Durante la segunda edición de la Noche de los Museos, actividad que organiza la Mesa Temática de Museos de Bogotá, se contó con la participación de un gran número de visitantes tanto de la comunidad tadeísta como de personas externas que junto a la familia y sus amigos disfrutaron de un espacio en el que el arte, la cultura y el conocimiento fueron los protagonistas.
La sorpresa, risas, curiosidad y ese impacto que se genera cuando algo nuevo se descubre, fueron las reacciones de quienes visitaron los museos de Utadeo. Cada uno con su magia acercó a los espectadores a diferentes corrientes artísticas como sucedió en el Museo de Artes Visuales, en el cual se expone “Ninis del XXI” de la maestra Vicky Neumann, quien estuvo conversando con los asistentes del proceso de creación y los referentes que han influido en su vida.
“Para mí es una experiencia muy interesante, poder conectar la teoría con la práctica, despejar dudas y conversar con la maestra es algo valioso”, señaló Maria Alejandra Alcalá Rodríguez, estudiante de historia del arte, quien durante todo el recorrido sostuvo una sonrisa radiante por el compartir ese espacio. La conversación emotiva a medida que avanzaba, permitió conocer detalles del proceso de la maestra Neumann y su interacción con el arte.
“Estar acá es una posibilidad para inspirar a las personas, es invitarlas a indagar sobre sus realidades y acercarlos a artistas mundiales para que aprendan de arte y puedan iniciar su camino”, señaló Neuman, mientras hablaba sobre la literatura que a lo largo de los años le ha permitido formar su propio camino.
Esa es la mayor riqueza de los espacios que se habilitan en la Noche de los Museos, esos escenarios que esconden en sus entrañas conocimiento y están abiertos para quien se deje seducir. En palabras de Lina Castro “a mí me encanta visitar los circuitos culturales. Idartes y cada institución hicieron una buena difusión de esta jornada y ha sido grato ya que no conocía espacios como el Museo del Mar”.
Este Museo se abrió al público en 1969 y su objetivo es claro: familiarizar a las personas con el ambiente marino y crear conciencia sobre el cuidado del mar y los diferentes afluentes de nuestro país. La afluencia durante la jornada fue intensa. Grandes y chicos al ingresar al museo se emocionaron al ver al oso polar, el cangrejo gigante, que fue donado por Japón, las focas, nutrias y todo el entorno marino que allí reside.
“Amo los tiburones y el mar. No sabía que este espacio existía y es muy emocionante todo y más saber que esos animales son reales”, añadió Andrea Gómez una de las visitantes. Los animales se ven en todo su esplendor y magnitud, esto se logra gracias a la taxidermia, un proceso que consiste en disecar los animales y conservar su apariencia para poderlos estudiar. Los animales se muestran en acuarios secos que simulan estar en las entrañas del océano.
Es uno de los recorridos que más disfrutan los niños. Sin embargo, en esta oportunidad el “Anillo de Inducción Cromática”, obra que fue donada por el maestro franco-venezolano, Carlos Cruz-Diez, fue centro de atracción. Los colores, la forma y su textura invitaron a los transeúntes a involucrarse con ella.
“Vimos en la pantalla de la universidad el proceso de la obra y nos llamó la atención para visitarla. Además, que es una obra de talla mundial”, dijo Beatriz Helena Herrera, mientras recorría el mural de piso junto con su familia. La amenaza de lluvia no detuvo a las personas quienes claramente se desconectaron del ajetreo cotidiano y se sumaron a la celebración de la Noche de los Museos.
Para conectarse con el arte
