"El comunicador social también es un creador": Juan Carlos Bermúdez

"El comunicador social también es un creador": Juan Carlos Bermúdez

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"El comunicador social también es un creador": Juan Carlos Bermúdez
Jueves, Junio 20, 2019
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El nombre de este tadeísta ha hecho carrera en el diario El Tiempo, desde hace veinticuatro años. Actualmente, como editor de la mesa central de ese medio de comunicación, tiene la importante misión de trabajar en la convergencia mediática de lo impreso a lo digital. Esta es su historia.

Durante casi veinticuatro años, el nombre de Juan Carlos Bermúdez ha hecho carrera al interior de la sala de redacción del diario El Tiempo. Sus colegas y amigos lo definen como un hombre riguroso y exigente, que siempre busca estar un paso más allá en la búsqueda de la información, con el fin de entregar un producto periodístico fresco, analítico y diferencial. Para este tadeísta, egresado del programa de Comunicación Social – Periodismo en 1988, la ‘adrenalina’ es el ingrediente vital que debe tener un buen periodista para acercarse de manera adecuada a los hechos, buscar las fuentes y no dejarse utilizar por ellas, llegar a los lugares donde nadie más llega, y por ende, tener ese “olfato periodístico” del buen profesional.

Oriundo de Guacarí y criado en Roldanillo, en este vallecaucano nació la pasión por el periodismo desde muy pequeño, pues en casa, recuerda, le encantaba leer el periódico, escuchar radio y ver todas las ediciones del noticiero de televisión. Además, cuenta, en el Colegio Claretiano de Bosa, donde él estudió, tuvo la experiencia de acercarse al periodismo social, dado el contexto en el que se encontraba el centro educativo, al tiempo que acompañó el desarrollo de un periódico estudiantil llamado “Venceremos”, que no podía darse en una mejor coyuntura de transformaciones políticas para América Latina, como lo fueron la Revolución Sandinista en Nicaragua y los conflictos armados en Centroamérica y, por supuesto, en nuestro país.

Contrario a las tendencias de la época, en la que la mayoría de estudiantes se inclinaban por la Ingeniería de Sistemas, Bermúdez decidió romper los esquemas y estudiar Comunicación Social – Periodismo en Utadeo. Lo hizo por todo lo alto, pues fruto de la rigurosidad y la sed de sacar el máximo provecho a su vida universitaria, fue reconocido con el Premio Jorge Tadeo Lozano a la excelencia académica, en el año 1989.

De su paso por Utadeo recuerda que, en compañía de algunos compañeros, gestionó una serie de talleres sobre periodismo en la Universidad, con figuras ilustres del medio, entre ellos Mauricio Gómez, Margarita Vidal y Daniel Samper Pizano. De igual manera, y gracias a la ubicación de la institución en el centro de Bogotá, tuvo una vida cultural muy intensa, con visitas a museos y bibliotecas, así como jornadas de tertulias alrededor del cine.

También evoca los momentos en el periódico universitario, al lado de uno de sus grandes inspiradores, el reconocido escritor Mauricio Navas, de quien no solo dice fue un excelente profesor, sino también un motivador que le transmitió las inquietudes sociales y su experticia como libretista: “él me mostró una realidad de país que no aparecía en la televisión”, comenta.

Sus vínculos con Utadeo vienen de familia, pues su hermana Luz Mary fue secretaria de la Vicerrectoría Académica, mientras que su hermana Diana realizó sus estudios en Economía en nuestra institución. Esos vínculos continuaron en las nuevas generaciones; sus sobrinos Andrés Felipe y Camila siguieron sus pasos, al estudiar Comunicación Social en Utadeo.

 

Una generación marcada por la Constituyente de 1991

Bermúdez, al igual que otros grandes nombres del periodismo colombiano, son hijos de las transformaciones democráticas, sociales y políticas que vivió Colombia por cuenta de la Constitución de 1991. En sus primeros años de ejercicio profesional, este hecho marcó su vida. Para ese entonces, ya había hecho sus primeros 'pinitos' en Caracol Radio, para el programa “Así va el país” y en televisión, con Tv Cine, en el programa “Frente a los hechos”. En la coyuntura de la Constituyente, ya hacía parte del diario El País de Cali, medio en el que trabajó como reportero y coordinador de páginas editoriales y de la sección dominical, en sus salas de redacción de Bogotá y de la capital vallecaucana. Precisamente, recuerda que, dos días después de la aprobación de la Constitución, el periódico decidió publicar el texto completo de la Carta Magna. Sostiene que dicho medio fue una gran escuela, en la medida que conoció lo que significa el periodismo de sacrificio y de entrega, así como el ejercicio profesional en campo.

