El 27 de enero de 1945 marcó un hito para el pueblo judío. Hace 73 años, para esa fecha, el Ejército Rojo liberó el campo de concentración Nazi en Auschwitz, marcando así el fin de uno de los eventos más siniestro de la Segunda Guerra Mundial: el Holocausto, también conocido en hebreo como Shoah (la catástrofe), que cobró la vida de más de seis millones de judíos y de cerca de cinco millones de gitanos, homosexuales y activistas políticos liberales y comunistas de Europa. Este fue el tema sobre el que reflexionó el profesor emérito de Utadeo, Salomón Kalmanovitz, en su reciente columna de opinión en El Espectador.
Según Kalmanovitz, el holocausto se trató de una “verdadera industria de la muerte”, encausada en las fábricas de trabajo esclavo fácilmente desechables, así como cámaras de gases, expropiación de bienes y enseres, y en últimas, la negación de la humanidad de las víctimas: “sí hay esperanza después del Holocausto; hay esperanza porque para los creyentes en la voz de los profetas es más fuerte que la de Hitler, mientras que la promesa divina se extiende más allá del crematorio y reduce la voz de Auschwitz al silencio”, menciona Kalmanovitz citando al teólogo judío ortodoxo Wyschogrod, en alusión a los horrores vividos en ese campo de concentración, los cuales Hannah Arendt va a describir como “la banalidad del mal”.
Para el columnista, el establecimiento de un orden mundial, que hoy se está resquebrajando, fue la solución para que estos actos de barbarie no se siguieran repitiendo: “Alemania y Japón se desarmaron y se conformaron comunidades de naciones y acuerdos comerciales incluyentes. Se reconstruyeron económicamente todas las naciones involucradas en la contienda. Israel surgió como baluarte contra una nueva Shoah”.
Empero, el profesor emérito sugiere que el surgimiento del ultranacionalismo en ciertos rincones de Europa, así como de movimientos de extrema derecha en “el viejo continente” y el triunfo de la supremacía blanca con la llegada de Trump a la presidencia de los Estados Unidos, han vuelto a virar al mundo hacia al racismo y la xenofobia: “La Liga contra la Difamación informa que los asaltos, el vandalismo y otros actos de odio contra los judíos se han incrementado de manera preocupante: casi 1.300 de estos incidentes en los primeros nueve meses de 2017, un incremento de casi el 70 % comparado con el año anterior”, sostiene el autor.