Bogotá, una ciudad asmática

¡Bogotá en asfixia!

Un mal invisible –quizá cada vez menos, a juzgar por las nubes de smog que se posan en el cielo- viene aquejando a los habitantes de la ciudad de Bogotá, donde en los últimos meses se han declarado alertas ambientales —tres para ser exactos— que incluso han obligado a la Alcaldía a decretar medidas extremas como la imposición del pico y placa extendido para los camiones, vehículos particulares y motocicletas que circulan por las avenidas capitalinas.

Parque del Japón. Vecina del sector se aferraba a un árbol en su defensa. Es retirada por miembros de la Policía Nacional. Fotografía de Sebastián Rojas. (@QueDiceSebas)

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La mala calidad del aire, obedece según la mayoría de reportes de prensa e informes elaborados por entes distritales como la Secretaria Distrital de Ambiente —en adelante SDA—, a factores variados entre los cuales se cuentan:

1. Los vehículos: En gran parte responsables de generar una mezcla de hollín, polvo y cenizas metálicas, las cuales suponen un inminente riesgo para la salud humana, ya que, aquellas partículas menores a diez (10) micrómetros de diámetro pueden llegar a los pulmones y así alcanzar el torrente sanguíneo. El aporte de cada fuente móvil, según mediciones de la SDA se estima así: Camiones (43,6%), vehículos de servicio público [Colectivos, SITP y TransMilenio] (23,4%), camionetas y camperos (10,13%) transporte especial (10,13%), motocicletas (9,05%), vehículos particulares (2,74%) y otros (0,66%).

2. Las fuentes fijas: Entiéndanse estas como industrias y chimeneas, cuyo aporte a la contaminación en la ciudad asciende a un 44%.

3. Los incendios forestales: Que aun cuando no ocurren en el perímetro bogotano, sus residuos son trasladados, incluso desde zonas tan apartadas como Arauca y Casanare, por el viento y otras condiciones climatológicas.

Esto ha llevado a que en Bogotá el 20% de las enfermedades respiratorias sean atribuibles a la contaminación del aire. Eso quiere decir que de 1,5 millones de casos que en promedio se atienden anualmente en la ciudad, 300.000 pueden asociarse a la exposición a material particulado (PM10 y PM2,5).

Parque del Japón. Jardinero del JBB en la cúspide de un árbol efectuando su tala. Fotografía de Sebastián Rojas. (@QueDiceSebas)

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Sin embargo, es apenas curioso que ni los medios de comunicación, ni las entidades oficiales tengan en consideración la deforestación urbana como un factor determinante que contribuye con este fenómeno. Según Nicolás Esguerra, experto en materias ambientales, los árboles cumplen varias funciones ecológicas: son reservorios de agua, contribuyen con la regulación de los microclimas que se generan en cada localidad y mejoran ostensiblemente la calidad del aire mediante su proceso fotosintético, en donde absorben dióxido de carbono (CO2), a su vez que liberan oxígeno (O2).

El experto señala que cuando un árbol es talado, son dos (2) las consecuencias principales que repercuten negativamente en la calidad del aire; la primera es que obviamente este deja de captar el CO2, pero adicionalmente, los árboles almacenan dicho CO2 en sus raíces, tronco y ramas (40% a 50% de su peso, según la especie), por eso, cuando el árbol es talado libera todo ese CO2 que albergaba, regresándolo al ciclo del carbono, lo que desmejora de manera ostensible la calidad del aire que inhalan los habitantes de la ciudad.

Cuadro clínico

Las coberturas vegetal y forestal hacen las veces de pulmones de la Capital. Unos pulmones aquejados, hoy día, por una neumonía severa, agravada por la tala sistemática que ha venido adelantando la administración distrital para desarrollar proyectos de construcción de diversa índole. A continuación, se exponen algunas de las zonas intervenidas, las cuales registran la historia clínica de la ciudad de Bogotá y explican la mengua en su capacidad pulmonar.

