Apreciación musical: una electiva para refrescar el alma
¿Cuál podría ser la similitud entre la canción de rock interpretada por la banda británica Queen, titulada We will rock you, y una pieza de sonata? A primera vista el parecido es ninguno, pero el profesor Miguel Fonseca Martínez, quien dicta la cátedra de Apreciación Musical como electiva de Humanidades II, se ha encargado de construir un camino atemporal donde la música clásica y los ritmos populares se encuentran en constante armonía, pese a lo asombroso que ello pudiera parecer a sus estudiantes. Para Fonseca, uno de los objetivos de la clase es que los estudiantes se enamoren de la música clásica, ya no percibiéndola como un género dirigido sólo a audiencias cultas, a las élites o incluso pasado de moda, sino más bien cómo esta hace parte de la música actual.
Al respecto, Fonseca menciona que “para los estudiantes no ha sido ajena la música que hemos escuchado. Es muy curioso para muchos darse cuenta que las audiciones que más les han gustado son las de música medieval. Así nos enteramos que mucha de la música rock que a algunos les gusta, está hecha del modo eclesiástico de la edad media, y haciendo esas comparaciones empezaron a tener una afinidad muy fuerte con aquellos ritmos que parecían a primera vista incompatibles en cuanto a época y tipo de música. Para mí ha sido muy grato ver que esas mismas emociones, sentimientos, límites sobre la experiencia del mundo son constantes en los humanos y se van repitiendo, y la música es una forma de esa expresión de las vivencias que se tienen del mundo”.
Pero para el docente y experto en filosofía de la música, la clase va mucho más allá de una nota o evaluación de los procesos de aprendizaje. Más que eso, para Fonseca es de vital importancia que el estudiante se aproxime a la música clásica y se deleite en ella, y es allí donde el profesor, en asocio con Isabel Bernaza, Directora del Auditorio Fabio Lozano, han creado una estrategia donde lo más importante es que los estudiantes asistan a la programación musical del auditorio, así como ser fieles oyentes de la emisora HJUT. Por tal motivo, para Fonseca es más importante el goce estético que la erudición o la aprehensión de conceptos, los cuales de igual forma son evaluados virtualmente a través de Avata.
Para el profesor este es el tercer semestre al que es invitado para dictar la cátedra en Utadeo. En su recorrido como catedrático de esta asignatura en diferentes universidades, ha podido comprender que con este tipo de audiciones, los estudiantes desarrollan tres aspectos significativos. El primero de ellos es la ética, pues como él lo sugiere siguiendo a Platón, con este tipo de electivas, los estudiantes pueden pensar claramente qué es lo bello, y a su vez reflexionar sobre las cosas verdaderas.
En un segundo nivel, la electiva de apreciación musical permite al estudiante desarrollar su libertad. Para Fonseca esto significa que “una persona que tiene la posibilidad de la audición de la música, en cualquiera de sus variables, es una persona que puede evaluarse mucho más fácil. Poner el oído, metafóricamente hablando, es un ejercicio de libertad, de pensar nuevos mundos posibles y no referenciales”. En un tercer lugar, el docente también pretende que los estudiantes se conviertan en personas disciplinadas y decorosas en su trabajo, haciendo uso de la música.
Actualmente, la cátedra de apreciación musical se divide en dos niveles. En el primero de ellos, se aborda el tema de la filosofía de la música, un espacio académico donde se piensa acerca de la consistencia de la música clásica, así como su diferencia con la música occidental y las perspectivas científicas y cognitivas de esta expresión artística. En un segundo momento, se lleva a cabo una interpretación histórica de la música, cuya estrategia se basa en llevar al estudiante a la música culta a través de los ritmos populares y las músicas de preferencia de los asistentes.
