Buscarlas Hasta Encontrarlas: lucha y resiliencia de una colectiva de mujeres

Este es el origen de una organización feminista, conformada por amigas, que combate la violencia ejercida contra la mujer y que acompaña con empatía a familiares de víctimas de feminicidio y desaparición en la capital colombiana.

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En la Universidad Pedagógica, de donde es egresada Valentina, abren espacios de denuncia. El frente estaba formado por más de 25 mujeres activistas y feministas. Una de ellas denunció un caso de violencias basadas en género que habrían sido perpetradas por Fabían Ramírez Cárdenas. Ante la reacción social a la denuncia, Ramírez se suicidó en marzo del 2020.

A raíz del hecho, el grupo de mujeres fue atacado y atentaron contra las feministas de la Pedagógica. Fue un momento difícil para Valentina: “Entré en depresión, me sentía agobiada por toda esa situación. Meses después entramos en cuarentena y para mí fue un alivio ya no asistir a la Universidad, a ese espacio donde nos tenían amenazadas”.

El 30 de noviembre de 2020, ocho meses después del inicio del confinamiento por la pandemia de Covid-19, se reportó la desaparición de Lynda Michelle Amaya en medios de comunicación y redes sociales. No se supo del paradero de la adolescente de 15 años por más de tres meses. Finalmente, se supo que fue torturada y asesinada en el Barrio San Bernardo, en el centro de Bogotá.

“Me conmovió mucho este caso, era tan solo una niña a quien le fue arrebatada su vida de la peor manera posible. Yo tenía que hacer algo como feminista y activista, sentía que tenía que ayudar a su familia, sentía ese dolor inmenso de la violencia contra la mujer, y por eso decidí ayudar desde mi experiencia y conocimientos como activista”, expresa Valentina. En ese momento decidió crear una página en Facebook para visibilizar y difundir casos de desaparición de niñas, adolescentes y mujeres. De esa manera, pensó, podía ayudar a dar con su paradero o con cualquier tipo de información de manera más rápida. Por eso, decidió bautizar la web como Buscarlas Hasta Encontrarlas, que nació, oficialmente, en noviembre de 2020.

Víctimas de feminicidio y desaparición en Bogotá. Parte de una intervención simbólica de "Buscarlas Hasta Encontrarlas" en la plaza de Bolívar. Foto: Andrea Gómez Díaz.

Muchas mujeres feministas se empezaron a unir a la página de Facebook, enviaban mensajes directos a Valentina y escribían que estaban interesadas en ayudar a difundir los casos de desaparición que allí se reportaban. Más de 50 mujeres se unieron motivadas a colaborar con la causa, crearon un grupo en WhatsApp; su participación e interés de querer ayudar, motivaron a Valentina para dar un paso adelante que transformara su iniciativa de una página web a una colectiva de mujeres.

Gabriela Romero —o Gaby, como le dicen todas las chicas del grupo—, llegó a la colectiva por casualidad. Es feminista y activista y, pese a que también es egresada de la Universidad Pedagógica, no había coincidido con Valentina durante sus clases. Su conocimiento sobre derechos humanos fue un gran apoyo para la construcción de la Colectiva.

Las integrantes del grupo se conocieron presencialmente a principios de 2021. Todas venían de contextos diferentes, tenían variadas habilidades y capacidades que de manera única aportaban su grano de arena a la Colectiva. Estaban reunidas con un mismo objetivo, por una misma causa: combatir la violencia ejercida contra la mujer, ayudar a los familiares de víctimas de feminicidio y desaparición con acompañamiento y empatía. Con esa bandera nació Buscarlas Hasta Encontrarlas, un movimiento y colectiva feminista pensado por Valentina y gestado con ayuda de Gabriela.

Édgar Ángel, de 32 años, contó en un plantón simbólico de “Buscarlas hasta encontrarlas” que no ha parado de buscar a su hermana Nataly Alejandra Ángel, víctima de desaparición el 18 de junio del 2021 en Celaya, Guanajuato (México). Foto: Sandra Camila Betancourt Gaitán

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Corría la tarde del domingo, 19 de febrero. Hacía sol y la plaza de Bolívar, en el centro de la capital, estaba llena de vendedores ambulantes; se escuchaba música de diferentes géneros musicales, pero destacaba la que reproducían en el equipo de sonido de la Colectiva.

Gabriela y otras mujeres organizaban un espacio pedagógico. Imprimieron carteles de al menos 35 niñas, adolescentes y mujeres víctimas de feminicidio y desaparición para colgarlos alrededor del lugar y fueran vistas por un público que, curioso, se acercaba al sitio. Mientras observaban los carteles, se escuchaban algunos comentarios: “¡Dios mío, a ella la vi en las noticias!”, y otros: “Mira, ahí está el cartel de la niña que fue asesinada en San Bernardo. ¡Qué tristeza, era tan solo una bebé!”

Gabriela, encargada de la logística, y las demás chicas de su equipo llevaban puesto un suéter blanco que en el centro tiene el logo de la Colectiva; como accesorios llevan una pañoleta y gorra rosadas, cada una con el logo de Buscarlas Hasta Encontrarlas.

