la expansión del coronavirus, están causando un infortunado impacto adicional en los hogares: el aumento de los casos de violencia intrafamiliar.

Angélica Bernal, politóloga, docente de ciencias políticas de Utadeo, representante de los profesores de la Universidad ante el Consejo Directivo y una experta en temas de participación política, democracia y teoría feminista, reflexiona en torno a las violencias que han sido legitimadas por la cultura y a los tipos de violencia intrafamiliar que se ven con más frecuencia. Hace un llamado a buscar ayuda y denunciar (Lea el recuadro: ‘Estas son las líneas para denunciar casos de violencia y abuso’).

¿Cómo podemos definir la violencia intrafamiliar?

Hay que hacer una distinción: una cosa es el ámbito donde ocurren las violencias, como la familia, la calle, el lugar de trabajo, y otra es la violencia en sí misma. En el ámbito familiar puede haber violencia de pareja (es decir, entre cónyuges), hacia adultos mayores o contra la infancia. Lo que han mostrado los estudios y las investigaciones es que estamos en culturas y sociedades que han legitimado algunos tipos de violencia.

Durante mucho tiempo no se consideró un problema que los padres usaran la violencia para ‘educar’ a los hijos…

Algunas concepciones han cambiado mucho, otras no tanto: sigue siendo muy frecuente la violencia entre cónyuges, en particular en relaciones heterosexuales de hombres hacia mujeres. Este fenómeno tiene una trayectoria histórica y cultural y, por lo tanto, se puede cambiar. No es, en ese sentido, tan conveniente hablar de violencia intrafamiliar, sino más bien hacer diferencia entre las distintas violencias que ocurren dentro de la familia; ahora, este no es un tipo como tal, porque los tipos son física, psicológica, sexual y económica.

¿Qué tipos de violencia existen dentro de la familia?

La violencia física, que tiene que ver con una agresión que cause daño a la integridad corporal o incluso que atente contra la vida; la violencia psicológica, relacionada con humillaciones, malas palabras, menosprecio o incluso aislamiento. Por ejemplo, en este momento en que la familia está obligada a vivir confinada, se presentan muchos episodios de silencio o de marginaciones obligadas sobre algún miembro de la familia. Eso no causa daño físico, pero sí psicológico.

A lo anterior se suma la violencia sexual, que consiste en la apropiación del cuerpo, de la sexualidad de una persona sin su consentimiento, de manera abusiva; la violencia económica, que se refiere, sobre todo, a la apropiación del trabajo de otra persona. Me refiero, incluso, a esos casos en los que dentro de la familia hay una sola persona responsable de hacer todo el trabajo doméstico y asumir todas las tareas de cuidado; en cierto momento eso puede ser violento: ese es el caso, por ejemplo, de una familia en la que es la madre la responsable de una jornada laboral que se extiende casi por 12 horas, sin ningún tipo de reconocimiento.

 ¿Qué constituye la violencia intrafamiliar y que no?

 Es importante que haya claridad en torno al hecho de que la violencia no es un   medio legítimo ni adecuado de relación entre las personas. Ahora bien, la familia es   un ámbito complejo, las personas tenemos nuestros temperamentos, podemos   tener diferentes opiniones o puntos de vista, razón por la cual siempre habrá   conflictos en la familia. Ahora, yo puedo tener un conflicto y empezar incluso a   discutir; no obstante, debe tenerse en cuenta que en algún momento, y por cuenta   de esa interacción, una persona puede llegar a sentirse lesionada en su dignidad o   autoimagen. Es más, si hay un daño físico, ya estamos hablando de violencia.

 Una cosa es tener diferencias, y otra muy distinta es intentar resolverlas por la vía violenta…

Los seres humanos tenemos herramientas para enfrentar los conflictos de maneras distintas, no violentas. Entonces el llamado es a que se entienda eso, que las personas están en la capacidad de razonar, de hablar, de enfrentar los conflictos, de intentar transformarlos de modo tal que no implique hacerle daño a ninguna otra persona.

¿Qué aspectos hacen que se desate la violencia dentro de la familia?

Esta es una temática bastante compleja. Hay aspectos históricos, como esta cultura que equipara la educación de la infancia con los golpes, somos sociedades que aprendieron que a los niños había que educarlos con golpes o agresiones; eso ha cambiado mucho y frecuentemente se está diciendo que eso no es aceptable. De todos modos hay momentos en los que la gente pierde el control de las situaciones y llega a violentar a niños, a niñas y a jóvenes.

¿Qué otro ejemplo de estas violencias históricas podría mencionar?

Otra violencia histórica que justifica nuestra cultura es la de hombres contra mujeres, en el caso de parejas heterosexuales, que también parte de unos imaginarios según los cuales las mujeres son propiedad de los varones, y eso les da el poder de ejercer violencia física, psicológica o sexual. De hecho, el tema de la violencia sexual es complejo porque durante mucho tiempo se pensó que cuando una pareja estaba, por ejemplo, casada, no había violencia sexual, porque era responsabilidad de la mujer obedecer las peticiones sexuales de su pareja, y ha sido un proceso muy largo decir que ahí sí hay violencia por más pareja que sea, por más años que lleve casada. En resumen: muchas veces estas violencias que acabo de mencionar no son vistas con malos ojos, sino justificadas, a grado tal que en ocasiones resultan siendo más señaladas las víctimas que los mismos agresores. Por eso es tan difícil identificar estas violencias.

