Una mirada al acuerdo pactado entre el Gobierno y el legislativo de cara a lo que será la ley de financiamiento, es la reflexión que hace el profesor emérito de Utadeo, Salomón Kalmanovitz, en su columna de opinión en El Espectador. Arguye que esta ley es de desfinanciamiento, debido a que recauda tan solo la mitad del valor que anteriormente se consideraba como necesario, al tiempo que ofrece ‘regalos navideños’ a algunos inversionistas.
“En efecto, la reforma se basa ahora en impuestos progresivos como los que recaen sobre los salarios altos, los dividendos y el patrimonio o los saludables que enfrentan todavía el cabildeo de poderosos intereses nacionales, como el de los ingenios azucareros, e internacionales, como Coca-Cola, pero aumenta las deducciones y beneficios”, señala Kalmanovitz al recordar que los regalos tributarios se van a repartir a favor de la economía naranja, que a larga puede ser cualquier industria que seleccione el Ministerio de Cultura, entre ellos grandes conglomerados mediáticos o cadenas hoteleras.
Ante ello, el experto señala que los beneficios pero también responsabilidades ante el sistema tributario deben ser iguales para todos: “Otras gabelas son la exención del IVA para los bienes de capital; la eliminación gradual de la renta presuntiva que permitía gravar los patrimonios parasitarios, representados, por ejemplo, en tierras sin explotar; se introducen descuentos por el impuesto de industria y comercio cobrados por los municipios (se trataría de un reembolso de fondos que pagamos todos a favor de las empresas) y un descuento similar por el gravamen a los movimientos financieros (el 4x 1.000). Para rematar, se mantiene la reducción del impuesto de renta de las empresas del 33% actual al 30% en 2021 y el impuesto de 1,5% al patrimonio se cobra solo por dos años”, señala el columnista.
Así mismo, recuerda que la introducción de las zonas franjas ha sido el peor mal que se la ha hecho al sistema tributario, pues aunque inicialmente tenían como propósito fomentar las exportaciones manufactureras del país, terminaron socavando la disciplina tributaria, al tiempo que aumentó la elusión de impuestos.
Kalmanovitz finaliza diciendo que las cuentas fiscales cuadran para el próximo año si de da un recorte fuerte en el gasto público, pues de lo contrario, será una espiral de déficits fiscales mayores que podrían llevar a la Nación a la descertificación de su deuda pública.
