Antonio Lafuente compartió experiencias del MediaLab-Prado en Utadeo

Antonio Lafuente compartió experiencias del MediaLab-Prado en Utadeo

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Antonio Lafuente compartió experiencias del MediaLab-Prado en Utadeo
Viernes, Abril 15, 2016
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La visita fue organizada por Tadeo Lab. La cultura del desaprendizaje y el conocimiento libre es la principal apuesta de este laboratorio español.
Fotografías: Laura Vega - Oficina de Comunicación

Incentivar la cultura del desaprendizaje, donde todos los profesionales están dispuestos a adquirir nuevos conocimientos sin estar viciados por sus saberes previos, así como generar ciencia libre, fue el principal mensaje del reconocido investigador español Antonio Lafuente, integrante del Laboratorio del procomún en el MediaLab-Prado, un espacio ciudadano de producción, investigación y difusión de proyectos culturales donde se experimenta y aprende desde lo colaborativo. La visita de este experto en el conocimiento profano se llevó a cabo el pasado 5 de abril en las instalaciones de Tadeo Lab, y contó con la participación de líderes y miembros de laboratorios mediáticos y ciudadanos de Bogotá, quienes compartieron sus experiencias.El encuentro fue posible gracias a la alianza estratégica entre la Biblioteca de la Universidad Nacional y Tadeo Lab. 

Frente a ello, Lafuente recordó que el MediaLab en Madrid es patrocinado por el gobierno local de la ciudad, concibiéndose como un lugar donde los valores de su quehacer están asociados con la ética hacker y la cultura contra hegemónica. En últimas, este espacio es un taller de prototipado, pensado desde el trabajo colaborativo y la transmisión del conocimiento de todos para todos: “Construir un prototipo es una forma de aprender a vivir juntos. El efecto principal del Media Lab es producir comunidades y no producir cosas. En ese orden de ideas, las comunidades producen objetos y los objetos producen comunidades, entendiendo que el futuro de la cultura y el conocimiento se encuentra en estos grupos”, manifestó el experto.

Así pues, pese a que la cultura del emprendimiento instituyó las incubadoras empresariales, Lafuente sugiere que hoy debe hablarse de la incubadora de comunidades desde su aspecto contracultural, así como de una comunidad por venir, citando a Luis Villoro: “Este tipo de comunidades se aleja de los parámetros establecidos por la modernidad, formando nuevos movimientos sociales y colectivos ciudadanos, a partir de un problema que afecta su supervivencia. Sus miembros se agrupan y auto configuran como sociedades de aprendizaje”.

De igual forma, el expositor manifestó que debe existir un tránsito entre la cultura de lo experimental a lo experiencial, al tiempo que este tipo de manifestaciones deben tener toda la dignidad política: “Todos somos expertos en nuestra experiencia. Todos sabemos lo que nos pasa a diario. Si logramos que cada ciudadano invierta aunque sea una sola hora de su tiempo para generar conocimiento, tendremos el milagro de transformar el mundo”, añadió Lafuente.

Actualmente, MediaLab Prado realiza cien proyectos al año, sin importar su naturaleza, teniendo en cuenta que todo tema es relevante si existen personas comprometidas a hacerlo. Así por ejemplo, Lafuente resaltó que hoy día se está trabajando con el origami como filosofía que tiene que ver con el bien común, la diversidad funcional como una forma de comprender que todos somos funcionalmente discapacitados en algún aspecto, y por último, la desobediencia tecnológica donde se reconvierten objetos que han sido utilizados por una población específica, a partir del diseño alternativo, anti hegemónico y contestatario.  La idea con este tipo de iniciativas es entregarle a la sociedad los prototipos creados, bajo la licencia creative commons para posteriormente llegar al copyleft: “Nadie puede trabajar en Media Lab si no es seguidor del conocimiento libre. El laboratorio no es para adoctrinar sino para experimentar todo el tiempo”, afirmó el invitado.

Finalmente, los integrantes de Tadeo Lab y Movilab de Utadeo, así como de ViveLab de la Universidad Nacional, compartieron con Lafuente los hitos históricos de estas iniciativas, así como las principales problemáticas abordadas. El investigador invitó a todos los asistentes a entrar en un proceso de desaprender y descolorizar la mente, con el objetivo de entender lo que pasa en el mundo: “ El verdadero conocimiento se da cuando hemos logrado desconfiar de nuestras convicciones. La innovación social no la hacemos solo para cambiar el mundo sino para cambiar nosotros”.

 

“Debemos cambiar primero el adentro para transformar lo de afuera”

En entrevista con Utadeo, Lafuente ratificó que las instituciones educativas deben pasar de la predica y lo teórico al modo escucha: “Debemos preguntarnos cómo lograr que la universidad tenga contacto con los problemas que le circundan, no para apropiarlos, objetivarlos y convertirlos en papers o reportes, sino tratando de reconocer la especificidad que tienen las formas singulares o particulares en las que todo el que no se siente incluido por los discursos, las leyes o los recursos se le permita tener dignidad cognitiva a su manera de narrar el mundo, experimentarlo y organizarlo, y en consecuencia, cómo lograr que la universidad en lugar de aprender de esas experiencias logre desaprender para hacerse sensible a ellas y permitir ser visibles. Eso significa que, los problemas que antes teníamos para cambiar el mundo deberían cambiar para convertirse en proyectos que nos cambien a nosotros mismos. Nosotros solo vamos a poder cambiar si logramos desaprender, es decir, saber escuchar”.

A su vez, el experto español se mostró en desacuerdo con las lógicas que la academia ha instaurado en torno a la interdisciplinariedad y transdiciplinareidad: “Esta jerga de los pedagogos nunca ha logrado cambiar nada. Yo creo que solo lograremos cambiar algo cuando logremos incorporar el régimen de co-producción como aliado de los movimientos sociales que representan la vibración del entorno. Ahí si se va a producir la heterogeneidad suficiente para que comience a haber una pluralidad de voces que reclamarán la presencia de gente con la capacidad de ingenieros, antropólogos, hackers y artistas. Cuando se mezclen esos saberes, se creará un mundo de ciencia abierta frente a lo que pasa”.

De igual modo, Lafuente exaltó las actividades que se han realizado alrededor de TadeoLab como un espacio innovador que rompe los esquemas pedagógicos tradicionales: “Estoy muy impresionado. Llevo dos días reuniéndome con gente que es consciente y extremadamente sensible frente a lo que se está conversando. Yo creo que en estos espacios yo no he venido a enseñar nada sino vine a aprender”.

El panelista extendió una invitación a los estudiantes y profesores, a quienes recordó que no se debe desconfiar de estos procesos, al tiempo que se deben romper los esquemas de lo externo y lo interno, y pensar más bien en lo extitucional y no en lo institucional: “Hay que confiar en la capacidad que todos podemos tener de entender, de comprendernos y vivir juntos. En segundo lugar, los invito a considerar la necesidad de cambiarse, de auto regenerarse antes de cambiar lo de afuera. Hay mucho que hacer en el adentro, pero solo podremos cambiarlo si escuchamos el afuera”.

Fotos

Reconocimiento personería jurídica: Resolución 2613 del 14 de agosto de 1959 Minjusticia.

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