Como fruto de la política económica de confrontación y caos planteada por Donald Trump, así califica el profesor emérito de Utadeo, Salomón Kalmanovitz, las más recientes caídas en las cotizaciones de 500 empresas en el índice S&P cercanas al 6%. En su columna de opinión en El Espectador, el economista advierte que imponer tarifas a productos industriales como el acero y el aluminio genera fallas en los sistemas de producción de miles de productos norteamericanos.
Por su parte, la guerra económica declarada a China ya ha dejado sus primeras consecuencias. Una de ellas es que el país asiático ya impuso cargas a las exportaciones de soya y carne de cerdo provenientes de Estados Unidos, al tiempo que amenaza con liquidar gran parte de la deuda norteamericana que ha comprado en las últimas décadas, generando con ello un aumento exponencial en las tasas de interés.
Ahora bien, en cuanto al déficit fiscal estadounidense, Kalmanovitz precisa que el recorte presupuestal aprobado por el Congreso de ese país podría aumentarlo, y con ello también el gasto en general y en importaciones, debilidad que sería aprovechada por otros países: “Por ejemplo, se reducen las importaciones de acero de China, pero aumentan las de Vietnam de acero y otras manufacturas chinas. El nacionalismo obtuso no puede reconocer la naturaleza del problema y los remedios que encuentra enferman tanto a Estados Unidos como al mundo. Se evidencia el carácter destructivo de la extrema derecha gobernando al país más rico del mundo”, comenta el economista.
Finalmente, el tadeísta comenta que ciertos sectores de la extrema derecha colombiana han mostrado medidas económicas similares a las de Trump. Tal es el caso de las dos administraciones de Álvaro Uribe donde se devolvieron tantos impuestos a tal punto que el país acumuló déficits fiscales estructurales que el Gobierno Santos no sorteó de manera adecuada, lo cual ha desencadenado un aumento vertiginoso de la deuda pública interna y externa: “Las propuestas electorales de Iván Duque en materia económica son igualmente peligrosas. Está resuelto a reducir impuestos de nuevo; para pasar la amarga píldora, va el dulce del aumento del salario mínimo. Lo cierto es que va a causar consecuencias nefastas: otro aumento de la deuda pública con la pérdida del grado de inversión del país, espantando la inversión extranjera; una reducción dramática del gasto social con menos educación pública, y la imposibilidad de invertir en infraestructura”, finaliza.