Parque del Japón

17 de enero de 2019 los habitantes de La Cabrera, un barrio al norte de la ciudad, despiertan con el ruido de varias motosierras. Después de un año de socializaciones fallidas con la comunidad, el Distrito decide realizar la intervención del Parque del Japón, cuyo nombre deriva del Acuerdo 100 de 1959 expedido por el Concejo de Bogotá como “reconocimiento al valioso obsequio hecho por la ciudad de Tokio a Bogotá de algunos cerezos y otros árboles ornamentales”. Alarmados, los vecinos corren presurosamente en defensa de los árboles de su parque. Allí se encuentran con unidades del Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía –en adelante ESMAD- los cuales no están dispuestos a dialogar y simplemente aducen estar cumpliendo órdenes. Varios miembros de la comunidad en un intento fallido por evitar el derribo, se aferran con fuerza al tronco resistiéndose a los jalones y sacudidas de los policías para despejar la zona. El saldo, seis (6) árboles talados, el cerramiento temporal del parque para adelantar la construcción de canchas sintéticas y zonas de recreación infantil y el descontento de la gente con la forma en la que procedió la administración.

Parque del Japón. Miembros del ESMAD hacen presencia en el lugar para dispersar la protesta de la ciudadanía ante la tala de algunos árboles.

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“Aquí llegaron más de cincuenta efectivos del ESMAD, el mismo día en el que activaron la bomba en la escuela de cadetes; un momento de gravedad para el país y sin embargo aquí estaba el ESMAD, intimidando a gente de la tercera edad, en su mayoría, gente que se estaba oponiendo pacíficamente frente a lo que consideraba una arbitrariedad” recuerda Clara E. Mejía una de las líderes de la comunidad. También manifestó las irregularidades con las que, según ella, ha actuado la administración en este proceso: “Aquí han «socializado» el proyecto con personas ajenas a la comunidad directamente afectada, han agotado este requisito con firmas de personas que residen incluso en otros barrios; han mentido en las actas de inspección y fichas técnicas sobre el estado de los árboles, que expide el Jardín Botánico –en adelante JBB-, diciendo que están «agrietados» o «enfermos» para justificar su tala, cuando la realidad es que lo que hay aquí en el Parque del Japón son árboles perfectamente sanos y erguidos. La Resolución 4329 por medio de la cual se aprobó la intervención tiene la dirección del parque errada, por ende lo que procedía era su revocatoria y la expedición de una nueva con la nomenclatura corregida, eso nunca lo hicieron y hasta al día de hoy no lo han hecho, igual, con todo y eso el 17 de enero procedieron a realizar la tala de seis (6) árboles y se espera que talen 27 más (en la Resolución se ordena la tala de 33) para lo cual realizaron el cerramiento”.

Parque Pio XII

18 de febrero de 2019, son las 8:30 a.m., los vecinos del barrio Pio XII observan movimientos inusuales en su cuadra. Dos motocicletas de policía acompañadas de una grúa adelantan lo que parece ser un operativo de tránsito en una bahía del sector (procedimiento que nunca se había realizado pues el estacionamiento no está prohibido en dicha zona). Era simplemente una coartada para identificar qué tanta gente podía oponer resistencia al verdadero operativo que estaba por realizarse. Uno de los agentes motorizados, se comunica por radio y en cuestión de unos 30 o 40 segundos el perímetro de la zona verde está sitiada por patrullas y unos 120 efectivos del ESMAD. Los pocos vecinos que quedaban en sus casas —la mayoría ya en sus sitios de trabajo— se apresuran a salir en defensa de sus árboles, con cadenas buscan asegurarse a esos frondosos e imponentes árboles que por 40 años habían acompañado como vigías inmóviles ese parque.

Barrio Pio XII. Vecinos del sector se enfrentan al ESMAD en defensa de su parque. 

