La corrupción, el flagelo que azota a América Latina
La corrupción es un flagelo del que no escapan los países latinoamericanos. Uno de los casos que más ha conmocionado a la región son los malos manejos, desfalcos y coimas dados por Odebrecht en varios países del Cono Sur, con el ánimo de acceder a megacontratos con diferentes Estados. Sobre este tema reflexiona, en su más reciente columna de opinión en El Nuevo Siglo, el presidente del Consejo Directivo de Utadeo, Jaime Pinzón, quien señala que la educación, el mérito y el compromiso son los pilares para desarraigar la corrupción de nuestros países, tal como lo ha venido haciendo, por citar solo un ejemplo, Singapur.
“Es notoria la debilidad de las instituciones democráticas en América Latina; se celebran elecciones e integran congresos, existen ramas judiciales, pero las instituciones son frágiles, sujetas a manipulación, la corrupción golpea, no desaparece por decreto, se encuentra unida al clientelismo y al narcotráfico”, argumenta el columnista.
Sumado a estos factores, dice Pinzón, la región experimenta un decaimiento de los partidos, al tiempo que se pierde la ética y existen contradicciones en la adopción de medidas, a partir de “choques de trenes” institucionales.