El concierto comienza con la obertura Euryanthe de Weber, incluye algo de la música más emocionante de la ópera constituyéndose como una pieza seria que resume en toda su magnitud el drama de la obra musical. Las dos siguientes obras deben su naturaleza a amigos de los compositores. El concierto para viola de Bartók permaneció incompleto hasta después de haber muerto. Para suerte de la obra del compositor y del músico que lo comisionó, el violista profesional Tibor Serly encontró el borrador de la partitura y pudo reconstruirlo y terminarlo, confiando en su propio instinto y formación, pero sobre todo en su conocimiento sobre el estilo de Bartók. Las variaciones enigma, una de las obras más conocidas de Elgar, las dedicó el compositor a sus amigos quienes estaban retratados en ellas.
Director: David Effron (Estados Unidos)
Solista Viola: Raúl García (Colombia)
Programa:
Carl Maria von Weber (1786-1826)
Euryanthe Overture
Bela Bartok (1881-1945)
Concierto para viola
Edward Elgar (1857-1934)
Enigma variations
David Efrron
Cuenta con 50 años de carrera y ha participado con grandes sinfónicas y compañías de ópera en América del Norte, Europa, México y el Lejano Oriente. Durante 18 años, fue parte del personal de dirección de la New York City Opera, donde llevó a cabo muchas actuaciones, no sólo en Nueva York, sino también en residencia con la City Opera en los Los Ángeles y Washington, DC. Ha sido el director musical de la Orquesta Sinfónica de Youngstown y el director artístico de la Central City (Colo.) Opera y el Centro de Música de Brevard (NC). Durante 10 años, fue director musical en Alemania de la Heidelberg Castle Festival. Después de su mandato como director musical de la Orquesta del Festival de la Escuela de Música en Chautauqua, Nueva York, se estableció un premio anual, el David Effron Beca a través de la generosidad de Kay Logan. La beca, ahora en su décimo quinto año, permite que directores jóvenes participen en este festival único de verano. Como educador prominente, Effron enseñó en el Instituto Curtis de Música y durante 21 años, fue jefe del programa orquestal en la Eastman School of Music, donde entrenó a cientos de instrumentistas que ahora se desempeñan en orquestas profesionales en todo el mundo. Sus estudiantes actualmente ocupan cargos de directores en los Estados Unidos, Canadá, Europa, Japón y América del Sur. Desde 1998, ha sido un director activo en la Jacobs School of Music de la Universidad de Indiana. Ha realizado producciones de ópera de Der Rosenkavalier, Wozzeck, y Peter Grimes, así como 6 de las 10 sinfonías de Mahler en la Universidad de Indiana. Effron fue el director de la grabación ganadora del Premio Grammy Lincoln’s Portrait de Copland narrado por William Warfield. Su discografía incluye también una grabación con la soprano Benita Valente, que ganó el German Record Critics’ Award. Effron unió fuerzas con el flautista James Galway para realizar la grabación RCA de la obra Pied Piper Fantasy de John Corigliano, ganando un premio máximo de la revista Ovación. Effron es licenciado por la Universidad de Michigan y la Universidad de Indiana. Fue asistente de maestro Wolfgang Sawallisch en Alemania en el Cologne Opera House. Ha sido becario Fulbright y un beneficiario de una subvención de la Fundación Rockefeller. Fue nombrado Músico del Año por la Federación Nacional de Clubs de música, y fue galardonado con un doctorado honorario de la Universidad Estatal de Carolina del Norte. Effron ha dirigido 105 óperas y cuenta en su repertorio con gran parte de las obras sinfónicas estándar.
Carl María Von Weber (1809 – 1813)
Carl María Von Weber fue uno de los pioneros del romanticismo musical alemán a inicios del siglo XIX. Su actividad encarnó bien la visión de las clases medias europeas en asenso que comenzaron a asistir a ámbitos públicos de concierto. Fue allí en donde Weber obtuvo sus mayores éxitos como director, compositor, gestor y comentarista musical. Su múltiple tarea de formación de público finalmente vio resultados provechosos con la conformación de sociedades de aficionados a la música. El Andante y Rondó Húngaro es una de las obras que ilustra la fascinación del antiguo imperio Austro-húngaro por elementos culturales tradicionales de regiones húngaras. Weber no sería el primero ni el último en tomar prestados elementos de músicas húngaras para componer una pieza. Cabe recordar las composiciones de Brahms y Liszt en este campo. Componer "a la húngara" sería uno de los tantos antecedentes directos de lo que luego adquirió tintes más claros de nacionalismo musical. Weber realizó la primera versión del Andante y Rondó Húngaro en 1809. Lo concibió para viola solista con acompañamiento de orquesta. El compositor dedicó la obra a su hermano Fritz. La segunda versión la hizo para fagot y orquesta en 1813. Finalmente la obra se publicó en 1816 y desde entonces hace parte de la literatura de concierto para fagot o para viola.