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Su intento es infructuoso, los policías tienen perimetrada la zona con una barrera infranqueable, cualquier intento por rebasar esa valla uniformada es neutralizado con golpes, disparos de armas marcadoras, gases lacrimógenos y hasta bombas aturdidoras. Los vecinos armados nada más que con la indignación de perder un parque que habían conservado por años, se enfrentan a ese escuadrón poniendo en riesgo su propia integridad, pero vendiendo cara su derrota. Los enfrentamientos se extienden por lapso de cuatro (4) horas, luego de lo cual, golpeados, resignados y abatidos los vecinos finalmente se rinden ante la cruda realidad, el ruido de las motosierras, el resquebrajamiento de los gigantes troncos y el mini sismo generado cuando un árbol de más de 30 metros cae contra el suelo, es la señal de que la batalla ha terminado, de que la batalla está perdida.

Yolima Aponte residente del sector, señala que los vecinos del barrio Pio XII vienen oponiéndose a la construcción de un colegio público en su parque, por considerarlo un proyecto improvisado, sin estudios, que obedece únicamente a intereses económicos privados de los contratistas a quienes se les adjudicó el contrato y que adicionalmente nunca fue debidamente socializado con la comunidad. “Aquí vinieron a decirnos vamos a hacer esto, esto y esto, eso no es socializar, eso cuanto mucho es enterar o notificar, por eso la gente siempre tuvo reparos frente al proyecto, porque lo que vinieron a hacer acá fue a imponer cosas sin tener en cuenta su opinión. Talaron 40 árboles que teníamos inventariados, que servían como pulmón de la localidad más contaminada, no solo de la ciudad, sino del país; pese a que hay acciones populares que no han sido resueltas de fondo por las autoridades judiciales. Además, ya vamos para 3 meses desde la intervención y no han puesto un ladrillo, entonces ¿cuál era el afán de talar? ¿cuál era el afán de hacer este cerramiento y arrebatarnos nuestro parque?”

Ciudadela Colsubsidio (Humedal Tibabuyes)

8 de abril de 2019, son las 10:00 a.m., los miembros del grupo de whatsapp de los vecinos del barrio Ciudadela Colsubsidio empiezan a alertar sobre la presencia de varios oficiales del ESMAD en el sector. Rápidamente los vecinos hacen presencia en la zona, prevenidos por lo que podía suceder. Al sitio arriba la alcaldesa local Ángela Vianey Ortíz, quien asegura que en la zona se adelantará un operativo de restitución del espacio público, sobre un parqueadero que está siendo usufructuado económicamente por privados. Los vecinos indagan sobre la presencia del ESMAD y varios camiones sin obtener respuesta de la funcionaria. Los vecinos no se oponen a la intervención, hasta que se percatan de que en la zona, además del retiro de una caseta y los vehículos que se encontraban en el parqueadero, se va a efectuar un cerramiento. De manera presurosa entrelazan sus manos para tejer una especie de cadena humana y evitar el alinderamiento de la zona. Permanecen por lapso de 20 minutos, haciendo caso omiso a los requerimientos de la policía para retirarse del lugar. En eso, empiezan a recibir ataques por parte del ESMAD con bombas aturdidoras, gases lacrimógenos y disparos de marcadoras de paintball, lo que fuerza su desalojo. Despejada la zona, el Distrito procede a realizar el cerramiento, otra batalla acaba, con idénticos «vencedores» y «vencidos».

Barrio Pio XII. Miembros del ESMAD hacen presencia en el lugar para dispersar la protesta de la ciudadanía ante la tala de algunos árboles.

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Diego Zabaleta vocero de la comunidad afirma que los vecinos se oponen a la construcción de tres proyectos que busca adelantar la administración Peñalosa, los cuales, deteriorarían la zona de amortiguamiento del humedal Tibabuyes. El primero es el proyecto “Conexión Salitre” que consiste en el despliegue de una ciclorruta elevada para la cual ya se están construyendo pilotes en concreto, lo que endurecerá la capa blanda del humedal; el segundo es el “Parque Colsubsidio” que busca construir canchas sintéticas y juegos para niños con suelo en caucho, lo que conllevaría el levantamiento de la cobertura vegetal existente; por último un corredor vial paralelo a la calle 80 para desembotellar dicha avenida, lo cual, “por sí mismo no es malo, el problema es cuando para desatorar una vía, tienes que arrasar un humedal y las especies de flora y fauna que allí habitan”.

