La negación de la ciencia, una postura peligrosa para el planeta
Durante más de 400 años se ha debatido en torno al concepto de negación de la ciencia, un movimiento que rechaza a la autoridad científica, debido a fuertes intereses políticos, económicos, sociales y culturales. Pero ¿qué tan nocivo resulta este movimiento para la conservación de nuestro planeta y de la vida humana misma? Esto es lo que se pregunta, en su más reciente columna de opinión en El Tiempo, el vicerrector Académico de Utadeo, Andrés Franco.
A propósito de ello, el directivo resalta que muchos han querido desconocer los resultados del Informe Planeta Vivo 2020, del Fondo para la Naturaleza y la Sociedad Zoológica de Londres, en el que se emiten alarmas en torno a una franca caída en el índice de Integridad de la Biodiversidad.
“Para las subregiones tropicales del continente americano, de la que Colombia hace parte como nación megadiversa, dicho índice presenta una disminución promedio del 94 por ciento, mientras que en otras zonas geográficas del mundo esta reducción fluctúa entre el 24 y el 65 por ciento”, apunta Franco.
El vicerrector manifiesta que las expresiones de rechazo frente a la ciencia que tuvieron que sufrir Bacon, Galileo, Descartes o Vico hoy también se hacen evidentes ante la negación de fenómenos como el cambio climático, los descubrimientos astronómicos e incluso frente a las vacunas contra el Covid-19.
“Esa actitud frente al surgimiento del nuevo coronavirus, que muchos se empeñaron en negar, o ante las vacunas para detenerlo, podría explicar por qué nos mantenemos impávidos, estáticos, ante la depredación sin tregua de nuestros bosques y la destrucción de ecosistemas”.