El primero de noviembre de 1995 retornó a Bogotá para hacer parte de la sala de redacción de El Tiempo, diario del que ha sido testigo directo de sus diferentes transformaciones, en el tránsito de lo impreso a lo multimedia. En el medio bogotano inició como subeditor de la sección Domingo. Por azares de la vida, llegó en un momento de agitación política a nivel nacional e internacional, pues, en esa misma semana, ocurrió el asesinato de Álvaro Gómez Hurtado, y dos días después, asesinaron a Isaac Rabín, exprimer ministro israelí, coyuntura que puso en jaque al naciente acuerdo de paz entre Israel y Palestina.

Luego de año y medio en esa edición, se convirtió en editor de la sección Vida de Hoy, una separata que conformaba las fuentes de Turismo, Ciencia y Salud. Posteriormente, se convirtió en editor de la sección Bogotá, su otra gran escuela, pues era una gran franja informativa con un equipo muy joven que tenía que enfrentar la realidad de una ciudad que estaba, para entonces, convulsionada por la ola de atentados terroristas y por problemas de seguridad en los barrios.

Sin embargo, uno de sus más gratos recuerdos los tuvo cuando estuvo a cargo de la edición nocturna, espacio por el que pasaron periodistas como Rafael, Alejandro y Francisco Santos, y que se constituye de gran importancia para la edición impresa del periódico, pues es allí donde se define la portada y los temas más frescos que harán parte del número del día siguiente.

Portada del diario El Tiempo del sábado 4 de noviembre de 1995

Durante cinco años, fue el editor de la edición del domingo, uno de los productos bandera del periódico y también uno de los más leídos. Su gran reto fue entregar a todos los colombianos un producto informativo variado e integrado a la realidad del país, con más análisis, crónicas y reportajes que lo diferenciaran de la creciente ola de las noticias en digital.

Tras los cambios organizacionales surgidos en la Casa Editorial, asumió funciones como el primer editor adjunto en la historia del periódico, cuyas responsabilidades se centraban en coordinar el trabajo de todas las redacciones para las ediciones del periódico de martes a sábado. Finalmente, desde el año pasado, es el editor de la mesa central de este medio. Uno de sus mayores retos es llevar a cabo una transformación e integración de los medios impresos con los digitales, desde lo multimedia, en lo que expresa, es una etapa de aprendizaje y reaprendizaje.

Con el sosiego y el detenimiento que le conceden los años de experiencia, este curtido periodista aboga por un ejercicio profesional integral, alejado del simple registro que concede la inmediatez, pues eso, en la convergencia tecnológica, también lo podrían hacer las máquinas. Hace una invitación a los nuevos colegas a abandonar el oficio desde el escritorio y volver a buscar la información en campo, con las fuentes vivas: “el comunicador es un creador, ya sea cronista o quien hace un reportaje o un documental. Esa función hay que asumirla desde que entramos a una facultad”.

De esta manera, insta a las facultades y universidades que imparten esta carrera para que inculquen esa formación humanística en historia, filosofía y literatura a los nuevos comunicadores, pues estas son herramientas que les permitirán un diferencial a la hora de comunicar y enfrentar el mundo: “la creación no es más que la capacidad de tomar una realidad y verla con una perspectiva nueva. Para que Colombia avance en el tema de los medios, el país debe darle un mayor valor al trabajo que hacen los comunicadores y periodistas”, argumenta.

Asimismo, insiste en la formación de calidad del periodista, quien debe ser visto por la sociedad como un enciclopedista, personaje que entiende de múltiples temas, con una consciencia integral del pasado, presente y futuro: “hay cierta pasividad en los colegas de hoy. El periodista debe salir más a la calle, ver ese mundo y dejar tanto chat. Hay que confrontar la realidad. Lo mejor que puede hacer un periodista es lograr la más amplia, fuerte y sólida formación que pueda”.

Finalmente, con mucho camino por delante en su trasegar profesional, Bermúdez señala que en algún momento de su vida quiere dedicarse a ser guionista, así como explorar nuevos formatos, entre ellos el documental, para contar historias y llegar a nuevas audiencias. Por lo pronto, espera ser testigo, en la siguiente década, de los cambios tecnológicos que implicará lo digital en la convergencia mediática.

“Para mí Utadeo es libertad de pensamiento, es la posibilidad de discutir abiertamente los problemas del país. Fue una escuela humanística muy importante para mí. Fue la oportunidad para hacer ensayos, cometer errores y aprender en la práctica, y el lugar en el que obtuve conocimientos sólidos en redacción, radio y medios audiovisuales”.

Reconocimiento personería jurídica: Resolución 2613 del 14 de agosto de 1959 Minjusticia.

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