Las trampas del plan de desarrollo

Las trampas del plan de desarrollo
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Lunes 08 de Abril 2019
Tomado de https://www.dinero.com/pais/articulo/como-sera-el-plan-nacional-de-desarrollo-de-ivan-duque/261303

El Plan de Desarrollo de la Administración Duque se autodenomina, entre otros pactos, como “pacto por la equidad”, pero cuenta con al menos siete artículos que son prebendas tributarias que golpearían el bolsillo de los más vulnerables y favorecerían a empresarios y a gremios de la producción de manera generosa. Se trata de un árbol de Navidad al que se le cuelgan muchos regalos empresariales.

Según el director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, “se ratifica mi temor de que es un error estratégico abrir la puerta a temas tributarios en el plan porque eso puede abrir una caja de pandora en el Congreso. En esta primera ponencia hay artículos nuevos con exenciones, créditos fiscales, deducciones y hasta becas por impuestos”. La discusión de la tributación deben hacerla los representantes del pueblo, para lo cual deben concentrarse exclusivamente en el tema para alcanzar profundidad; que intervengan todos los sectores afectados para expresar sus dudas o su oposición a impuestos que resultan nocivos para ellos. Acá se trata de colgarle artículos impositivos al plan para que sea votado a pupitrazo, sin permitir que se expresen los intereses de los afectados.

El más descarado de todos es un nuevo inciso que obliga a las importaciones de azúcar y aceite a pagar cesiones a los respectivos fondos de estabilización de precios, lo que significa un freno a estas y un aumento de las rentas de los barones del azúcar y de la palma africana. Digo descarado porque no solo logran una protección adicional frente a la competencia que encarecería estos artículos de primera necesidad para 45 millones de consumidores, sino que su recaudo irá directamente a premiar sus ineficiencias. En otra circunstancia, el arancel entraría al presupuesto general de la Nación, para ser gastado según las prioridades del gobierno en educación, salud o infraestructura; acá, se destina a pagarles precios más altos a los productores de los que permitiría la competencia.

Igualmente retrógrado es el artículo 296 que permite que los dividendos que se distribuyen dentro de los grupos empresariales o de sociedades registrados ante la Cámara de Comercio no estén sujetos a retención en la fuente; en cambio los salarios si tienen retención ineludible.

El artículo 184 permite que los proyectos de generación de energía con paneles solares sean exonerados del pago del IVA de forma directa; el artículo 201 dice que las inversiones que realicen las pequeñas y medianas empresas en los proyectos calificados como de investigación e innovación podrán acceder a un crédito fiscal por valor de 50 % de la inversión realizada. En ambos casos, se trata de escoger ciertos sectores frente a otros sin consultar el costo beneficio de las exenciones y sin certificar que son serios.

Del mismo tenor es el artículo 233 que busca incentivar las actividades culturales y creativas del país a través de Áreas de Desarrollo Naranja. Se trata de la exención de un porcentaje del impuesto por la compra o venta de inmuebles y del pago del tributo de delineación urbana. Las inversiones realizadas en estas áreas tendrán un beneficio similar al de obras por impuestos, sin definir rigurosamente la tal economía naranja.

Para coronar el pastel, el artículo 300 permite que las universidades privadas hagan convenios con Coldeportes para asignar becas a deportistas, recibiendo a cambio títulos negociables para el pago de hasta el 30 % del impuesto sobre la renta.

Salomón Kalmanovitz | Elespectador.com

Donde fue publicado: 
El Espectador