“Mi aproximación a la historia del arte se dio por casualidad”, Emma Araújo

El pasado 12 de febrero se llevó a cabo una amena charla en el Hemiciclo de Utadeo, se trata del Conversatorio con Emma Araujo de Vallejo, una invitación realizada por parte de La Maestría en Historia del Arte y Estética, del Departamento de Humanidades de la Universidad. Emma Araújo y William Alfonso López, conversaron junto a las anfitrionas académicas del conversatorio, las profesoras Ana María Carreira y María Margarita Malagón, del Departamento de Humanidades de Utadeo.

Álvaro Corral Cuartas, Director del Departamento de Humanidades y sus programas, dio la bienvenida a los asistentes, “para nosotros en el campo de la historia del arte, una de las fuentes principales es la fuente testimonial, y tenemos la ocasión de contar con la experiencia de una persona que hace parte de la historia cultural de un país”.

Después de su introducción, presentó al profesor William Alfonso López, del Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional de Colombia, y Coordinador de los grupos de investigación, Taller Historia Crítica del Arte y Museología Crítica y Estudios del Patrimonio Cultural; y escribió el libro “EMMA ARAÚJO DE VALLEJO. Su trabajo por el arte, la memoria, la educación y los museos”.

William López habló respecto al libro, “es el primer resultado de un proyecto de investigación que nos hemos planteado en la Maestría en Museología y Gestión Cultural de la Universidad Nacional de Colombia, estamos cumpliendo 10 años, es un programa que pretende fundamentalmente educar a directores y directoras de museos. Dentro de los planteamientos fuertes además de la formación de museólogos en Colombia, estaba la idea de construir investigación museológica. Estamos instalando un nuevo espacio académico, disciplinario y profesional. Esto implica varios retos, un proyecto sólido pero pertinente, ligado a la disciplina a nivel internacional, y el otro gran reto era producir investigación y conocimiento”.    

Por su parte Emma Araújo nos contó muchas anécdotas de su paso por el mundo del arte y la cultura en el país, así como de la historia de su familia y su niñez, “Nací en 1930. Soy hija del doctor Alfonso Araújo Gaviria y de Emma Ortiz Márquez. Mi padre, como mi abuelo, estuvo muy comprometido con la historia del Partido Liberal. Él fue Ministro de Obras y de Guerra del doctor Enrique Olaya Herrera; de Educación, del doctor Eduardo Santos, y de Gobierno y de Hacienda, del doctor Alfonso López Pumarejo. Fue dos veces director de la Policía Nacional, embajador en Venezuela, embajador en Brasil, y murió de un cáncer, muy joven, a los 58 años, siendo embajador de Colombia ante las Naciones Unidas. A medida que han ido pasando los años, me he dado cuenta de lo corta pero intensa que fue su vida. ¡Alcanzó a hacer de todo! Obviamente, me eduqué junto a él, que fue un hombre muy atípico. Él me dio una educación superior, papá era un hombre que decía, por ejemplo, que los idiomas eran importantísimos, entonces, desde que yo recuerdo, tuve clases de inglés y de francés. A los doce años ya era trilingüe, cosa muy rara para la época. Mi papá nunca me explicó quién era el general Santander; y con la idea de que había que hacer cosas en la vida, que no era suficiente casarse, tener hijos y sacar a los niños al parque, nos educó a mis hermanos y a mí. Recuerdo que cuando papá fue ministro de Educación tuvo la brillante idea de montar lo que se llamaron las colonias de vacaciones. La idea era llevar a los estudiantes que vivían en las montañas a que conocieran el mar y a los que estudiaban en la costa a que conocieran el frío. Esto hay que ponerlo en contexto. Bogotá, en ese entonces, era un pueblito, el comportamiento de su gente era pueblerino, su forma de pensar era propia de un pueblo pequeño. ¡No hablemos de su forma de actuar! Fuimos cuatro. Yo soy la mayor. Mi hermana Helena vive en Lausanne, Suiza, y es crítica literaria; ha escrito varios libros. Mi hermana María Mercedes vivió en Colombia, trabajando a su manera, hasta su muerte. Era una mujer de izquierda; una de sus principales obras fue la construcción del barrio Alfonso Araújo, que está ubicado en el norte de Bogotá. Mi hermano Roberto fue escritor, un intelectual que también murió joven. A todo lo que lo rodeaba, imprimía una mentalidad sin límites. Siempre lo recuerdo en movimiento… Había heredado del abuelo Simón el infinito amor por la pedagogía”.

Habló de su profesión, quería ser médica pero finalmente se graduó de enfermera, luego llegó su amistad con Marta Traba y con Luis Caballero, y narró cómo por casualidad llegó al mundo artístico, "Hacia 1959, yo estaba en crisis. Recuerdo que estando en Nueva York, una tarde me salí a la calle. No sé por qué entre a las salas de la Frick Collection. Me senté a llorar en un banco, pensando qué era lo que iba a hacer con mi vida: mi matrimonio estaba en crisis, tenía dos hijas, mi papá se estaba muriendo. De repente se me acercó don Luis de Zulueta. Yo lo conocía, porque él iba frecuentemente a visitar a papá al hospital. Él había sido profesor de la Escuela Normal Superior durante veinticinco o treinta años, y luego se fue a vivir a Nueva York. El presidente Santos lo había acogido en Colombia durante la Guerra Civil Española. Él me dijo: “Qué lindo sitio para ponerse a llorar, Helena”. Yo primero le aclaré que no era mi hermana, quien había estudiado Filosofía en la Nacional, y también le aclaré que nunca había entrado a ese lugar porque era enfermera. Entonces él me invitó a visitar la colección. Al terminar, después de una charla magnífica, nos pusimos una cita para visitar el Museo Metropolitano. Él me propuso que lo recorriéramos detenidamente. Así que durante las siguientes semanas nos vimos para estudiar cada una de las secciones de este maravilloso museo".

Apartes de la Introducción del libro de William López

“Dentro de sus principales logros profesionales están la estructuración de uno de los primeros departamentos de educación de los museos colombianos (López Rosas 2010; Benavides Carmona 2013), y, adicionalmente, la conceptualización del diseño de la primera exposición interactiva pensada pedagógicamente para el público infantil en Colombia. Ahora bien, sin ninguna duda, su más significativa y destacada tarea en el mundo de los museos fue la coordinación de la renovación total del proyecto museológico y, por tanto, de la exposición permanente del Museo Nacional de Colombia; empresa realizada entre 1974 y 1982, cuando, desempeñándose como directora de esta institución, al lado de muy significativas figuras del mundo intelectual y artístico colombiano, emprendió una de las aventuras museológicas más interesantes y complejas de la historia de los museos en Colombia”.

El libro se encuentra disponible en este enlace.