Reconocerse como habitante de la ciudad a través de las palabras
Es posible “reconocerse como habitante de la ciudad a través de las palabras”, señaló el escritor bogotano Andrés Ospina, en el conversatorio Las ciudades como espacios literarios el pasado lunes 10 de septiembre en Utadeo, evento en cual participó también el poeta Ramón Cote.
Bajo la moderación de la profesora de Utadeo Catalina Quijano, los dos escritores se refirieron a las historias que les ha brindado Bogotá en la creación de sus novelas y poemas.
“Una de las cosas que más me conmueve de la ciudad es el azar, en Bogotá algo siempre nos está esperando”, explicó Ramón Cote, quien compartió con el público sus anécdotas de aventuras en los buses y calles de Bogotá, llenas de momentos poéticos y de expectativa.
Para Andrés Ospina, la manera como hablamos los habitantes de la capital descifra parte de nuestra historia, comportamientos y concesiones. Los bogotanos saben, por ejemplo, que ‘bajar’ significa ir al occidente y ‘subir’, ir al oriente.
“Nos podemos volver ciudadanos con las palabras dirigidas al otro. Todos tenemos una forma de pertenecer a la ciudad y una interpretación de la misma”, señaló Ospina, autor además del Bogotálogo, diccionario del español capitalino.
Ramón Cote considera que “la intensidad con la que se vive la ciudad es necesaria para que se vuelva palabras”, por eso no la culpa por sus estados frenéticos. Al poeta lo han inspirado los oficios y objetos de Bogotá, los gritos de “botellas-papel”, la máquina con la que los jardineros podan el pasto. Se trata, dice él, de encontrar poesía casual y extraña.
En lo anterior coincide Andrés, para quien su interés por la ciudad “nació como una rebeldía y una oposición a aquellos que decían que mi ciudad era horrible, que vivía en un sitio inmundo, que era un desafortunado; pensé que tenía que haber alguna poesía y tenía que aprender a ver esa poesía, esforzarme en raspar para hallar al superficie”.
Para Ospina, “Bogotá es una ciudad llena de cosas por ver, lo que pasa es que tenemos la mirada muy opaca”.
Este conversatorio se realizó como parte de la programación de la Maleta Viajera, un proyecto de la Tertulia Literaria de Gloria Luz Gutiérrez y el Ministerio de Cultura que busca acercar a los escritores, poetas y editores con el público capitalino.
