Un biopolímero que repele el agua y que, además, no contamina el medio ambiente. Esta, parece ser una panacea para la industria textil que, infortunadamente, lleva desde hace varios años el rótulo de la segundo industria más contaminante del mundo, después de la explotación de petróleo. Sin embargo, este material es toda una realidad, gracias al desarrollo del trabajo de grado que llevaron a cabo las estudiantes tadeístas Valentina Ruano y María Alejandra Murillo, del programa de Ingeniería Química, en compañía de la profesora Alis Pataquiva, quien dirige el Semillero de Nanobiotecnología.
Precisamente, esta solución, basada en nanotecnología, fue publicada en la sección Ciencia del diario El Tiempo y en El Diario del Sur: “Buscamos un material que sea capaz de reemplazar las fibras naturales, específicamente el algodón, que es la más usada en la industria textil y la que más recursos necesita para su producción”, indicó Murillo, citada por los medios.
El material tiene en sus hilos partículas tan pequeñas, de escala nanométrica, a tal punto que podría aplicarse literalmente el dicho de “encontrar una aguja en un pajar”, debido a que lo que allí se manipulan son átomos.
El proceso inicia con un cultivo de fermentación, donde se trabaja con microorganismos, así como con fuentes de glucosa y nitrógeno, que pueden llegar a tener un proceso de hasta 28 días, tiempo en el que los microorganismos se incuban y encuentran las condiciones necesarias para las propiedades del material. Luego, debido a que este material tiene una alta capacidad hemofílica, esto es de retención de líquidos, se agregan nanopartículas de titanio, y así, convertirlo en un posible sustituto del material: “Este proyecto tiene varias ventajas, una de las cuales es que los reactivos necesarios para llegar al biopolímero que plantean las estudiantes no son costosos. Cuando utilizamos nanotecnología, estamos tratando de que el material y, finalmente, la prenda no se afecten con la humedad”, agregó Pataquiva.
En articulación con el programa de Diseño y Gestión de la Moda de Utadeo, se encontraron nuevas bondades del material, como por ejemplo que se puede cortar, coser y ser trabajado con láser, dada su alta maleabilidad: “En un futuro, nuestras prendas deberán ser nanoestructuras para que no necesiten agua para ser lavadas. Incluso podríamos pensar en ropa que ayude en la degradación de colorantes; por ejemplo, en una lavadora convencional”, argumenta Pataquiva.