Las socializaciones que aquí se realizaron fueron convocadas de forma irregular, además se tiene que entender que una socialización no es un «yo te cuento» y como ya te conté, listo, no; es «yo te cuento» y recibo tus opiniones y las tengo en cuenta para propiciar un proceso de concertación. Aquí recogieron firmas para una cosa y luego las utilizaron para otra, así validaron las actas de socialización”. También señala que la Alcaldía utilizó “hábilmente” la coartada del parqueadero que estaba siendo aprovechado por privados para desvirtuar y deslegitimar la protesta de la comunidad: “Si alguien desde el otro lado de la ciudad escucha en los medios que los vecinos de Engativá están protestando y enfrentándose a la policía por un parqueadero ilegal, pues es claro que las personas le van a dar la razón al alcalde, pero esa no es la realidad, nuestro único interés es el humedal”.

Bosque Bavaria

En el occidente de Bogotá se encuentra el denominado Bosque Bavaria, un terreno de 47 hectáreas aproximadamente que pertenece a la compañía AB InBev, la cual, adquirió los derechos de comercialización y demás bienes del patrimonio de la antigua embotelladora Bavaria. En esta zona se encuentra un inventario de entre 14.000 y 25.000 árboles (los cálculos varían según las cifras oficiales y las manejadas por la comunidad vecina del sector) y se ha constituido como el más grande pulmón de la localidad de Kennedy. Actualmente se busca adelantar un megaproyecto urbanístico de viviendas residenciales de tipo cuatro (4) y (5) en el área del predio, proyecto que se ha viabilizado mediante la expedición del Decreto 364 de 2017 firmado por el alcalde Enrique Peñalosa y el cual traería aparejado consigo la tala de miles de las especies de árboles que allí se ubican.

Ricardo Santamaría, miembro de la veeduría ciudadana en defensa del bosque asegura que desde el 20 de julio del 2012 este movimiento viene liderando la defensa de este espacio por vías como la comparecencia a audiencias públicas, debates en el Concejo, recolección de firmas y movilizaciones populares. Resalta la importancia que tiene este arbolado para la localidad más contaminada de la ciudad, ante la que considera una realidad inobjetable: la mala calidad del aire en Bogotá, la cual, se corrobora con las recientes alertas ambientales decretadas por la propia Alcaldía.

Fernando Rincón, miembro del comité “Salvemos el Bosque Bavaria”, asegura que dicho movimiento ha instaurado una acción popular ante los juzgados administrativos del CAN para que sea una autoridad judicial la que se pronuncie frente al inminente riesgo de las especies que en el bosque habitan. Adicionalmente han adelantado actos simbólicos como la entrega de tapas marcadas con dinero ante el Banco de la Amistad de Póker (BDA) simbolizando la compra del predio que comprende el bosque, por parte de la comunidad, para evitar así su tala.

Maquinaria pesada inicia la remoción de la cobertura vegetal del parque.

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Troncal Séptima

El proyecto de una troncal de TransMilenio por la emblemática carrera Séptima, que aunque hoy se encuentra suspendido por sendos pronunciamientos del Juzgado 49 Administrativo y de la Procuraduría General de la Nación, no deja de suscitar temor entre los ciudadanos por cuestiones relacionadas con el medio ambiente y la pérdida del arbolado existente en zonas en las que se desarrollarían las obras.