¿Por qué situaciones como la cuarentena disparan estos casos?

Pues hay muchos factores, entre ellos la presión que causa en la gente la incertidumbre, el temor a perder el empleo (de hecho, muchos ya quedaron desempleados) y la obligación de experimentar una convivencia tan cercana y tan continua; hablo de familias en las que el papá y la mamá trabajan, y los hijos van al colegio o a la universidad; todos tienen fases de encuentro muy puntuales. Ahora las familias han tenido que cambiar sus dinámicas. Todos sus integrantes deben, por obligación, estar juntos y sin posibilidad de tener espacios separados. Esto crea mucha presión. Esos miedos, presión e incertidumbre hacen que muchas veces los conflictos no se aborden de manera tranquila o con calma; todo el mundo tiene susceptibilidades y eso rápidamente puede desencadenar en un hecho violento. Ahora, hay que reconocer que en muchos otros casos, desde antes de la cuarentena, ya existían integrantes violentos dentro de algunas familias; de hecho, en Colombia la mayor parte de las violencias ocurren en la casa. Entonces: si esa es nuestra historia, y le agregamos estar encerrados con los agresores, pues todo es mucho peor.

¿Cuáles son los casos de violencia intrafamiliar que con más frecuencia se evidencian en situaciones como esta cuarentena?

Infortunadamente la más visible es la violencia que termina con el asesinato de las mujeres. Distintas organizaciones llevan una cuenta bastante triste de las asesinadas por sus parejas, un fenómeno que se denomina feminicidio. Los mismos servicios del Estado reportan un incremento alto de reportes telefónicos de casos de violencia, que son sobre todo violencia física y psicológica que se está ejerciendo en las familias y en los hogares.

Centrando este tema en un ámbito más juvenil y estudiantil, ¿Qué consecuencias trae un caso de violencia intrafamiliar en la vida de un adolescente?

Con la incertidumbre de no saber cuándo se va a superar la situación, imagino que la sensación es la de estar atrapados en una situación peligrosa, en la que pueden resultar agredidos en cualquier momento; obviamente eso no les permite concentrarse en sus actividades académicas, atender sus clases como se debe o hacer sus trabajos, porque la amenaza de la violencia está al cruzar la puerta. Evidentemente, en estos casos no solo se afecta el desempeño académico, también, y quizá eso es lo más importante, la salud mental, la dignidad, porque incluso puede llegar a pensar en desaparecer; estas situaciones tienen unos riesgos supremamente altos para los estudiantes.

¿Qué recomienda en casos de violencia intrafamiliar?

Lo más importante es que se busque ayuda, que la persona sepa que no es normal ser agredida o violentada, que eso no está justificado; una vez acepte eso, debe buscar ayuda. En cuanto a nuestros estudiantes, lo aconsejable es comunicarse con los servicios de Bienestar, poner en conocimiento el caso, de modo que esta dependencia pueda ofrecerles la información y orientación necesarias para contactar a las autoridades. Vale la pena anotar que, en buena medida, estas violencias son delitos. Lo que primero cabe en estas circunstancias es ayudar a la víctima e intentar sacarla de la situación de peligro, pero también que sobre el agresor se ejerza algún tipo de castigo.

 

RECUADRO

Estas son las líneas para denunciar casos de violencia y abuso:

Bienestar Utadeo: al correo electrónico buentrato@utadeo.edu.co

Línea 106: atención a niñas, niños y adolescentes. Se abordan casos de violencia física, emocional y sexual, matoneo, trastornos de salud mental, consumo de sustancias psicoactivas.

Línea 112: de la Policía Nacional

Línea 155: Línea Nacional de Atención a las Mujeres

Línea 123: reporte de emergencias

Línea 122: Fiscalía

Líneas (300) 7551846 y 01 8000 112137 (marcando desde teléfono fijo) o Línea Púrpura: brinda asesoría, atención psicosocial y se abordan casos de violencia y maltrato contra las mujeres.

 

DESTACADOS:

“Los seres humanos tenemos herramientas para enfrentar los conflictos de maneras distintas, no violentas. El llamado es a que se entienda eso, que las personas están en la capacidad de razonar, de hablar, de enfrentar los conflictos, de intentar transformarlos de modo tal que no implique hacerle daño a ninguna otra persona”.

“Vale la pena anotar que, en buena medida, estas violencias son delitos. Lo que primero cabe en estas circunstancias es ayudar a la víctima e intentar sacarla de la situación de peligro, pero también que sobre el agresor se ejerza algún tipo de castigo”.

 

Reconocimiento personería jurídica: Resolución 2613 del 14 de agosto de 1959 Minjusticia.

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