Para Fonseca “una de las tesis fundamentales del curso es que la escucha tiene que ser atenta, no puede ser simplemente el acompañamiento de otras actividades. Yo creo que este tipo de valores subyacen al curso y serían un plus que podría tener un muchacho de la Tadeo en relación con otras universidades. Pero yo creo que lo más importante es el mero goce estético de la música. Es decir, una de mis intenciones con la música es que no sólo puedan escuchar con la cabeza sino también con las tripas, tal cual como lo decía Beethoven. Si una persona es capaz de hacer eso, despierta una gran sensibilidad y una gran empatía por los demás también”.
Una vez más, la cátedra de apreciación musical es muestra de lo imperecedero de la música y su trascendencia más allá de las coyunturas históricas, al erigirse como un discurso simbólico y cultural. Así lo demuestra Fonseca en cada una de sus sesiones de clase, quien para sus estudiantes “muestra todo su empeño en este proyecto para que a uno le guste. Él ha hecho que yo me interese por este tipo de música”, tal como lo acota Alejandro Meduran, estudiante de Arquitectura de Utadeo. Por su parte, para Liz Laiton, estudiante de Ingeniería Química “la electiva me ha servido para ver la música en otra perspectiva. Me ha gustado mucho aprender en esta clase acerca de la música clásica, pues realmente no la conocía. Esta electiva me motivó a interesarme por la música antigua y a saber escucharla”.
Pero para los estudiantes la experiencia va más allá del aula de clases. Juan Felipe Cifuentes, estudiante de Ingeniería Química, dice tener en este espacio académico un sino de desahogo y transformación como persona, al tiempo que le ayuda a sus procesos de concentración en la carrera que estudia. Para el estudiante, “hay que dejarse contagiar por la música, es algo que le ayuda mucho a uno en su carrera independientemente de la profesión que estudie”.
Enamorar a sus estudiantes de la música clásica: la gran apuesta de Utadeo
La idea de generar un espacio académico en torno a la audición de piezas de música clásica nace en 2012 como una apuesta de Isabel Bernaza, directora del Auditorio Fabio Lozano, y del entonces director de la emisora HUJT, Bernardo Hoyos (Q.E.P.D.). El objetivo central de la asignatura, según lo relata Fonseca era “comenzar a involucrar más a los muchachos en los conciertos del auditorio, y darle cierta introducción a la música culta para que ellos accedieran masivamente a las audiciones que se han presentado durante muchos años en ese espacio, y que a su vez lograran volverse público de la emisora HJUT”. Sin embargo, la idea se vería truncada tras el fallecimiento de Hoyos.
Pese al inconveniente, la batuta del proyecto la tomó Fernando Toledo (Q.E.P.D.) en calidad de profesor de la cátedra, dado su amplio conocimiento en música clásica, ópera y zarzuela. En esta oportunidad, el experimento académico pasaría de ser integrado por un círculo cerrado de intelectuales a una asignatura abierta para estudiantes, en el marco de la electiva de Humanidades II, adscrita a la Facultad de Ciencias sociales. Luego del deceso de Toledo, Isabel Bernaza y Álvaro Corral tomaron la dirección de la electiva, eligiendo al profesor Fonseca para terminar el curso como profesor invitado y posteriormente, como profesor designado para la asignatura.
Al día de hoy la electiva cuenta con cerca de 100 estudiantes matriculados, pero se espera que para próximos semestres el número de inscritos aumente considerablemente, dado que, como lo acota el profesor Fonseca, “es verdaderamente un privilegio lo que tienen los estudiantes de la Tadeo al escuchar las mejores orquestas, de tener una emisora para ellos y también esta cátedra que les permite acceder de forma más sencilla a este universo tan rico y tan hermoso que es la música clásica. Yo los invitaría, a que en ese mismo ejercicio de libertad, lograran entrar a este curso como una forma de desahogo del recorrido normal de las materias, y habitar un lugar donde encuentren refresco para su alma, para encontrar libertad en la música y una forma de potenciar muchas de las cualidades en sus profesiones y campos de trabajo”.