Edmundo López, miembro del comité “Defendamos la 7ma” asegura que de desarrollarse el proyecto, este tendría un enorme costo en materia ambiental, pues acarrearía la tala de 2.224 árboles según lo establecido en los propios pliegos del proyecto. Sumando lo anterior, a la utilización de vehículos movilizados con combustible diesel que deteriorarían aún más, la ya muy mala calidad del aire de Bogotá. “Estamos unidos en contra de la depredación de intereses económicos, de la tala de árboles que implica meter a la brava una troncal pesada de TransMilenio por la Séptima, de la estación que se tiene proyectada construir en el Parque Nacional arrebatándole unos 4.000 m2 a su alameda histórica”.

El médico tratante

Como tratamiento para revitalizar a este paciente crítico, el alcalde Enrique Peñalosa como médico de cabecera, asegura haber encaminado grandes esfuerzos para arborizar la Capital. Según datos oficiales de la SDA, la administración Peñalosa ha sembrado más de 200.000 árboles en los primeros tres años de gestión y tiene fijada la meta de sembrar 300.000 más durante el año 2019, —año de cierre de su gobierno— para alcanzar una meta de 500.000 árboles sembrados, cifras a las que según el alcalde, jamás han llegado administraciones precedentes. En cuanto al tema de los árboles talados, la administración afirma que estos procedimientos se dan solo de manera excepcional, sobre individuos enfermos o en riesgo de volcamiento y que la tala es la última medida a la que se llega, y se ejecuta cuando el árbol presenta enfermedades y afectaciones irreversibles. Haciendo énfasis en que, de las últimas tres alcaldías, esta es la que menos árboles talados registra.

“La persona que más ha arborizado aquí en Bogotá soy yo, soy un enamorado de los árboles” dice orgulloso el alcalde Peñalosa, quien asegura que en temas de compensación, su administración también ha obrado de manera ejemplar, ya que, según las cifras que maneja, por cada árbol que se tala en Bogotá, la Alcaldía siembra entre 8 y 10 árboles como restitución.

 Barrio Pio XII. Árbol de 30 metros es talado por los operarios del JBB.

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Una segunda opinión

En busca de un segundo concepto médico, se consultó a otros expertos para corroborar el dictamen y tratamiento del médico de cabecera. Frente a este respecto, hay que decir que pese a las optimistas y destacables cifras que ofrece la alcaldía Peñalosa, dichos expertos aseguran que las cifras propuestas no obedecen a la realidad.

Herman Martínez, ex-director del JBB, señala que las cifras que publica la administración son engañosas, ya que, los números del Sistema Integral de Gestión del Arbolado Urbano —en adelante SIGAU—, arrojan un total de 43.000 árboles sembrados, en contraposición a los 260.000 que a la fecha asegura haber plantado el alcalde Peñalosa; por otra parte, la cifra de talas del SIGAU asciende a 14.123 árboles. Por lo cual, la relación entre tala y compensación correspondería a 3 árboles sembrados por cada árbol talado y no como la alcaldía señala de 8 a 10 sembrados por cada talado. Sin embargo, Martínez aclara que los 43.000 árboles sembrados no obedecen en su totalidad a compensaciones, sino que varios de ellos son compromisos adquiridos por la alcaldía en su plan de gobierno, lo cual, es un compromiso que todo dirigente local adquiere al inicio de su gestión para la siembra de nuevos árboles. Teniendo en cuenta lo anterior, la relación entre talas y siembras sería aún más estrecha.

Adicionalmente, si se tiene en cuenta que la administración Peñalosa vincula entre sus inventarios de siembra, árboles que han sido plantados bajo el concepto de replante, el cual, se refiere a las reposiciones de árboles sembrados que mueren trascurrido poco tiempo después de su siembra, para inflar las cifras, el margen sería aún más negativo para la presente administración. Esto implica contabilizar un árbol que se sembró exactamente en el mismo lugar, dos o tres veces como árboles diferentes, cuando para el efecto solo sería uno el que va a prestar la función ecológica de purificación del aire. Esto se debe a un indebido seguimiento por parte de la administración de los árboles que siembra, los cuales en un 30% mueren por diversas causas sin alcanzar una etapa de desarrollo productiva.

