"Perdonar es un regalo que las víctimas se hacen a ellas mismas"

"Perdonar es un regalo que las víctimas se hacen a ellas mismas"

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"Perdonar es un regalo que las víctimas se hacen a ellas mismas"
Lunes, Mayo 16, 2016
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Así lo señaló la periodista Claudia Palacios, quien presentó su más reciente publicación "Perdonar lo imperdonable", que compila más de 160 entrevistas a actores involucrados en el conflicto armado.
Fotografías: Laura Vega - Oficina de Comunicación

Desde septiembre de 2012, el proceso de paz entre el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y la guerrilla de las FARC ha puesto a hablar a todos los colombianos sobre el perdón y la reconciliación.  Para muchos, perdonar es un regalo que las victimas se hacen a ellas mismas con el ánimo de reconfigurar su memoria y dejar en el pasado lo que las horroriza, mientras que para otros es inadmisible lograr perdonar a quienes han secuestrado, asesinado y torturado a sus seres queridos. Este fue el tema que durante año y medio exploró la reconocida periodista Claudia Palacios, a través de 126 crónicas y entrevistas con exvíctimas y exvictimarios, compiladas en su libro “Personar lo imperdonable”, experiencias que compartió en la sesión abierta del curso Resolución de Conflictos y Construcción de Paz, del Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales y el Observatorio de Construcción de Paz de Utadeo, el pasado 11 de mayo.

Durante dos horas, la directora del noticiero de Canal Capital compartió algunos de los apartes de las entrevistas realizadas a altos funcionarios del gobierno que han participado en procesos de paz, entre ellos el ex presidente de la República, Andrés Pastrana, conocido por impulsar en su mandato los diálogos de paz y el despeje militar en El Caguán; el ex ministro de Defensa del gobierno Gaviria, Rafael Pardo, recordado por el ataque de las Fuerzas Militares a Casa Verde, bastión militar de las FARC; así como a ex militantes de grupos armados ilegales, entre ellos Antonio Navarro Wolf, ex integrante del M-19, y el ex líder del EPL, Francisco Caraballo.  Cada uno de ellos, desde su perspectiva de lo que significa el perdón, deja en claro que hay que conocer la historia no para justificarla sino para entenderla, según lo destaca Palacios.

En ese sentido, la autora manifiesta que una de las preguntas que debe resolverse en primer lugar es ¿qué me falta por conocer y entender de todo lo que encuentro injustificable? Ante ello, la periodista recuerda que el perdón es irracional, pues lo legitimo es buscar venganza. Pese a ello, la capacidad de perdonar es una decisión individual, que requiere del acompañamiento de la comunidad y de sus líderes: “Son legitimas las opiniones de quienes están en contra del proceso de paz, como también  lo es de aquellos que piensan que no es justo heredarles a nuestros hijos un conflicto que no ha podido resolverse”, puntualizó la comunicadora.

De igual forma, la autora manifestó el papel que los medios de comunicación han jugado al momento de contribuir a la polarización del país en un conflicto armado que lleva más de sesenta años, donde se pasan por alto muchos hechos noticiosos que incentivan el perdón, en parte porque los periodistas han sido formados para cubrir lo raro, lo trágico y lo inusual: “Estamos chiviados con el tema de la paz. Hemos sido muy malos reporteros de guerra. Hemos reportado la guerra como si fuéramos objeto de ella”.

Frente a esta problemática, Palacios propone que es función del periodista contextualizar a sus audiencias acerca de la guerra, así como educarlos a través de la información que se cubre sobre el conflicto: “Hay que contar las historias de paz. La opinión pública se forma en gran medida por los medios de comunicación”. Sin embargo, la responsabilidad no es solo de los comunicadores, sino de la ciudadanía en general, en la medida que cada colombiano debe preguntarse si lo que piensa del conflicto en el país es fruto de lo que le cuentan los medios o de lo que ve con sus propios ojos. En ese orden de ideas, Palacios hizo un llamado a la ciudadanía para que consuman la información que brindan los medios, pero también acudan a otras fuentes no mediadas.

Palacios recalcó que la ciudadanía en general no debe dejarse infectar por la rabia, tal es el ejemplo de Martha Mora, denominada la “Poetisa de Norte de Santander”, quien auxilió al hombre que asesinó a su hijo: “No es suficiente con ser un buen ciudadano estándar. La mayoría somos buenos colombianos, pero se necesita ser un ciudadano excepcional. Poner nuestro talento al servicio de la paz en Colombia”, argumentó la periodista, quien mencionó que “lo importante no es solamente dar, sino darse por la paz”.

 

“Los periodistas no solo deben informar sino educar sobre la paz”: Claudia Palacios

En entrevista con Utadeo, la autora del libro “Perdonar lo imperdonable” y directora de los noticieros de Canal Capital, Claudia Palacios, se refirió a la temática central de su más reciente publicación, así como al rol que juega la academia en la formación de profesionales con sentido de paz.

 

¿Cuál es el papel que debe jugar la academia en la formación de profesionales que se dan para la paz?

Hay que concientizar a los estudiantes de que están estudiando en un país con un desafío de paz. Entonces hay que ponerlos a reflexionar desde que están en primer semestre sobre cómo pueden hacer que ese conocimiento que adquieren en la academia no lo pongan solamente al servicio de ellos mismos para su surgimiento económico o personal, sino también al servicio de la paz.

 

¿Cuál es ese consejo que usted le daría a los comunicadores y periodistas en formación frente al eventual escenario de posconflicto que va a marcar profundamente su ejercicio profesional?

Lo primero es pensar el rol que debe cumplir el medio de comunicación. En un país que lee poco como Colombia, yo estoy convencida que los medios no solamente debemos informar sino que tenemos que educar. Entonces, en ese sentido, hay que crear un contenido paralelo, de igual importancia y despliegue a la contextualización de los hechos, porque en esto hemos fallado como periodistas. Hemos cubierto la guerra con visión de guerra, sin poner el antes, sin hacerle seguimiento y eso hace que la opinión pública vea esto como un conflicto de malos contra buenos o de blancos y negros que no es así. Le hemos quitado a la gente la posibilidad de encontrar las matices de este conflicto y nuestra propia responsabilidad en la perpetuación de él. Tenemos que pensar cómo generamos esos contenidos, dándoles la divulgación y la importancia suficiente para que la ciudadanía entienda realmente el conflicto y pueda aportarle a la solución.

 

Desde su experiencia en la construcción del libro “Perdonar lo imperdonable”  ¿Por qué considera que los colombianos debemos perdonar?

Yo no hago un llamado frontal al perdón porque entiendo los argumentos de las personas que no perdonan y vuelven el no perdón casi en un motivo de vida. Yo si creo que el perdón facilita la transformación positiva de las sociedades y la acelera. Entonces, las victimas son las que van a tomar esa decisión de manera muy personal y que la sociedad lo que debe hacer es acompañar a las victimas mostrándole su solidaridad, no en forma de no perdón, sino generando espacios y proyectos para que esas victimas puedan reincorporarse a la sociedad y pensar también que esos grandes problemas del país hay que ponerles un poco de esa inteligencia emocional que uno desarrolla en su propia casa cuando está con sus hijos y con su marido sosteniendo una discusión, y ello consiste en que no se trata de desbaratar una familia ni agarrarnos todos a golpes, sino que hay que solucionar, y eso pasa por entender que somos distintos, no pretender que los otros piensen como nosotros y generar espacios para que las ideas convivan dentro de la casa, el trabajo, la academia y el país. 

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