Luego del particular episodio que el presidente del Senado, Ernesto Macías, protagonizó durante el penúltimo debate sobre la corrupción en Odebrecht, al decir que el fiscal había hecho una intervención de 102 minutos, cuando en realidad había intervenido de 8:20 p.m. a 9:22 p.m., habla de los errores básicos de aritmética de los que nadie se escapa. En este caso en particular, se asume que una hora es de 100 minutos y no de 60, sistema tradicional que fue adoptado de los babilonios, según expone el ex rector y consejero de Utadeo, José Fernando Isaza, en su columna de opinión en El Espectador.
Este modelo, que ha tratado de ser modificado sin tener éxito, viene de la idea de los sumerios acerca de que la base 60 ayudaba a definir el año con una duración de 360 días. Los egipcios lo perfeccionaron al decretar cinco días de carnaval, mientras que en el año 45, Julio César ajustó el calendario al que tenemos actualmente, añadiendo un día cada cuatro años, el cual tradicionalmente se conoce como bisiesto.
“La Tierra requiere un poco menos de 365 días y un cuarto para realizar su órbita, así que en el año 1582 el desfase llegaba a 11 días. Por eso el papa Gregorio XXIII introdujo el calendario (que se llamó gregoriano), cuando el 4 de octubre se convirtió en 15 de octubre, y los años terminados en 00 solo son bisiestos y son divisibles por 400, por eso el 2000 fue bisiesto. Como la rusia zarista no había adoptado el calendario gregoriano, la revolución de octubre de 1917 tuvo lugar en noviembre“, detalló el columnista.