Valentina tomó un megáfono y extendió una bienvenida a todas las personas que estaban en el lugar del plantón. Dio un discurso en el que habló de la violencia ejercida contra las mujeres, sobre la falta de empatía de las instituciones del Estado para hacer justicia y la negligencia que se vive en el país para acabar con la violencia. Habló sobre víctimas de feminicidio y desaparición, incitó a la reflexión y conmemoración de sus vidas.

De repente, el sol parecía no ser suficiente para calentar corazones tristes, el ambiente se tornó gris, frío. Familiares de algunas víctimas tomaron la palabra y contaron sus testimonios. Édgar Ángel, de 32 años, contó que buscaba con desesperación a su hermana Nataly Alejandra Ángel, víctima de desaparición el 18 de junio del 2021 en Celaya, Guanajuato (México). Fue contactado por la Colectiva para darle apoyo y ofrecer sus servicios de divulgación de información. Édgar aseguró que no ha perdido las esperanzas, que aún cree posible encontrar a su hermana algún día.

En espacios de diálogo y visibilización como ese, Valentina incentiva la expresión de sentimientos de mujeres que se sintieron incómodas o vulneradas en alguna situación a lo largo de su vida. Esto a través de actos artísticos como, por ejemplo, plasmar una palma de la mano pintada de rojo —simbolizando una agresión— sobre un vestido blanco —simulando pureza e inocencia—.

Una de las actividades realizadas durante el plantón en la plaza de Bolívar, Bogotá. Foto: Andrea Gómez Díaz. 

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Daniela Hastamorir, es estudiante de último semestre de Derecho en la Universidad Externado de Colombia y voluntaria en la Colectiva desde el 2021. Contribuye con acompañamiento y asesoría jurídica a familiares de víctimas de feminicidio y desaparición. La orientación consiste en “informarles sobre rutas de acción y atención a las que pueden acudir las familias en caso de desaparición. Si se trata de un feminicidio, se asesora sobre qué hacer jurídicamente y a qué entidades ir a interponer una denuncia”, explica Daniela.

En muchos casos los familiares de las víctimas no saben qué hacer, a dónde dirigirse, los agobia el miedo, la tristeza, y se sienten dejados de lado por el Estado. Por esto la Colectiva brinda su apoyo, “está aquí para ayudar a la comunidad, para combatir y luchar entre todas contra la violencia, para ayudar a los familiares de las víctimas”, asevera Daniela.

Las mujeres de la Colectiva tienen reuniones presenciales para seguir con la construcción del grupo y hacer un balance del acompañamiento y asesoría a los familiares de las víctimas. Gabriela, por medio de las redes sociales, se encarga de buscar casos y contactar a familias que puedan necesitar su apoyo. Luego asigna el caso a Daniela Hastamorir, la abogada de la organización —si se trata de acompañamiento y asesoría jurídica—, o a la psicóloga Katherine Rodríguez —si se trata de orientación psicológica por duelo y otro tipo de emociones—.

Nathalie Amaya, mamá de Lynda Michelle Amaya, junto con las colectivas el 25 de noviembre de 2021, un año después del feminicidio de su hija. Por: Sandra Camila Betancourt Gaitán.

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La noche del 25 de noviembre de 2021, un año después del feminicidio de Lynda Michelle Amaya, Buscarlas Hasta Encontrarlas convocó a un plantón y evento conmemorativo de su vida frente al Instituto Forense de Medicina legal. Con carteles y fotos de la joven asesinada, los asistentes protestaban porque su cuerpo permaneció un mes sin identificar en la entidad y exigían que su caso no quedara impune.

Nathalie Amaya, madre de Lynda Michelle, se acercó a Valentina y le manifestó su deseo de ser parte de la Colectiva y contribuir en la búsqueda de niñas, adolescentes y mujeres desaparecidas en Bogotá. “Es triste ver cómo una madre decide volverse feminista porque a su pequeña hija le fue arrebatada su vida”, comenta Valentina.

Según la página oficial del Observatorio de Feminicidios Colombia, desde 2019 hasta marzo de 2023, se han registrado al menos 170 feminicidios en Bogotá. Las víctimas han sido niñas desde los 5 meses de nacida hasta mujeres de 74 años. Según registros del Observatorio, en el 69% de los casos el presunto feminicida era una persona cercana a la víctima.

Buscarlas Hasta Encontrarlas hace un seguimiento en su propia base de datos, llevan un registro numérico de las víctimas de feminicidio y desaparición en Bogotá y sus alrededores, y las asesorías que han brindado.

Desde su fundación en noviembre de 2020, la Colectiva ha llevado más de 250 casos de desaparición y feminicidio. Actualmente tienen más de 41 casos activos de desaparición y 20 de feminicidio de niñas y mujeres entre los 2 y 47 años.

Buscarlas Hasta Encontrarlas busca formalizarse legalmente como una fundación. Es uno de los principales objetivos que tiene Valentina; anhela contar con capacidad económica que le permita retribuir el trabajo de las mujeres que trabajan en la Colectiva y pagar un espacio de atención físico para las familias de víctimas de feminicidios.

 

 

Reconocimiento personería jurídica: Resolución 2613 del 14 de agosto de 1959 Minjusticia.

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