“Se vienen tiempos difíciles”, así califica el profesor emérito de Utadeo, Salomón Kalmanovitz, lo que será el Gobierno de Duque, luego que tome posesión como presidente de la República, el próximo 7 de agosto. En su columna de opinión en El Espectador, el tadeísta asegura que Duque cuenta con una corta experiencia política y escasa formación rigurosa en economía o en ciencias sociales, por lo que desde el inicio mostrará una clara dependencia a quien fue el arquitecto de la coalición de la extrema derecha, el expresidente Álvaro Uribe, quien lo introdujo al mundo de la política cuando incluyó al electo mandatario en la lista cerrada del Centro Democrático.
A Kalmanovitz le preocupa el hecho de que la coalición que integrará el nuevo Gobierno estará permeada por la política clientelista tradicional, al tiempo que para lograr gobernar con el beneplácito del legislativo necesitará ofrecer ministerios y posiciones a Cambio Radical, el Partido Conservador, el Partido de la U, y lo que Kalmanovitz denomina como el partido de César Gaviria, mientras que el papel de Ordoñez y de Morales será ideológico en materia de políticas de familia que discriminarán a las madres cabeza de hogar, las jóvenes embarazadas y la población LGBT: “sesgará las políticas educativas en contra de la ciencia y a favor de los credos religiosos que ellos representan”, añade el profesor emérito.
En cuanto al Acuerdo de Paz, sostiene que Duque fustigará a lo que queda de las Farc, factor que fortalecerá a las disidencias, al tiempo que el proceso con el ELN puede llegar a su fin, por lo que podría avecinarse otro tiempo de guerra: “Vamos a echar de menos a Santos”, dice.
También aduce que el Gobierno de Duque reducirá el tamaño del Estado e impedirá la actualización de los avalúos catastrales, al tiempo que se debilitará la universidad pública. En cuanto a las relaciones con Venezuela, manifiesta que pueden convertirse en un factor de crisis y tensión para el país: “Tendremos, por lo tanto, una administración Uribe-Duque belicosa con Venezuela que se podrá ir a las manos con Maduro y propiciar un bloqueo de Estados Unidos que incida en el colapso de la economía y eventualmente de su gobierno. La consecuencia será la multiplicación de la emigración de millones de ciudadanos venezolanos hacia Colombia y Brasil, causando una crisis humanitaria de enormes proporciones”.
