El 31 de julio, El Tiempo publicó un artículo acerca de la situación en la que se encuentran los manglares del Tumaco después del derrame de 410.000 galones de petróleo en el atentado al oleoducto Trasandino. A lo largo del texto se resalta la labor del biólogo marino tadeísta Diego Gil, quien visitó las zonas afectadas por el hidrocarburo.
El diario destaca que una de las consecuencias es que las la pianguas, moluscos de los que viven las familias de Tumaco ahora no se encuentran fácilmente y cuando se encuentran han sido arruinadas porque saben a petróleo. Mientras tanto, Gil intenta determinar qué tanto se vio afectado este molusco por dicho derrame. "¿Cómo medir el real impacto en las especies si el país no cuenta con sistemas de monitoreo que indiquen qué tanto se ha perdido?”, se pregunta Gil.
Lea el artículo completo aquí.