“El diseño nos muestra que sí podemos pensar en una sociedad para todos”

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“El diseño nos muestra que sí podemos pensar en una sociedad para todos”
Martes, Mayo 16, 2017
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El poeta y humanista Walter Azula, quien es discapacitado visual, invita a pensar en la importancia del diseño para superar los retos que tenemos como sociedad colombiana frente a la discapacidad.
Fotografía: Oficina de Comunicación - Utadeo

Walter Azula perdió la vista desde los 12 años de edad. En contra de los diagnósticos de oftalmólogos y demás profesionales, terminó el bachillerato en Ibagué y viajó a Bogotá para estudiar en la universidad. Sus conocimientos en filosofía, sociología y pedagogía lo sedujeron a pensar en la discapacidad como objeto de estudio y, desde entonces, ha dedicado gran parte de su vida profesional a hacerlo.

Trabajó 16 años el Instituto Nacional para Ciegos -INCI-, es docente universitario, poeta e investigador, y el pasado viernes 12 de mayo asistió al evento  ‘Ambientes inclusivos para la discapacidad’ que se realizó en el marco de la exposición ‘Diseño para una vida digna’ en el Edificio de Artes y Diseño de Utadeo.

La muestra de más de 28 inventos invita a reflexionar en torno a los retos que las personas con discapacidad, como Walter, enfrentan dentro de la sociedad y cuál es el papel del diseño en disminuir las brechas de intolerancia y acceso a las que les nos hemos acostumbrado.

“El diseño cobra una categoría política muy interesante, porque nos está mostrando que sí podemos pensar en una sociedad para todos”, señaló Walter en una entrevista exclusiva para Utadeo.

Azula considera que la discapacidad puede ser vista como una categoría sociopolítica “que está en construcción y que valdría la pena observar a lo largo de los tiempos, de las sociedades y de la historia”.

Es por esto que abordar la discapacidad desde la garantía de derechos, tales como la salud, la educación, el trabajo y la accesibilidad física es pertinente.

Acorde a cifras de MinSalud, se estima que a 2015 más de 3 millones de personas Colombia tenían alguna limitación, lo cual corresponde al 6,3  % de la población colombiana.

A los colombianos con discapacidad los protege la Ley estatutaria 1618 de 2013, la cual busca garantizar los derechos de las personas con discapacidad, “mediante la adopción de medidas de inclusión, acción afirmativa y de ajustes razonables y eliminando toda forma de discriminación por razón de discapacidad”.

Así mismo, la Ley 1680 de 2013 “protege el acceso la información, a las comunicaciones y a las TIC para las personas ciegas y con baja visión”.

No obstante, la garantía de derechos es definitiva también para una persona sin discapacidad, lo cual nos sitúa en un escenario de reconocimiento y de pensarnos como iguales.

Según la Organización Mundial de la Salud, “La discapacidad forma parte de la condición humana: casi todas las personas sufrirán algún tipo de discapacidad transitoria o permanente en algún momento de su vida”.

Lo anterior nos lleva a pensar más allá de la normatividad y pone sobre la mesa la necesidad de fortalecer valores sociales de inclusión y tolerancia, especialmente, en la ciudadanía.

“El tema no es normas, no necesitamos más normas, podemos perfeccionar las que hay, podemos buscar los mecanismos para aplicarlas. El problema es que somos una cultura absolutamente intolerante y no solo con la población incapacitada. El problema de la intolerancia, de la violencia y de la agresividad es con todos”, afirma Walter.

Es allí donde el diseño cumple un papel fundamental, pues “una de las pretensiones de esta rama del conocimiento hoy en día -explica Azula- es hacer un producto, un artefacto, una ciudad o un espacio no solo pensando en la discapacidad, sino pensado en que todos podamos acceder al goce de beneficios”.

El humanista ve en el diseño una herramienta de inclusión y respeto, por eso afirma que “los alcances del diseño son formidables si le damos esa nueva dimensión, una dimensión sociopolítica”.

Walter concluye: “Mientras no hagamos un trabajo fuerte en la construcción de cultura, de ciudadanía, de respeto, podemos tener las normas más perfectas y no van a funcionar. Practicamos una intolerancia exacerbada y ese es uno de los temas que más me preocupa: la esquizofrenia en la cual vive esta sociedad y que no nos deja transitar hacia otros valores y criterios de convivencia”.

 

María Alejandra Navarrete

Oficina de Comunicación - Utadeo

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