La partida es el título de la producción cubana del español Antonio Hens; un juego de fútbol es el núcleo en el que se desarrolla la historia en La Habana. En el partido de fútbol juegan Reinier (Reinier Díaz) y Yosvani (Milton García), dos muchachos de 17 años que, entre un juego y otro, terminan enamorándose.
Hens va más lejos para explorar el tema de la prostitución homosexual masculina adaptado al fenómeno del turismo sexual en Cuba, en el que quiere narrar y mostrar sin tapujos una historia de la realidad.
Un joven gay que mantiene una infeliz relación con una mujer, con un suegro prestamista que –como buen macho– invita al yerno a buscarse mujer ocasional. Mientras para su hija lo importante es casarse con su hombre, aunque él se muera por otro.
A sus diecisiete años, Reiner tiene una mujer e hijo que mantener; mientras sostiene encuentros homosexuales con un español (Toni Cantó) no por placer sino por supervivencia. No solo él se prostituye, también su adolescente esposa, al aceptar y callar, y la abuela, para quien el fin justifica los medios. Se prostituyen cada noche en el malecón habanero, el hábitat de hombres, travestis, jóvenes que juegan fútbol y venden sus cuerpos por cualquier migaja.
Todos dan para recibir a cambio poco o nada, en una vida de doble moral acorde al momento.