Barrio Pio XII. Dos colosos de 30 metros, derribados, registran el saldo del final de la batalla.

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Frente a la meta de 500.000 árboles sembrados una vez culmine la gestión, que aduce la administración Peñalosa, la califica como una cifra “inventada por el alcalde”, ya que, para que ello ocurriese se tendría que trabajar a un ritmo de un (1) operario de siembra cada ocho (8) cuadras, plantando árboles durante toda su jornada laboral, lo cual, sería perceptible por la ciudadanía: “Cuando usted o cualquier persona camina por la calle, no ve a un jardinero del JBB cada ocho (8) cuadras plantando, además porque eso requiere muchas veces equipo adicional como volquetas y retroexcavadoras, de ahí que esas cifras que maneja el alcalde sean imposibles de alcanzar, más, si se tiene en cuenta que el JBB no tiene el suficiente personal humano para cubrir una demanda de un (1) operario por cada ocho (8) cuadras. Con estas mismas cuentas que yo estoy haciendo radiqué un oficio ante la Procuraduría, denunciando la falsa propaganda de la alcaldía”.

Sebastián Rojas Ricaurte, un activista y veedor ciudadano en materias ambientales asegura que la política del alcalde es insostenible, ya que, este tala por criterios diferentes a los de la gestión del riesgo; por consideraciones estéticas, como un caso que reseña sobre la avenida 9°, en el que el alcalde quería una hilera de una especie a un lado y una hilera de otra especie al otro. Por este motivo acompaña iniciativas como Fridays For Future que se trata de unas jornadas de concientización sobre el cambio climático y la deforestación que se adelantan en los diferentes parques de la Capital. También se ha sumado a las velatones que han adelantado ciudadanos de diversas zonas para conmemorar los árboles que han sido talados, y actualmente, en coordinación con otros activistas, tienen fijada la meta de batir un Record Guinness formando el árbol humano más grande del mundo, esto para enviar un mensaje a la comunidad internacional en el marco de un foro mundial de parques que organizará la Alcaldía, teniendo a Bogotá como ciudad anfitriona, en el mes de junio y “para desmentir ante la comunidad internacional esa imagen de buen urbanista que todavía tiene el alcalde Peñalosa en algunas latitudes” — señala Sebastián.

Banco de la Amistad de Bavaria (BDA). El comité “Salvemos el Bosque Bavaria” realiza una compra simbólica del predio que comprende el bosque.

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En esta línea, cabe reseñar también el concepto de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que recomienda a las grandes ciudades tener al menos un árbol por cada tres habitantes para tener un aire de mejor calidad. Bajo este derrotero, la ciudad sigue mostrando señas de una neumonía severa, puesto que, según el SIGAU, la Capital tiene aproximadamente 1’272.000 árboles y de acuerdo con un informe de Bogotá Cómo Vamos, en la ciudad habitan 7’890.001 personas. Lo cual quiere decir que en Bogotá hay un árbol por cada 6,20 habitantes o dicho de otra forma hay un índice de 0,16 árboles por habitante, indicador que se conoce con la sigla (APH).

Pronóstico reservado

El pronóstico es crítico y reservado. Sin embargo, Bogotá está a tiempo de encontrar un tratamiento idóneo para su mal, el diagnóstico aunque preocupante, es una base sobre la cual se debe trabajar para alcanzar una cura. Bogotá no puede convertirse en ese paciente torpe y negligente que ignorando una gripe, contrajo una neumonía y que subestimando esa neumonía, ahora padece una irreversible y crónica enfermedad respiratoria.

Los caminos existen, la veeduría ciudadana, la movilización popular, las campañas de siembra, la consciencia ecológica de una ciudadanía que ama su ciudad. Solo el tiempo dirá si el tratamiento fue oportuno o si el desinterés llevará a la tumba a la Capital.

Reconocimiento personería jurídica: Resolución 2613 del 14 de agosto de 1959 Minjusticia.

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