El profesor emérito de Utadeo, Salomón Kalmanovitz, escribe esta semana en su columna del diario El Espectador, sobre cómo en Colombia el escándalo de corrupción de la firma Odebrecht no ha tenido las consecuencias que si generó en otros países como Brasil, Perú o Ecuador donde altos funcionarios han sido castigados por su participación en el entramado de corrupción generado por la firma brasilera.
"Por la corrupción a gran escala en Brasil cayeron los mayores contratistas del gobierno y dos mandatarios del Partido de los Trabajadores...En Perú, a Pedro Pablo Kuczyinski le tocó renunciar por haber estado asociado a decisiones que favorecieron a la firma Odebrecht...En Ecuador, el vicepresidente Glas fue destituido por la misma razón, cuando el actual mandatario rompió sus vínculos con el anterior" señala en su texto.
Menciona que pese a las confesiones de funcionarios de Odebrecht, ni la fiscalía ni la contraloría hicieron las investigaciones que el caso requería "En Colombia las confesiones de funcionarios de Odebrecht revelaron cómo su financiamiento de las campañas de Uribe II, Zuluaga y Santos le permitió ganar el contrato por la construcción de la Ruta del Sol y su conexión con Ocaña...Acá no se molestó en investigar la Fiscalía, tan contundente contra las Farc y contra funcionarios intermedios, ni la Contraloría. Hay que aclarar que la Procuraduría actual hizo abortar un primer acuerdo que le otorgaba $700.000 millones al consorcio, lo cual provocó un cambio de estrategia de los involucrados".
Finalmente señala cómo uno de los actuales candidatos presidenciales ha intervenido en este caso, primero en las negociaciones con Odebrecht y luego en la aprobación de la Ley 1882 como vocero de su partido.
