La economía con Santos

La economía con Santos
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Lunes 06 de Agosto 2018
Tomado de http://www.colombiacompetitiva.gov.co/prensa/2015/Paginas/Presidente-Santos-anuncia-Plan-de-Impulso-a-la-Economia-y-Exportaciones.aspx

El crecimiento económico entre 2010-2014 fue de 5,2 % anual, pero decayó en el siguiente cuatrienio a 2,4 %. El crecimiento promedio de la era Santos fue de 3,8 %. El auge fue propulsado por precios de petróleo que alcanzaron los US$130 el barril, pero su derrumbe a US$30 en 2014 frenó el crecimiento, por la devaluación del peso de más del 50 % y su contagio a los precios internos. Algo similar había ocurrido durante las dos administraciones Uribe con la crisis financiera internacional del 2008 y ambas se hubieran podido morigerar si hubieran ahorrado parte de las bonanzas para reducir la volatilidad del ciclo económico. En todo caso, los dos dependieron de la lotería de las materias primas y la diferencia está en qué hicieron con los excedentes de los auges y cuáles fueron sus políticas sectoriales.

Las relaciones de Uribe con Obama se tensaron a partir del 2008 por el giro progresista que este le dio a su gobierno. El Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos no se firmó durante la era Uribe por la resistencia del Congreso norteamericano a la falta de garantías laborales, la vulneración de derechos humanos y la discriminación racial que caracterizaron su gobierno. La administración Santos cambió la política social, reconformó el Ministerio del Trabajo, recobró el de Justicia y ofreció más garantías a la negociación colectiva, logrando la firma del TLC y mejorando la visión del mundo sobre Colombia.

Mientras Santos dejó un importante legado de obra pública bien estructurada, casi 4.000 kilómetros de vías nuevas, Uribe dejó dobles calzaditas sin terminar, ambos con un toque Odebrecht; la deuda externa bajo Uribe pasó de US$20.000 millones en 2002 a US$40.000 millones en 2010. El gobierno Santos la hizo llegar a US$67.000 millones a principios de 2018, pero el ritmo de expansión fue menor, dejándonos una pesada carga para el futuro.

Uribe quitó impuestos a las empresas y devolvió la contribución para la guerra que él mismo había introducido sin generar un ápice de empleo. Uno de los mejores resultados de política pública de Santos fue haber quitado las contribuciones al SENA y al ICBF que castigaban las nóminas, produciendo desempleo e informalidad; por ello, la tasa de desempleo se redujo por debajo de los dos dígitos y ahí se mantiene, a pesar de la desaceleración de la economía. Si hubiera quitado el 4 % de las cajas de compensación y mermado los aportes a salud y pensión, sacándolos de una mayor tributación general, el resultado habría sido aun mejor. Pero no: Santos redujo el impuesto a las empresas y aumentó el de renta de la clase media en la reforma de 2016, los dividendos de los más ricos siguieron exentos y aumentó el IVA, que ya Uribe había elevado; así que en ese aspecto no hubo mucha diferencia.

En torno a los tres huevitos que le confió Uribe a Santos: 1) la seguridad aumentó considerablemente después de la firma de la paz con las Farc, pues la tasa de homicidios bajó de 39 por 100.000 en 2010 a 25,4 en 2017 y se redujo mucho más el secuestro. 2) La cohesión social mejoró por la inclusión de los trabajadores, campesinos y víctimas del conflicto. 3) La inversión extranjera directa durante la era Uribe fue de un promedio anual de US$5.260 millones, mientras que Santos, con una mejor trayectoria de respeto a la ley y a los derechos de propiedad, promedió US$14.500 millones, reflejo de una mayor confianza inversionista. La regla fiscal ayudó también a este propósito.

Salomón Kalmanovitz | Elespectador.com

 

Donde fue publicado: 
El Espectador