La polarización, palabra de moda en la actualidad política colombiana, es la muestra de una sociedad que “es reacia a aceptar el concepto democrático de gobierno y oposición”, según señala el exrector y consejero de Utadeo, José Fernando Isaza, en su más reciente columna de opinión en El Espectador.
El columnista señala que, a quien ejerce la oposición, en la gran mayoría de los casos, se le atribuyen los males del país, en la medida que quienes están en el poder desean tener unanimidad en relación a sus políticas y acciones. Sin embargo, el hecho político de la polarización ha servido para limitar políticas y ejecutorios que podrían ser dañinas para la sociedad, tal como ejemplifica con el caso de las fumigaciones con glifosato.
“Existe una asimetría, pues a quienes promueven esta política, generalmente citadinos colombianos y dirigentes norteamericanos, no les afecta el veneno; los perjudicados son los campesinos que ven aumentar sus enfermedades, la destrucción de sus fuentes de agua y la pérdida de cultivos legales. Debe añadirse la ineficacia de esta política: se fumigan más de 20 hectáreas para erradicar una de hoja de coca”, agrega Isaza.
Algo similar, plantea Isaza, ocurre con la corrupción, pues mientras el Gobierno promulga que no dará “mermelada” al Congreso para que dé trámite a sus propuestas, en ningún momento se ha opuesto al artículo de la reforma política que permitiría que un 25% del presupuesto nacional de inversión fuera distribuido por los congresistas.
Un tercer punto también es fruto de la discordia. La política de seguridad plantea convertirse en la repetición de la política de seguridad democrática impulsada por el Gobierno Uribe, con todas las violaciones a los derechos humanos y los falsos positivos que esta estimuló: “Plantear la creación masiva de grupos de informantes evoca los llamados comités de defensa de la revolución, apreciados por las dictaduras de izquierda y derecha. Estos comités en no pocas ocasiones van derivando en grupos paramilitares; en la dictadura venezolana se convirtieron en los “colectivos”, hoy bandas armadas paramilitares de defensa del gobierno, que no escatiman el asesinato para lograr sus fines”.
Es por eso que Isaza hace un llamado a buscar acercamiento entre el Gobierno y la oposición, con el fin de disminuir la polarización. Sin embargo, insiste en que ese acercamiento no se trata de una aceptación servil al ideario oficialista.
