"El sentido de nuestra profesión es entrar en dudas, no salir de ellas": Diana Castelblanco, directora de Diseño Industrial

"El sentido de nuestra profesión es entrar en dudas, no salir de ellas": Diana Castelblanco, directora de Diseño Industrial

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"El sentido de nuestra profesión es entrar en dudas, no salir de ellas": Diana Castelblanco, directora de Diseño Industrial
Martes, Octubre 8, 2019
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Han pasado 45 años desde aquel 1° de abril de 1974 cuando se dieron los comienzos del Programa de Diseño Industrial tadeísta. Es preciso celebrar -además del tiempo que ha pasado- el lugar donde se encuentran el ayer y el ahora, donde se reconocen y se abrazan, ese lugar es el mañana; como diría Eduardo Galeano, hoy más que nunca queridos diseñadores industriales tadeístas es preciso soñar.

Ojalá podamos soñar que el diseño industrial está para hacer aparecer algo inesperado, algo que rompa con lo que se asume natural: son naturales la guerra, el dolor y el miedo; también el hambre, el frío y la fatiga. Son naturales el exceso de población, de información, de manipulación de recursos; el exceso de inequidad, de promesas, de olvido… de intolerancia. Es natural vivir en un mundo preso del miedo por la ansiedad de tener las cosas que no se tienen o por perder las que se tienen.

Soñemos que 45 años de historia nos preparan para modificar estas y otras maneras de entender lo percibido, nos preparan para vencer nuestros descuidos significativos ante todo lo que supone la racionalidad instrumental del progreso; 45 años para continuar pensando el papel del diseño industrial en la construcción de relaciones vitales con el mundo; 45 años que nos recuerdan que parte del sentido de nuestra profesión es entrar en dudas, no salir de ellas.

Permítanme también desear un sueño en el que podamos vivir juntos siendo todos diferentes: diseñadores industriales que se maravillan con las invenciones técnicas, aquellos que se conmueven con la razón sensible, otros que reconstruyen las visiones del progreso; los que diseñan experiencias, artefactos, interacciones, simulaciones, dispositivos sociales, en fin…, diseñadores industriales a quienes les resultan más que deseables las mínimas y ligeras diferencias porque están convencidos que solo en ellas se expresa la libertad.

Celebremos la indeterminación del diseño cuando se interroga desde lugares para renombrar o desnombrar las cosas que lo caracterizaron; cuando se acerca a otros artefactos de creación; cuando en el camino se reconoce que la potencia de sus objetos no tiene que ver con lo posible o lo imposible de ellos –no tiene que ver con lo verosímil-, sino con la experiencia que producen.

Celebremos las resistencias ante lo inequívoco y lo singular, ante lo disciplinar, el dominio y el control; aplaudamos estas y otras aproximaciones del diseño industrial que -si bien no son verdaderamente nuevas-, actualizan la pregunta sobre el sentido de la materialización plástica y sobre esos “otros” diseños que no saben de forma, uso y función, pero en cambio se acercan a la inmanencia de la vida, a lo actual y por tanto a la experiencia sensible.

Aprovechemos estos 45 años para también sospechar de los extremos indeseables de cualquier hospitalidad del diseño industrial; sospechemos del interés en estos tiempos por la adjetivación “administrativo-social” que lo acompaña; desconfiemos cuando en su nombre se edifican las ideas de libertad, igualdad, derechos y dignidad, luego de pasarlas por el penoso tamiz de las tendencias organizacionales, competitivas e innovadoras. Preguntémonos si acaso el diseño está más cerca de la administración de la vida de que del arte de vivir.

Pensemos si acaso nuestro ejercicio profesional bordea hechos, excava en memorias propias y ajenas y no necesariamente cuenta “la gran historia” social, económica o ambiental del mundo, sino que cuenta una historia privada que se libera de lo que significan las cosas y se centra en lo que pueden significar.

Finalmente celebremos 45 años de historia del Diseño Industrial en Colombia salvaguardando la mayor parte posible de libertad para desobedecer lo que sea que parezca ser el destino del diseño industrial.

Diana Castelblanco

 

Reconocimiento personería jurídica: Resolución 2613 del 14 de agosto de 1959 Minjusticia.

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