El 20 de marzo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva en la que prohíbe realizar transacciones con el petro, la nueva criptomoneda venezolana que fue lanzada por el Gobierno de Maduro el mes pasado. Un panorama sobre el futuro que tendrá esta moneda virtual en los mercados mundiales es la reflexión que hace el profesor emérito de Utadeo, Salomón Kalmanovitz, en su más reciente columna de opinión en El Espectador.
El experto en Economía recuerda que esta moneda, al estar atada al valor del barril del petróleo pero al no dar derecho a él, requiere de la confianza del público en el Gobierno, carácter que el régimen de Madura ha perdido considerablemente por las políticas económicas adoptadas.
Así, Kalmanovitz sugiere que dicha moneda debería ser independiente del Gobierno, tal cual como funcionan sus homólogas, las cuales son administradas por “mineros” dotados de poderosos computadores y emitidas de manera descentralizada: “Las monedas virtuales son utilizadas para escapar de los márgenes de intermediación del sistema financiero internacional y de la vigilancia de los gobiernos, prestándose para el lavado de activos y otras actividades ilegales. Para impedirlo, varios países han decidido prohibir que sus bolsas transen criptomonedas”, sostiene el columnista.
Recuerda además que la decisión de Maduro de salirse de Ethereum, la plataforma más utilizada y confiable para realizar transacciones con criptomonedas, le resta credibilidad al petro, en la medida que la plataforma Nem, de la que ahora hace parte, puede tener influencia del gobierno venezolano en detrimento de los intereses de los adquirientes.
El tadeísta sugiere también que la nueva criptomoneda podría servir para pagar impuestos e incluso reemplazar al bolívar “fuerte” lo que ayudaría a enfrentar la hiperinflación. Sin embargo, para que ello suceda, comenta Kalmanovitz, es necesario que la moneda sea inmune a las políticas del régimen y el Gobierno se comprometa a no abusar de ella. Pese a ello, puntualiza, la amenaza más grande para el petro se centra en las sanciones norteamericanas y europeas contra el país vecino.