¿Cuál es la importancia que tiene la ciencia en la sociedad? Y ¿cómo va Colombia en su implementación y desarrollo? El profesor emérito de Utadeo, Salomón Kalmanovitz, en su columna de opinión en El Espectador, destaca que la ciencia surge como necesidad de los sectores productivos e industrial. Sin embargo, acota, nuestro país ha vivido un largo proceso de desindustrialización, en el que actualmente este renglón tan solo ocupa el 12% del PIB, lo cual, en últimas, ha derivado en una pérdida de complejidad.
Así, expone el autor, esta problemática se debe al hallazgo de minas de carbón y yacimientos petrolíferos, pues el centro de la economía se situó en las divisas, de ahí los cuatro auges mineroenergéticos que vivió el país, sumado al fenómeno del narcotráfico que financió, en gran parte, el contrabando, desplazando a la industria local.
Todo ello, argumenta Kalmanovitz, ha desincentivado la financiación de las universidades públicas y la investigación en ciencia y tecnología: “Colciencias pasó a ser la cenicienta del gobierno y terminó clientelizada. Su presupuesto se gasta casi enteramente en becas de doctorado y en funcionamiento, que no en investigación. El número de doctores ha aumentado con el tiempo, más por iniciativa de las universidades y de la cooperación internacional, gracias a lo cual el país cuenta con una tradición robusta en investigación básica y en ciencias sociales que se hace con las uñas, a pesar del gobierno”, sugiere.
Es por ello que el profesor emérito propone que el único frente para frenar el deterioro de la industria, más que nunca, es el desarrollo de investigación y de nuevo conocimiento. Ciudades como Medellín ya lo han entendido, a partir de iniciativas como el proyecto Ruta N, que conduciría a la modernización de los bienes de capital, así como a habilitar nuevas capacidades para ingenieros y técnicos.