Béla Bártok
El mandarín milagroso, basado en una obra de Menyhért Lengyel (1880 - 1957), es una historia en donde tres hampones, que habitan una casa ruinosa, hacen planes para atracar a transeúntes incautos, para lo cual fuerzan a una joven mujer, quien deberá con sus encantos atraer a las víctimas potenciales. Las dos primeras víctimas resultan ser unos pobres diablos sin dinero alguno. El tercer “invitado” es un enigmático mandarín; su pasividad atemoriza a la mujer y ella ejecuta una danza provocativa que le despierta la lascivia. Cuando éste se lanza a abrazarla, los rufianes salen de sus escondites para atacarlo brutalmente y le provocan heridas mortales. El oriental impulsado por un deseo sensual más poderoso que las graves lesiones que ha sufrido, continúa en sus intentos por abrazar a la cómplice de los ladrones. Horrorizada, la mujer se le entrega y en el momento en que se abandona en sus brazos, éste se desploma y muere desangrado. El carácter erótico y violento de El mandarín milagroso, y sus asociaciones musicales, se convirtieron en un serio obstáculo para la apreciación de la obra en las distintas producciones que se hicieron de ella en los primeros años, después de su composición en 1919. Sin embargo, la convicción de Bartók de que era una de sus mejores obras lo llevó a revisarla y recortarle más de la mitad de las escenas eróticas. Con estos ajustes logró que se programara una presentación en Colonia. El estreno, en 1926, fue un terrible fracaso. Gran parte del público abucheó, lanzó bombas fétidas y la música se ahogó en medio de este caos. El alcalde de Colonia, citó al director de la orquesta, Eugen Szenkar, le solicitó la renuncia y prohibió las siguientes presentaciones. Otras ciudades siguieron el ejemplo, ante el temor de provocar un caos semejante. Finalmente, Bartók decidió extraer una suite orquestal, en enero de 1927, pues suponía que la música misma, sin la trama grotesca y erótica, sería bien recibida por el público. Así ocurrió cuando fue interpretada por primera vez por Ernö Donhnányi y la Filarmónica de Budapest, el 15 de octubre de 1928.
Edward Elgar (1857 – 1934)
El Concierto para violonchelo y orquesta del compositor Sir Edward Elgar se destaca en el repertorio inglés del siglo XX por ser una obra emblemática desde el punto de vista musical y cultural. Estrenado el 27 de octubre de 1919 en la Queens´Hall de Londres con Felix Salmond como solista y el mismo Edgar como director de la orquesta, este Concierto se convirtió en la última obra de gran aliento escrita por el compositor. Para entonces Elgar no solo era reconocido como un hábil músico comprometido con su país sino el artífice de un nuevo empuje para la música inglesa y en particular para el repertorio sinfónico. Sus obras encajaban perfectamente dentro de las estéticas de amplia aceptación social e institucional que cristalizaban las herencias de la tradición clásica y romántica y además, los ideales nacionalistas lejos de las vanguardias contestatarias del siglo XX. El Concierto para violonchelo se convirtió en una especie de réquiem justo después de la finalización de la Primera Guerra Mundial. En este sentido la obra puede comprenderse como una profunda reflexión sobre la dramática e irremediable transformación del mundo en el cierre inexorable de una época. La perspectiva de dominio colonial inglesa ya no sería la misma como tampoco las estéticas musicales desatadas justamente a inicios del siglo. A estos cambios del contexto político y musical se sumó la muerte de la esposa del compositor en 1920 y con ella, se inició un ocaso creativo para Elgar. Toda esa nostalgia y melancolía, no desprovista de momentos de ímpetu y humor, se encuentran plasmados con vigorosa creatividad en este Concierto.
Fecha: Viernes 24 de abril de 2015
Lugar: Auditorio Fabio Lozano
Boletería: Estudiantes tadeístas - Entrada libre
Más información de la boletería en este enlace.
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Hola, cúal es el valor para
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