Melo, originario de Chaparral, Tolima, figura entre nuestros expresidentes, no es exacta su condición de indígena pijao, tampoco puede tildársele de ignorante, en Europa leyó con avidez textos de socialistas de la época, apoyaba la eliminación de la esclavitud; sin embargo, el puesto que le asigna Petro de revolucionario y ejemplo generacional es exagerado, le asiste el derecho de elogiarlo, consideramos esa posición equivocada, sorprende, eso sí, la interpretación histórica del actual mandatario quien lo compara con López Pumarejo y Gaitán. En cuanto a la repatriación de los restos de Melo ojalá que los traigan, forman parte de la memoria de un país con poca memoria.
Una reflexión sobre las reformas que se discuten en el Congreso, las cuales generan inquietudes y alarmas en el gobierno actual y ha llamado a las movilizaciones de la población civil, quienes salen a las calles levantando una protesta.